El sudor es un sistema que permite al organismo bajar la temperatura corporal de forma segura. Transpirar es indispensable para el equilibrio del organismo, pero a veces resulta algo molesto. Presentamos soluciones naturales para combatir el exceso de sudor.
Redacción de Integral
con informaciones de Sophie Edwards, Annie Strole y Laura Torres.
Piel sudorosa, manos y pies mojados, ropa húmeda, olor desagradable… Así percibimos el sudor, y nos gusta que desaparezca como sea. Pero la transpiración es un fenómeno natural indispensable para el buen funcionamiento del organismo. Podemos regularla, pero evitarla es un error.
Millones de glándulas… ¡para sudar a litros!
Tenemos entre 2 y 5 milones de glándulas sudoríparas que producen entre medio litro y 10 litros de sudor al día, según convenga. Estas glándulas son de dos tipos:
- Las glándulas ecrinas, repartidas por todo el cuerpo pero predominan sobre todo en las palmas de las manos y las plantas de los pies, segregan a la supericie de la piel un sudor ácido, acuoso y que contiene sales minerales, sobre todo cloruro de sodio, y un poco de ácido láctico.
- Las glándulas apocrinas, situadas en determinadas zonas precisas (especialmente las axilas, las mamas y las zonas de los genitales), se activan durante la pubertad bajo el efecto de las hormonas. Descargan en el folículo piloso y en pequeña cantidad un sudor poco o nada ácido y rico en esteroides (lípidos segregados por las glándulas endocrinas), proteínas y lípidos. Bajo la inluencia de la lora cutánea y el oxígeno, algunos de estos componentes pueden producir compuestos volátiles malolientes.
Sudar, ¿para qué sirve?
El sudor es vital para regular nuestra temperatura corporal y mantenerla en torno a los 37 ºC. También protege el funcioamiento de los órganos, hidrata permanentemente la piel y nos permite agarrar mejor los objetos o tener una mejor adherencia al caminar, porque humidifican ligeramente las palmas de las manos y los pies.
El sudor también contribuye a la defensa del organismo gracias a sus propiedades inmunitarias, antisépticas y antimicóticas; con él se eliminan, en definitiva, ciertos residuos orgánicos. La transpiración está regulada por el hipotálamo, el verdadero termostato de nuestro organismo. En cuanto detecta un aumento de temperatura debido a un esfuerzo físico importante, a la fiebre o a que la temperatura exterior es elevada, pone en marcha la secreción de sudor a través del sistema simpático. Se trata de la sudoración térmica.
Pero esas no son las únicas causas que pueden hacernos sudar; nuestra psique también juega un papel muy importante. La ansiedad, el estrés o el miedo, pero también el placer, pueden provocar la sudoración psíquica. Es inmediata, independiente de la temperatura y está controlada por los centros nerviosos de la región frontal del cerebro.
Se trata de un sudor localizado esencialmente en el rostro, las axilas, las palmas de las manos y las plantas de los pies. Generalmente es frío y con una fuerte Hay por lo tanto una fuerte secreción apocrina, y con ella puede aparecer el olor desagradable.
Hiperhidrosis
Para la gente que suda en exceso, las glándulas sudoríparas axilares son hiperactivas, frecuentemente se activan cuando deberían estar en reposo, y producen mucho más sudor del que se necesita para enfriar el cuerpo. De hecho, las glándulas sudoríparas de algunas personas pueden producir cuatro o cinco veces más sudor del normal.
El sudor de la axila se produce a través de dos tipos de glándulas sudoríparas situadas justo debajo de la superficie de la piel. Las glándulas ecrinas secretan un líquido inodoro claro para ayudar a enfriar el cuerpo, y la evaporación del sudor desde la superficie de la piel crea el efecto de enfriamiento. Las glándulas apocrinas producen un líquido más grueso que da al sudor axilar su olor característico.
Esta hiperhidrosis puede complicarse en forma de infecciones bacterianas, micosis, eccema, sabañones y, en casos extremos, deshidratación, además del impacto psicológico (que en algún caso puede incluso llegar a la depresión).
El estrés y la ansiedad son generalmente los responsables de este problema, pero hay otros elementos que pueden contribuir a él: sobrepeso, trastornos alimenticios, disfunciones hormonales (hipertiroidismo, diabetes…).
Regular sin evitar
La fitoterapia y la aromaterapia aportan una ayuda muy valiosa para regular la sudoración, eliminar los malos olores y dominar las emociones en el momento en el que el sudor empieza a resultar molesto.
La salvia(Salvia oficinalis)es la gran moduladora de la transpiración. Antitranspirante, antibacteriana, fungistática (que frena el desarrollo de los hongos), astringente, antioxidante y reguladora del sistema nervioso y hormonal, actúa a diferentes niveles.
Puede consumirse en infusión (3 ó 4 tazas al día de la infusión de una cucharadita de hojas de salvia por cada 150 ml de agua hirviendo; hay que dejarla en infusión entre 10 y 15 minutos) o en forma de hidrolato (1 cucharada sopera diluida en un litro de agua, que se beberá a lo largo de la jornada). Ahora bien, dado su elevado contenido en compuestos neurotóxicos, su aceite esencial debe usarse siempre bajo prescripción médica.
