Dolor y rigideces en las articulaciones: ¿hay solución?
La degradación del cartílago de las articulaciones, es decir, la artrosis, se traduce en fuertes dolores, deformaciones y rigideces más o menos pronunciadas. Pero lejos de ser la consecuencia inevitable del envejecimiento del esqueleto, la artrosis puede combatirse e incluso revertirse. La solución está en algunas sustancias naturales y una dieta adecuada.
Textos: Blanca Herp y Redacción, con informaciones de Laura Torres.
Fármacos para las rodillas de las personas mayores
Hoy en día la artrosis afecta al 16,6% de la población española. Entre las principales articulaciones afectadas destacan las de la columna vertebral, las manos, las rodillas o la cadera. Es un trastorno que afecta sobre todo a los mayores de 65 años, pero es habitual sufrirla bastante antes de esta edad. Casi la mitad de la población adulta de más de 50 años muestra signos de artrosis de rodilla, y es más frecuente en mujeres, sobre todo a partir de los 55 años.
Todavía no se ha perfeccionado ningún tratamiento médico que cure definitivamente la artrosis. Para aliviar los dolores, la medicina de farmaciarecomienda tomar antiinflamatorios convencionales, por desgracia bien conocidos debido al riesgo de que produzcan úlceras digestivas, hemorragias o insuficiencia renal, o bien paracetamol, cuya toxicidad hepática está bien demostrada. Además de los efectos secundarios, a largo plazo estos medicamentos tienen una eficacia bastante modesta y, lo que es peor, pueden agravar la situación y acelerar la degradación del cartílago.
En caso de sufrir una crisis dolorosa aguda se puede practicar en el interior de la articulación una infiltración de cortisona, cuyo efecto antálgico (que calma el dolor) dura hasta dos meses y no se puede repetir más de tres veces al año.
¿Ácido hialurónico? ¿Cirugía?
Con el fin de ralentizar la evolución de la artrosis de rodilla, la inyección de ácido hialurónico (permite “engrasar” la articulación) es un tratamiento que ha interesado recientemente a los científicos. La recomiendan sólo a pacientes con artrosis moderadas, pero en la mayoría de casos los beneficios son mínimos y con indeseablesefectos secundarios.
Si el dolor y las molestias son muy importantes, una última soluciónpasa por realizar una intervención quirúrgica en la que se colocará una prótesis. Tiene costes muy elevados, y el resultado de esta operación sigue siendo muy precario, además de que no se consigue suprimir totalmente el dolor, que a menudo siguesiendo incapacitante. Por suerte, existen buenos tratamientos de fondo naturales, duraderos y sin estos inconvenientes.
El cartílago, cada vez más fino
Con la artrosis el cartílago se vuelve cada vez más fino hasta llegar a desaparecer. Si lo comparamos, por ejemplo, con la rueda de un coche, del mismo modo que si se quedara sin ruedas acabaría conduciendo directamente sobre las llantas, sin cartílagos el movimiento del cuerpo humano se produciría a través del choque de hueso contra hueso.
Durante mucho tiempo se creyó que la degradación del cartílago estaba ligada al envejecimiento y que por tanto era normal, con la edad, sufrir dolores en las articulaciones. Pero, aunque el envejecimiento acabe alterando las facultades de reparación del organismo, existen otros factores que explican la aparición de artrosis (que, por otra parte, puede ser reversible).
¿Cómo funciona una articulación? La pieza maestra de la articulación es el cartílago, que envuelve y protege las extremidades de los huesos. Un cartílago en buen estado debe ser liso, firme y elástico, con la propiedad de amortiguar los choques y repartir las tensiones. Gracias a esta propiedad los huesos se deslizan el uno contra el otro, lo que permite una facilidad de movimiento.
Gel lubrificante. ¡Hay que moverse!
Los cartílagos están bañados por una pequeña cantidad de líquido sinovial(o sinovia), una especie de «gel» viscoso lubrificante que evita la fricción violenta de un hueso contra otro. Estos pocos mililitros de gel tienen una gran importancia, ya que ningún vaso sanguíneo atraviesa los cartílagos y éstos dependen por completo del líquido sinovial para obtener los nutrientes necesarios y poder mantenerse.
Para que este líquido circule e impregne los cartílagos es necesario ejercer variaciones de presión en el seno de la articulación, alternándolas con relajaciones. Dicho de otro modo: hay que moverse. Ese es el único mecanismo que realmente funciona para aportar los elementos nutritivos y evacuar los residuos producidos en la articulación.
