El síndrome de fatiga crónica es hoy en día un trastorno muy frecuente. ¿A qué es debido? ¿Cómo se descubre? Junto con la alimentación y el ejercicio adecuados, existen tratamientos naturales que nos ayudarán.
Síntomas: las señales
Los síntomas son: dolores musculares y articulares, ansiedad, depresión, problemas de concentración, fiebre, dolores de cabeza, trastornos intestinales, irritabilidad, ictericia, pérdida del apetito, cambios anímicos, espasmos musculares, infecciones recurrentes del tracto respiratorio superior, sensibilidad a la luz y al calor, alteraciones del sueño, dolor de garganta, inflamación de las glándulas (nódulos linfáticos), pérdida temporal de la memoria y, sobre todo, fatiga extrema.
Estos síntomas se parecen a los de la gripe y suelen llevar a confusión en el diagnóstico, que se adjudica como hipocondría, enfermedad psicosomática o depresión, porque los exámenes médicos de rutina no suelen detectar ningún trastorno.
Este problema de salud es tres veces más frecuente en las mujeres que en los hombres y afecta fundamentalmente a personas de entre 20 y 40 años. El diagnóstico correcto debe basarse en dos criterios:
- Que la fatiga persista durante por lo menos seis meses y no ceda con el reposo en cama; además, que su severidad reduzca en un 50% las actividades diarias del paciente.
- Que se descarte la presencia de otros problemas clínicos crónicos, incluidos trastornos psiquiátricos.
Las causas
Se desconoce la causa o causas del síndrome de fatiga crónica. Algunos expertos creen que se relaciona con infección por el virus de Epstein-Barr (EBV), de la familia del virus del herpes que también produce mononucleosis. Y es cierto que mucha gente que sufre del síndrome de fatiga crónica presenta un nivel elevado de anticuerpos contra el EBV en la sangre y que muchas personas relacionan el inicio de sus síntomas con una infección viral de larga duración.
Sin embargo, nunca se ha comprobado definitivamente. Más aún, ahora se sabe que mucha gente tiene un nivel elevado de anticuerpos contra el EBV que, aparentemente, no les ocasionan problemas de salud, y que muchos casos de fatiga crónica se presentan en ausencia de infección previa. Esto ha llevado a investigar otras causas.
También se cree que podría tratarse de un problema inmunológico aún no identificado, o de un defecto de los mecanismos que regulan la presión arterial. Se han descrito causas como las anemias, un envenenamiento crónico con mercurio por las amalgamas dentales, hipoglicemia, hipotiroidismo, infección con Candida albicans y trastornos del sueño.
Entre la fibromialgia y los parásitos intestinales
Muchos pacientes del síndrome de fatiga crónica también sufren de fibromialgia, una afección muscular que produce fatiga y debilidad muscular. Los parásitos intestinales también son comunes en quienes presentan este síndrome. Es bien probable que sea una combinación de factores lo que conduzca al síndrome de fatiga crónica en las personas predispuestas.
Pese a que no representa una amenaza vital, hoy por hoy no tiene cura y puede deteriorar seriamente el sistema inmunitario. En todo caso, cuando se da una recuperación, el síndrome se puede volver a presentar, por lo general tras otra enfermedad o en épocas de estrés.
Qué podemos hacer. Nutrientes y suplementos
Hemos recogido los nutrientes y suplementos más aconsejables, por orden de importancia (entre paréntesis, las dosis sugeridas, cuando se describen).
– Acidophilus, o factor bífidus. Aportan bacterias «beneficiosas» y combaten la infección por cándida. Elegir una fórmula no láctea.
– Coenzima Q10. (75 mg) al día). Aumenta la eficacia del sistema inmunitario y protege el corazón. A partir de los 40 años conviene incorporar cierto aporta suplementario de Q10.
– Lecitina en gránulos (1 cucharada 3 veces al día con las comidas; si es en cápsulas, 1.200 mg 3 veces al día con las comidas).
– Ácido málico. Interviene en la producción de energía de muchas células del organismo, incluidas las musculares.
– Magnesio (500-1.000 mg al día). Necesario para el metabolismo del azúcar.
– Manganeso (5 mg al día). Interviene en la función endocrina.
– Enzimas proteolíticas. Reducen la inflamación y mejoran la absorción de los nutrientes, en especial de la proteína, necesaria para la reparación de los tejidos.
– Vitamina A (25.000 UI al día durante un mes. Luego reducir poco a poco hasta 10.000 UI al día). Protege las células frente a los radicales libres. En dosis altas, la emulsión es más segura y facilita la asimilación.
