Un nuevo estudio, publicado en la famosa revista Aging Cell, acaba de demostrar que la ingesta de colina –un ácido graso natural presente en la alimentación– está relacionado con un riesgo reducido de demencia y con una reducción de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Un poco antes, en 2019, un informe ya había concluido que había una relación clara entre el aumento de casos de demencia y la disminución de los aportes de colina de origen alimenticio.
ACETILCOLINA
Como decimos, la colina es un ácido graso que sirve para la fabricación de un mensajero esencial del cerebro: la acetilcolina. Nuestro organismo la utiliza también para fabricar membranas celulares muy fluidas, indispensables para los diferentes procesos cognitivos como la memoria, el aprendizaje y la atención. Por otra parte, el estudio mencionado anteriormente también ha constatado un mejor rendimiento cognitivo en las personas con aportes de colina elevados. La encontraréis sobre todo en los huevos, el germen de trigo, la leche y las coles de Bruselas. También la hay en forma de complemento dietético. Actualmente, es el momento ideal de combinarla con el DHA (ácido docosahexaenoico), un ácido graso omega 3 de origen marino que forma parte también de la composición de nuestras membranas.
El frío del invierno tiende a volver rígidas nuestras membranas celulares, lo que ralentiza los intercambios de información entre las neuronas. Para combatir este fenómeno natural, el organismo aumenta el contenido de colina y de omega 3 en las membranas, lo que mejora la flexibilidad.