La alimentación y el tiempo que pasamos sentados a lo largo del día son dos factores que podrían intervenir en la aparición de las crisis de angustia.
La remolacha combate la inflamación, disminuye la presión arterial y favorece la desintoxicación. También se considera que puede ayudar a reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca y de accidente cerebrovascular.
Además, la suplementación con cúrcuma (existen extractos de curcumina con alto nivel dfe concentración) también ha demostrado mejorar la memoria y concentración en personas mayores que ya sufren leves pérdidas de memoria, además de reducir los depósitos de amiloide y tau, asociados con la enfermedad de Alzheimer.
Uno de los factores alimenticios más influyentes es la cantidad de carbohidratos netos que consume regularmente. Una alimentación alta en azúcar desencadena resistencia a la insulina, que está fuertemente relacionada con el Alzheimer
Las investigaciones demuestran que la alimentación alta en carbohidratos aumenta en un 89% el riesgo de demencia, mientras que las que son ricas en grasas lo reducen en un 44%.