Caolín
Uno de los remedios ancestrales que la humanidad ha utilizado desde tiempos inmemoriales es la arcilla. Se forma por la descomposición en finísimas partículas de rocas sedimentarias ricas en feldespato, mineral formado por silicato de aluminio.
Esta fina tierra puede encontrarse en estado puro sin estar mezclada con otras sustancias, como es el caso de la arcilla blanca, también llamada caolín, o bien puede aparecer mezclada con otros componentes que producen diferentes coloraciones, dando lugar a las arcillas rojas, verdes, azuladas o grises, cada una de ellas con sus peculiaridades.
Vamos a repasar brevemente los usos terapéuticos internos y externos de la arcilla blanca, porque es la más pura, ya que está en su estado primario y sólo contiene los minerales del lugar en que se formó.
Se sabe que la arcilla blanca se empezó a utilizar en la antigua China, en la colina de Kaolin, con fines cosméticos, terapéuticos y para fabricar piezas de porcelana de alta calidad. En la actualidad esta arcilla se extrae de diferentes yacimientos repartidos por todo el mundo.
Calma la gastritis y la acidez de estómago
La arcilla blanca es la que contiene mayor cantidad de silicato de aluminio. Esta sustancia contrarresta y neutraliza el exceso de ácido clorhídrico del estómago, actuando como antiácido local, sin llegar a producir el efecto tan drástico que provocan algunos de los fármacos que se utilizan en estos casos. Tiene también la propiedad de formar un gel en el estómago que absorbe el ácido, disminuyendo la agresión química y enzimática sobre la mucosa gástrica, evitando así su deterioro.
Además de estas propiedades, la acción del silicio y del aluminio ejercen una acción antibacteriana y cicatrizante, la cual sumada a la anterior hace de ella un buen aliado para el tratamiento de las úlceras gastroduodenales, gastritis y acidez de estómago.
Excelente cosmético
Las mismas propiedades antibacterianas, antiácidas y cicatrizantes que hemos citado, hacen que la arcilla blanca sea un ingrediente muy utilizado en la elaboración de productos de estética, sola o en combinación con el gel de aloe vera, son dos de los ingredientes más empleados en los tratamientos caseros de belleza.
La aplicación local en forma de mascarillas o cataplasmas, ayuda a mejorar notablemente el estado de salud de la piel,
absorbiendo sus impurezas y regulando la producción de sebo, por lo que está indicada en casos de acné, piel grasa, cabello graso y eccema.
Esta arcilla además no reseca tanto como las otras pues mantiene mejor la humedad.
Los dentífricos elaborados con esta arcilla tienen un efecto beneficioso sobre las encías sangrantes e inflamadas y previenen las infecciones bucales. Los enjuagues con una cucharadita de postre disuelta en un vaso de agua tienen un efecto blanqueador de los dientes y fortalecedor de las encías.
Recomendaciones para el uso interno
Por regla general se recomienda tomar una cucharadita de postre por la mañana y otra por la noche diluida en un vaso de agua o infusión de manzanilla y regaliz, se remueve y se deja reposar 10 minutos, se vuelve a remover un poco y se toma todo junto.
Otra forma más cómoda de tomarla es en cápsulas, que podemos encontrar en tiendas de herbodietética. A menudo estas cápsulas van acompañadas de plantas protectoras del estómago como el regaliz, con lo cual se potencia su efecto antiácido. Se pueden tomar de 2 a 6 al día, según sea el caso y la concentración del producto.
Precauciones. No es aconsejable realizar tratamientos prolongados con arcilla, principalmente porque deja algunos residuos y puede dificultar la absorción de ciertos nutrientes. Debido a su acción antiácida, su uso no es conveniente para personas con hipoclorhidria.
Antes de utilizar la arcilla blanca por vía interna se recomienda consultarlo con un profesional de la salud.
Daniel Albors Pericás