Los beneficios del ácido fólico
El ácido fólico, conocido también como vitamina B9, impulsa el crecimiento de las células, por eso es esencial para las embarazadas. Su carencia provoca anemia y trastornos psicológicos.
Textos: Redacción de Integral
Uno de los miembros más desconocidos del grupo de la vitamina B, el ácido fólico, se ha desvelado como un agente muy importante en el mantenimiento del equilibrio físico y mental. Sin embargo, su carencia es frecuente.
Aunque fue descubierto en los años cuarenta en la hoja de la espinaca (de ahí su nombre, que deriva del latín folium, hoja), el ácido fólico permaneció casi ignorado hasta los años setenta. Era conocida su participación, junto a la vitamina B12, en la renovación de los glóbulos rojos de la sangre, por lo que su déficit se relaciona con la anemia. Aparte de esto, poca cosa más se sabía de él. Después, se ha ido de sorpresa en sorpresa. Hoy, diversas investigaciones han demostrado la gran efectividad de la suplementación de ácido fólico para combatir la depresión postparto, las depresiones en adolescentes y los trastornos psíquicos en los ancianos (falta de memoria, confusión, pérdida de ganas de vivir, incluso demencia). Su carencia afecta especialmente a este último sector de la población.
Qué sucede si falta
La falta de ácido fólico puede provocar anemia perniciosa, depresión, apatía, irritabilidad, ansiedad, insomnio y trastornos de la memoria. Afecta al crecimiento de cabello y unñas y a los procesos de cicatrización. Es síntoma de su carencia cuando, además de sentirnos fatigados y deprimidos, aparecen aftas en la boca y/o la lengua presenta un aspecto liso, brillante y sin papilas con relieve.
Produce glóbulos rojos
En cuanto a su acción fisiológica, juega un papel esencial en el crecimiento y la división de las células, sobre todo las que se renuevan con frecuencia, como los glóbulos rojos de la sangre. También es decisivo respecto a las síntesis de los ácidos nucleicos de la célula (ADN, ARN). No por casualidad el ARN parece importante en la memorización de hechos recientes, lo que constituye un trastorno senil frecuente.
Como constituyente de docenas de enzimas intracelulares, es esencial para el metabolismo de los glúcidos y prótidos, así como para la elaboración de anticuerpos que impiden las infecciones. Interviene asimismo en el metabolismo de los neurotransmisores, moléculas que regulan la actividad de nuestras neuronas. Por este motivo, cuando hay una carencia, la sangre y el sistema nervioso sufren alteraciones.
Respecto a la piel y sus anejos, una falta de esta vitamina puede perturbar el normal crecimiento de cabellos y uñas, así como retrasar los procesos de cicatrización. Basta con tomar un pequeño suplemento (recordemos que el zinc también es importante en este sentido), para que una herida o llaga cure más fácilmente.
Normalmente nuestro organismo gasta poca cantidad de ácido fólico. Se estima que tenemos alrededor de 70 mg en todo nuestro cuerpo. Para mantener esta cantidad se precisa un aporte cotidiano de 400 μg (diez millonésimas de gramo).
Embarazo y anticonceptivos
En el caso de la mujer embarazada, las necesidades se multiplican por dos, porque el feto consume esta vitamina en gran cantidad y porque en este periodo la mujer fabrica muchos más glóbulos rojos de lo que hace habitualmente.
Hay pues que tener en cuenta al ácido fólico cuando se está embarazada o incluso antes, cuando se programa un bebé. La razón es que él puede sufrir, a veces gravemente, de esta deficiencia nutricional si no se ha incrementado su ingesta antes. trabajos recientes muestran que las futuras madres con falta de ácido fólico sufren más abortos espontáneos y partos prematuros.
Pero sobre todo, y esto ha sido confirmado por muchas encuestas estadísticas, esta carencia aumenta el riesgo de malformaciones: espina bífida, hendidura del paladar, labio leporino, e incluso anomalías cerebrales. En Inglaterra es sistemática la prescripción de esta vitamina durante el embarazo, y en nuestro país esta práctica comienza a ser habitual. Como pasa con otros medicamentos, los contraceptivos orales aumentan la carencia de ácido fólico. Y una mujer que los haya tomado durante varios años puede presentar carencia de esta vitamina.