Con métodos fotocatalíticos, Antonio Jiménez, del Instituto de Energías Renovables de México, ha logrado disminuir la toxicidad de esas aguas hasta en 90 por ciento.
Antonio Jiménez González, del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM, lleva más de 20 años estudiando cómo degradar los contaminantes presentes en aguas residuales por métodos fotocatalíticos y, a lo largo de este tiempo, ha logrado disminuir su toxicidad en un 80-90 por ciento, todo ello aprovechando la energía solar. «Utilizamos un fotocatalizador que absorbe los rayos del sol y genera radicales hidroxilo, agentes que principalmente oxidan la materia orgánica», explicó.
Desde hace cinco años, Jiménez colabora con tres empresas –una textil y dos farmacéuticas–, lo que le ha permitido demostrar la efectividad de este método. De los 200 litros de agua contaminada que recibe de cada una, ha logrado limpiar el líquido casi en su totalidad. El paso siguiente es escalar el proceso a volúmenes mayores.
«Los procesos de tratamiento utilizados son la fotocatálisis homogénea, que emplea sales de hierro, y la heterogénea, que utiliza nanopartículas de dióxido de titanio. Aunque diferentes, ambos generan radicales hidroxilo que degradan la materia orgánica»”.
El secreto está en la fotoquímica
En este método, la clave es tomar un medio acuoso tóxico, usar radiación solar, un material fotocatalítico y una sustancia oxidante para desestabilizar los enlaces químicos de las moléculas contaminantes, robarles un electrón y así oxidarlas paso a paso.
«Aunque en el ramo textil hemos tenido buenos resultados, las cifras logradas con la industria farmacéutica no son tan altas, lo que no se debe a nuestro método, sino a que ésta utiliza compuestos inorgánicos imposibles de degradar. Por ello es necesario desarrollar una estrategia para disminuirlos o eliminarlos por otros procedimientos».
Actualmente, el interés del universitario está en incrementar la capacidad de tratamiento con el propósito de contribuir a una solución en contaminación hídrica, pues aunque en el IER reciben lotes de 200 litros llenos de aguas residuales, la industria genera a diario volúmenes mucho mayores.
«Nuestro equipo básico es un reactor fotocatalítico donde tratamos un volumen todavía bajo de agua. Puede ser mayor si incrementamos el tamaño, agrupando varios de estos reactores en paralelo para crear una planta solar fotocatalítica. El objetivo final es tratar el efluente en el sitio donde la empresa genera sus contaminantes. Así reducimos los parámetros de toxicidad y, al mismo tiempo, se reutiliza el recurso hídrico en sus procesos industriales».