El nogal(Juglans regia)es astringente (contrae los tejidos y controla el exceso de secreciones), antifúngico y antibacteriano. Los baños de pies o manos (realizados con una decocción de 2 ó 3 g de hojas secas por cada 100 ml de agua llevada a ebullición durante 15 minutos), entre 1 y 2 veces al día, permiten reducir la sudoración y la aparición del olor.
Pequeñas gotas para sentirse cómodo
Los aceites esenciales (AE) de árbol de té(Melaleuca alternifolia)y de palmarosa(Cymbopogon martinii)presentan importantes propiedades antibacterianas y antifúngicas y permiten librarse de los gérmenes responsables de los malos olores.
Por su parte, el AE de jara(Cistus ladanifer)y de geranio de olor(Pelargonium graveolens),potentes astringentes, contraen los poros de la piel y por tanto disminuyen la secreción de sudor. Además, son reguladores nerviosos.
El AE de espliego(Lavandula angustifolia),calmante y ansiolítico, hará disminuir los estímulos psíquicos que se encuentran en el origen del exceso de transpiración.
El AE de ciprés(Cupressus sempervirens) también combina propiedades astringentes con otras reguladoras del sudor y del nerviosismo.
Y el AE de citronela de Java(Cymbopogon winterianus)posee un fuerte efecto desodorante. Lo mejor es utilizarlo en asociación con otras plantas para una mayor eficacia.
Talco perfumado
Un talco perfumado para espolvorear en los zapatos absorberá la humedad y desodorizará agradablemente los pies:
- AE de espliego (Lavandula angustifolia):2 ml.
- AE de citronela de Java (Cymbopogon winterianus):2 ml.
- AE de geranio de olor(Pelargonium graveolens):2 ml.
- Talco: 50 g.
Desodorante líquido
Y si prefiere un desodorante líquido y ligeramente perfumado:
- AE de palmarosa (Cymbopogon martinii):3 ml.
- AE de ciprés (Cupressus sempervirens):3 ml.
- AE de árbol de té (Melaleuca alternifolia):3 ml.
- AE de espliego (Lavandula angustifolia):1 ml.
- Hidrolato de salvia (Salvia oficinalis):50 ml.
- Alcohol de 90°: 50 ml.
Precauciones. La palmarosa está contraindicada en los primeros de tres meses de embarazo. No usar el ciprés en caso de mastitis (inlamación o infección de la mama) y cáncer hormonodependiente.
Aceite oloroso
Esta emulsión se puede aplicar localmente de 1 a 2 veces al día sobre las palmas de las manos, las plantas de los pies y las axilas depiladas.
- AE de palmarosa (Cymbopogon martinii):2 ml.
- AE de ciprés (Cupressus sempervirens):2 ml.
- AE de geranio de olor(Pelargonium graveolens): 1,5 ml.
- AE de jara pringosa (Cistus ladanifer):0,5 ml.
- AV de jojoba (Simmondsia chinensis):60 ml.
El aceite vegetal (AV) de jojoba frena la “perspiración” (que engloba dos fenómenos invisibles e insensibles, la emisión de vapor de agua y la secreción de sudor inmediatamente evaporado, mientras la glándula sudorípara está aparentemente en reposo, ya que durante la sudación las glándulas están visiblemente activas).
Aporta estabilidad a la mezcla (alarga su vida útil) y procura un tacto no graso a las preparaciones.
Algunos consejos, eficaces y sencillos
- Utilizar calzado de cuero y ropa amplia y de materiales naturales (algodón, seda, lino…) para dejar que la piel respire.
- En nuestra alimentación equilibrada evitaremos el café, té, bebidas con cafeína, el alcohol, y las especias (aumentan la temperatura corporal). Hay que evitar además el ajo y la cebolla, que dan un olor fuerte al sudor, y comer mucha fruta.
- La relajación y el yoga nos ayudarán a dominar el estrés y a regular la transpiración.
Miradry
Se estima que entre el 1 y el3 % de la población padecen hiperhidrosis. Con el tratamiento “Miradry”se elimina aproximadamente el 2% de las glándulas sudoríparas del cuerpo (los millones de glándulas sudoríparas restantes siguen cumpliendo su función de enfriamiento corporal).
Es un tratamiento de aplicación reciente, con cuatro añosde éxito en EEUU y miles de pacientes tratados. En 2014 ganó el «Aesthetics Award” (premio a la mejor técnica cosmética) y según encuestas americanas es la técnica dermatológica con más alto nivel de satisfacción.
Se trata de un procedimiento no quirúrgico, que funciona con microondas controladas para reducir las glándulas sudoríparas que causan el sudor en la axila. Esas glándulas no vuelven a crecer una vez eliminadas y no hay un efecto de sudoración compensatoria después.
Es un sistema muy seguro y rápido, clínicamente probado y aprobado por las autoridades sanitarias, que se realiza en clínicas, bajo supervisión médica.
Los estudios realizados muestran que este sistemareduce el sudor de la axila en más del 80%.
Sobre el gran éxito de este método Norteamérica, hay que recordar la situación nutricional que padecen allí, que está elacionada con numerosos problemas de salud: comida basura, alimentación hipercalórica, poco ejercicio…