Por otro lado, la falta de líquido sinovial impide humedecer correctamente los cartílagos, que necesitan mucha agua. Si lo comparamos con una esponja, cuando la esponja está mojada amortigua los choques suavemente, pero si está seca pierde elasticidad y se vuelve dura.
Por eso el sedentarismo es fatalpara las articulaciones, ya que cuanto menos se utilizan más se deterioran. Para evitarlo hemos de practicar una actividad física suave y regular, incluso en caso de artrosis (caminar, nadar, bicicleta, esquí de fondo, etc.). Buscaremos el término medio en duración e intensidad y evitaremos los deportes en los que exista riesgo de sufrir traumatismos (fútbol, rugby, esquí de descenso, etc.).
Cómo actúa la artrosis
El buen estado de las articulaciones depende del correcto funcionamiento de los condrocitos, que son las células que fabrican el cartílago. Al igual que ocurre con los tejidos del organismo, el cartílago está en constante regeneración (o remodelación) gracias a estas células especializadas que sintetizan cada uno de los elementos que lo constituyen —el colágeno y los proteoglicanos— y activan enzimas de degradación para reemplazarlas a medida que se desgastan.
Pero con la artrosis los condrocitos son víctimas de una inflamación que les vuelve hiperactivos, lo que crea un auténtico síndrome de destrucción. Independientemente de la causa de la inflamación, los condrocitos reaccionan tratando de producir más elementos que constituyen el cartílago, lo que hace que acaben “cansándose” y, en consecuencia, les sobreviene un estado de fatiga crónica y se ven incapaces de fabricar cartílago nuevo.
Por el contrario, van a generar cada vez más moléculas proinflamatorias, las citoquinas, que atacan a otros condrocitos y a las células sanas. Es decir, las citoquinasacaban destruyendo el cartílago existente e impiden que se forme uno nuevo.
De este modo, el cartílago se auto degrada en el mismo seno de la articulación y, cuanto más perdura la inflamación, más se agrava la artrosis. Además, el resto de la articulación (tendones, ligamentos o el hueso) también se ve atacada, por lo que el resultado puede resumirse en una sola palabra: ¡catastrófico!
Las verdaderas causas de la artrosis
Como origen de esa inflamación de los condrocitos, la genéticainterviene entre el 15 y el 20% de los casos. Es decir, si uno de los padres tiene artrosis, los hijos tendrán más probabilidades de sufrirla. Por eso, aunque ningún gen por sí solo puede provocar la enfermedad, es decisivo seguir un estilo de vida sano para impedir su aparición o retrasarla lo más posible.
Otra causa de la inflamación es el sobrepeso, que provoca una presión excesiva sobre la articulación de la rodilla y la cadera, pero también una inflamación crónica capaz de sobreexcitar los condrocitos no sólo de estas articulaciones en concreto, sino también del resto del cuerpo.
Lostraumatismos(fracturas, esguinces, etc.) generan citoquinas proinflamatorias, así como las malas posturas. Por ejemplo, la posición de los puños y codos mientras se maneja el ratón del ordenador, las manos sobre el teclado del ordenador o los dedos sobre el piano, entre otros.
Junto a estas causas ya conocidas desde hace medio siglo, los investigadores descubrieron otras dos tesis esenciales para entender el buen funcionamiento de las articulaciones, sobre las que se puede actuar.
El cuidado natural de las arterias
La primera tesis demuestra que el desarrollo de la artrosis va ligado al estado cardiovascular. El espesamiento de las paredes de los vasos sanguíneos, como ocurre con la hipertensión arterial, la diabetes o el ateroma, implica una obstrucción parcial que entorpece el aporte de nutrientes en el hueso situado justo debajo del cartílago.
Este descenso de los nutrientes provoca la muerte de las células óseas y el hueso acaba por reabsorberse o fisurarse, mientras que el cartílago ubicado encima se irrita o se destruye. El estado de los microvasos que alimentan el hueso en las articulaciones también está directamente ligado con el desarrollo de la artrosis.
Se ha demostrado que la calidad de la sangre (falta de fluidez, alta capacidad de coagulación) también puede afectar el avance de la artrosis. Y por otra parte se sabeque el consumo elevado de fruta y aliáceos (ajo, cebolla, chalotas y puerros) tenía un efecto protector sobre los cartílagos..