– Vitamina E (800 UI al día, durante un mes, e ir reduciendo hasta 400 UI al día).
– Vitamina C con bioflavonoides (5.000-10.000 mg al día). Tiene poderosos efectos antivirales y aumenta el nivel de energía.
– Dimetilglicina o DMG (50 mg 3 veces al día). Aumenta la utilización del oxígeno y destruye los radicales libres. La DMG-125 de Douglas es un buen suplemento.
– Ajo. Si se elige en forma de suplemento, el de Kyolic-Wakunaga es realmente eficaz.
– Verdes de Soria Natural. Mejoran la digestión y limpia el torrente sanguíneo.
– Complejo de aminoácidos en estado libre. Repara los tejidos y los órganos. Elegiremos una formulación que contenga todos los aminoácidos esenciales.
– Complejo de vitaminas B (2 cc dos veces por semana, o según prescripción médica). Las vitaminas B son esenciales para aumentar el nivel de la energía y normalizar la función cerebral.
– Vitamina B6 (½ cc dos veces por semana). La piridoxina ayuda a la absorción de la vitamina B12.
– Vitamina B12 (2.000 mcg al día).
– Aceite de semillas de grosellero negro (tomar con las comidas). Proporciona ácido gamma-linolénico (GLA) y otros ácidos grasos esenciales.
– Ácido gamma-aminobutírico o GABA (con el estómago vacío, tomar junto con agua, o con zumos. Para una mejor absorción, tomar con 50 mg de vitamina B6 y 100 mg de vitamina C). mantiene un adecuado control de la actividad cerebral. Ayuda a controlar la ansiedad.
– Maca (Lepidium meyenii). Proporcionan vigor al organismo en todos los sentidos.
– Maitake. Esta seta (existe en forma de extractos) ayuda a normalizar la función inmunológica y a que el organismo se adapte mejor al estrés.
– Shiitake y reishi. Tanto juntas como por separado, estas setas (que también se ofrecen en forma de extracto) ayudan a combatir la fatiga y las infecciones virales, además de estimular el sistema inmunitario.
– Complejo multivitamínico y mineral, con betacaroteno natural (15.000 UI al día). Todos los nutrientes son necesarios de manera equilibrada. Tomar un producto hipoalergénico de potencia alta. Con calcio (1.500 mg al día), magnesio (1.000 mg al día), potasio (99 mg al día), selenio (200 mcg al día) y zinc (50 mg al día).
Plantas medicinales
- Astrágalo (Astragalus membranaceus) • Equinácea (Echinacea purpurea) • Ginkgo (Ginkgo biloba). • Infusiones de raíz de bardana (Arctium lappa), • Diente de león (Taraxacum officinale), • Trébol rojo (Trifolium pratense), • Sello de oro (Hydrastis canadensis). • La raíz de regaliz (Glycyrrhiza glabra) fortalece el sistema endocrino. Precaución: no tomar sello de oro ni regaliz durante más de una semana).
- Cardo mariano (Silybum marianum), Lapacho o pau d’arco (Tabebuia impetiginosa), • Hipérico (Hypericum perforatum), • Escutelaria (Scutellaria galericulata), • Valeriana (Valeriana officinalis) la raíz, para mejorar la calidad del sueño.
Consejos y recomendaciones
- Siga una dieta equilibrada con un 50% de alimentos crudos y zumos frescos. Fruta, verduras y hortalizas y cereales integrales, además de frutos secos crudos, semillas.Y beba también mucha agua; alrededor de dos litros al día.
- No coma marisco, alimentos fritos, comidas preparadas, alimentos procesados, estimulantes como café, té y bebidas gaseosas, azúcar ni productos elaborados con harina blanca, como el pan y la pasta. Elimine las aspirinas y similares.
- Evacue todos los días e incluya fibra en su dieta.
- Tome clorofila en comprimido, u obténgala en «bebidas verdes» (como el «jugo de la hierba del trigo») y de vegetales de hoja. Tome algún suplemento proteínico de origen vegetal; Spiru-tein, de Nature’s Plus, es una buena bebida proteínica para tomar entre comidas. Tome también bebida de kombucha o de jun.
- Descanse mucho y no haga esfuerzos excesivos.
- La melatonina promueve un sueño profundo y reparador. La encontraremos en forma de suplemento. No tomar durante el día (puede producir somnolencia), sino unas dos horas antes de acostarse.
Textos: Blanca Herp.