Qué es la «glicación»
Laglicaciónesuna reacción química que corresponde a la “caramelización” de las proteínas del cuerpo y que se produce con el contacto del azúcar que circula por la sangre. El resultado son unas proteínas glicadaso AGE (Productos de Glicación Avanzada), tóxicas y corrosivas, que llegan a producir daños irreversibles.
Como el principal componente del cartílago, el colágeno, es muy rico en proteínas, supone uno de los principales objetivos de la glicación. queacelera la inflamacióny su destrucción.
Estas proteínas glicadas AGE pueden formarse de manera natural en el cuerpo, en una cantidad proporcional a la tasa de azúcar presente en el organismo.
En todo caso, la mayor parte de las AGE proviene directamente de la alimentación. En concreto de unos alimentos cuyo aspecto es bien familiar: es el que hace que las patatas fritas queden crujientes, que la corteza del pan esté dorada o que el pollo tenga un aspecto tostado.
Algunos alimentos contienen AGE de manera natural, pero sobre todo se obtienen en el momento de su elaboración y preparación, ya que aparecen durante las cocciones largas a temperatura elevada. Por ejemplo, un muslo de pollo asado a la barbacoa puede contener 16.000 unidades k (ku) de AGE, mientras que cocido al vapor no presenta más de 1.000 ku.
Se puede luchar contra la glicación de dos maneras distintas:
- Controlando el equilibrio glucémicopara luchar contra la producción metabólica de AGE. Para ello, limitaremos el consumo de carbohidratos de alto índice glucémico (IG).
- Adoptando modos de cocción rápidos y a menos de 180° C.Optaremos por la preparación de alimentos al vapor, estofados o en el horno a baja temperatura, eliminando las barbacoas.
Hay que limitar también el consumo de alimentos asados, al grill, empanados o fritos, sobre todo si están quemados (en especial las patatas fritas, los huevos, el queso, la carne en los no vegetarianos, los aceites y los productos industriales).
Una dieta para combatir la artrosis
En la década de 1980, el Dr. Jean Seignalet dedujo que las enfermedades crónicas como la artrosis podían estar ligadas a la alimentación. Basó su razonamiento científico en la hiperpermeabilidad intestinal, fuente de inflamación crónica (ver el libro «Alimentación, la tercera medicina», ed. RBA).
¿Cómo se explica esta hiperpermeabilidad del intestino delgado? Ya que las enzimas digestivas no están adaptadas ni son capaces de digerir en su totalidad los alimentos más habituales de nuestra actual dieta, la acumulación de moléculas mal digeridas en el intestino desequilibra la lora intestinal e irrita la pared del intestino delgado, que se vuelve permeable y deja que penetren en la sangre elementos nocivos que intoxicarán el organismo. En la artrosis impregnarán poco a poco los tejidos articulares, lo que acaba provocando la enfermedad.
El Dr. Seignalet probó su dieta y tuvo un 94% de éxito entre los pacientes que padecían artrosis. En sólo unos meses este método alimentario permitió mejoras significativas, en algunos casos espectaculares, siempre y cuando no se hubieraalcanzado el punto en el que los cartílagos estaban completamente destruidos.
Hoy en día los estudios son unánimes a la hora de validar las teorías del Dr. Seignalet, mostrando los estragos que causa la alimentación actual sobre el ecosistema intestinal.
Consejos alimentarios para vencer la artrosis
- Excluir la leche animal (vaca, cabra, oveja…) y sus derivados: mantequilla, nata, queso, yogures y productos lácteos.
- Descartar los cereales que contienen gluten: trigo, cebada, avena, centeno y maíz. Opte mejor por el arroz, el trigo sarraceno, el mijo y el sésamo.
- Evitar los alimentos cocidos a temperatura elevada: evitar cocciones superiores a 110°C.
- Prescindir de los embutidos.
5.Excluir los aceites refinados: sustitúyalos por aceites vírgenes de primera presión (es decir, del primer prensado). Escoger bien el aceite es primordial para luchar contra la inflamación de la artrosis, por lo que debe consumir aceite de oliva, aceite procedente de semillas de la planta de la colza o aceite de lino en lugar de los aceites de girasol y maíz.
- Reducir al máximo los alimentos industriales: y en particular, el azúcar blanco y otros alimentos con un índice glucémico elevado.
- Limitar el consumo de sal.
Importante: seguir estos consejos no cura la artrosis, pero ayuda mucho, no sólo porque los síntomas desaparecerán, sino también porque así podremos controlar la enfermedad.
Eliminar los lácteos y el gluten
Ladieta hipotóxicaexcluye dos grupos de alimentos sobre los que se basa gran parte de la alimentación moderna: los productos lácteos y los cereales con gluten. Si además de eliminarlos nos acostumbramos a comerverdura cruda en cantidad y cocciones al vapor para evitar la formación de AGE, recuperaremos la saludde las articulaciones.
La leche y el gluten se pueden considerar venenos para el organismo. Ya sabemos que las enzimas digestivas suelen tener muchas dificultades para digerirlos y cada día que pasa se publican nuevos estudios que demuestran que estos dos elementos favorecen la permeabilidad intestinal, lo que dificulta su función defensiva dentro del sistema inmunológico del organismo.
Lo que se consigue con el consumo de gluten es un estado inflamatorio latente, incluso en las personas que gozan de buena salud. Pero además su toxicidad está implicada en el desarrollo de la artrosis. Es cierto que el trigo integral es más recomendable que el trigo refinado, pero sigue conservando una importante fuente de AGE que intoxica el organismo.
Por otro lado, una de sus moléculas, la lectina, desempeña un papel proinflamatorio crítico en la degeneración del cartílagoy la desorganización de los condrocitos.
Los productos lácteos favorecen disfunciones en el seno de las articulaciones debido a la intolerancia a la lactosa(que afecta como mínimo a entre un 30 y un 40% de los adultos), y muy probablemente de caseína, la proteína de la leche animal, a la que el organismo no se ha adaptado. Al igual que ocurre con el gluten, la caseína altera la zonulina, que es la hormona que regula la permeabilidad intestinal.
Dos importantes complementos alimenticios
- Vitamina D. Un déficit de vitamina D va a acelerar el avance de la artrosis, en especial de las rodillas. El sol es la principal fuente de vitamina D pero, en los meses en los que no abunda tanto, es conveniente un suplemento de 4.000 UI al día.
- Omega-3 EPA y DHA. Los omega-3 de cadena larga EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico) favorecen la movilidad articular, frenan la degradación del cartílagoy los fenómenos inflamatoriosy refuerzan los ligamentos al estimular la síntesis de colágeno. Se deben tomar a razón de 1 a 2 gramos al día.
Las sustancias naturales más eficaces
Los antiinflamatorios no esteroideos tienen escasos efectos a largo plazo y además van acompañados de efectos secundarios indeseables. Por ello, es mejor optar por alternativas naturales más eficaces.
- Harpagofito. Esta planta africana parece ser tan eficaz como los medicamentos, pero con menos efectos secundarios. Permite un alivio rápido del dolor en entre un 25 y un 45% de los casos y también alivia los síntomas de la artrosis. Es eficaz a partir de los 50 mg al día de harpagósido, su principio activo más destacado.
- Curcumina. Sustancia que se extrae de la cúrcuma, tiene propiedades antiinflamatorias y efectos protectores de las articulaciones. Se ha comprobado que es más eficazque los medicamentos, además de reducir significativamente el dolor y mejorar el funcionamiento de la articulación si se toman dosis de 1,5 g al día.
- Condroitina. Es un componente esencial del cartílago. Su función natural es ayudar a hidratar el cartílago y contribuir a la flexibilidad y la elasticidad del hueso. El papel de la condroitina es fundamental para la solidez y la flexibilidad de las articulaciones. También existen productos que combinan glucosamina, condroitina y harpagofito.
La eficacia de la glucosamina contra la artrosis
La buena salud del cartílago depende principalmente de su capacidad de sintetizar proteoglicanos, que son las moléculas “esponja” que garantizan la flexibilidad y elasticidad del cartílago. Para ello se necesitan dos ingredientes, la glucosamina y la condroitina, que se sintetizan a partir de la glucosa sanguínea. Pero en los casos de artrosis las células no llegan a desempeñar bien esta tarea.
Los suplementos de glucosamina alivian las artrosis ligeras o moderadas, y estabilizan el proceso de degradación del cartílago. De este modo, tomar 1.500 mg de sulfato de glucosamina durante tres años suele bloquear el avance de la enfermedad. En cuanto a la condroitina, se sabe que tomar una dosis de 800 mg al día mejora los síntomas de la artrosis, y, al igual que la glucosamina, permite detener su evolución.
La combinación de ambas sustancias actúa en sinergía y posee una eficacia, al cabo de seis meses de tratamiento, comparable a los antiinflamatorios (no esteroideos) en el 80% de casos. Y siempre de forma inocua para el organismo.