En los dos números anteriores hemos hablado de la compleja historia de amor de dos jóvenes: Eros y Psique. Eros, un dios anterior a todos los dioses (se considera al amor como el principio de todo) y una mortal, Psique, que debe experimentar duras pruebas para aprender a amar. Si ya en un nivel formal la historia de amor de Psique y Eros es hermosa y contiene elementos que nos llaman a sentimientos humanos y deseos divinos, su significado oculto contiene las vicisitudes del alma humana para llegar al amor.
Texto: CARME GARCIA GOMILA (Médica y psicoanalista).
¿Qué representan los personajes de este mito?
Para empezar, juguemos a considerar los distintos personajes como aspectos que forman parte de nosotros mismos, como pobladores de nuestra mente que están en tensión y actúan a veces contradictoriamente. Personajes que representan sentimientos y el conflicto interno que cada uno de nosotros vive: la dualidad de amar y ser amado, la dinámica, el conflicto… Si Narciso se ahoga por no poder tener en cuenta al otro, Psique puede perderse por no verse a sí misma.
En este supuesto de que los personajes del mito nos representan, Psique tendría el significado del alma humana. Algunos la llamarán mente, otros espíritu, otros pensamiento, pero en general todos tenemos un cierto concepto de qué es el alma. Psique es bella, con una belleza pura, una belleza preciada y temida que puede perderse fácilmente. En todas las representaciones artísticas Psique, por su componente humano, está con los pies en el suelo. Eros representa al amor, un dios soberbio y decidido que produce gran placer cuando se encuentra satisfecho, pero que se desvanece con gran facilidad llevándose el bienestar que trajo.
Si recordamos la historia y sobrevolamos por un momento las relaciones significativas de nuestra vida, veremos que esta relación de amor en principio tiene que ser ciega, sin que el alma vea al objeto de amor tal y como es. El lenguaje popular lo expresa con la frase «El amor es ciego» y, al principio, debe ser así. También debe seducirnos cada día. Pero no debemos pensar sólo en el amor romántico, sino en cualquier tipo de amor: el inicio de una amistad, la ilusión por un trabajo o unos estudios y el más importante de todos, el amor de los padres por su bebé aún antes de tenerlo en brazos. Eso se repite en todos los amores: un amor ciego e incondicional como el amor de Psique por Eros aún sin haberlo visto.
Malas compañías o simplemente compañeros de viaje
En este mito, las hermanas de Psique, humanas y reales, vendrían a representar el principio de realidad, la hacen dudar de su amor, instigan la curiosidad y proporcionan elementos para ver con claridad a quién se ama. Pero el amor en principio huye cuando se descubre su verdadero rostro. ¿Es que quizá tememos conocer el verdadero rostro del amor? En el mito, descubrir el rostro de Eros, conlleva para Psique el ser abandonada y verse castigada por Afrodita a la compañía deTristeza y Soledad. El consiguiente sufrimiento lleva al alma a hacer grandes esfuerzos para volver a amar, a satisfacer el deseo de volver a ver el rostro de Eros.
Por otro lado, si bien las pruebas a las que Afrodita somete a Psique son crueles y hacen pensar en una venganza envidiosa por haber enamorado a Eros, podemos pensar también en las dificultades del alma humana para amar. Los aprendizajes que debe hacer y cómo debe dejarse ayudar por elementos de la naturaleza como las hormigas, los juncos del rio o las águilas. Las hormigas que recogen las semillas esparcidas significarían la paciencia, los juncos que ocultan Psique de los carneros peligrosos, la capacidad de mitigar el miedo y el águila que consigue agua de la fuente Estigia, la capacidad de verse con claridad a uno mismo.
Un final feliz
A partir de aquí, cuando Psique baja al Hades demuestra que está preparada para reencontrarse con el amor. Pero la inseguridad en sí misma le hace abrir la cajita donde Perséfone depositó belleza divina para Afrodita. Aquí vemos como la inseguridad nos lleva a tomar decisiones equivocadas al no querernos a nosotros mismos. Pero el mismo sueño estigio en que cae Psique como castigo es lo que doblega la soberbia de Eros y le lleva a comprender el carácter incondicional del amor de Psique. El mito nos advierte que hasta que el alma no ha madurado y dominado sus instintos, el amor no aparecerá para quedarse con ella y volverla inmortal. Es el alma que ha visto el verdadero rostro del amor la que puede retener el amor a su lado. Cuando Eros salva a Psique, la lleva al Olimpo donde bebe ambrosía que la convierte en inmortal y le son concedidas alas al igual que tiene Eros, pero alas de mariposa, por eso el alma humana a veces viene representada como una mariposa. Solo superando el miedo al rostro auténtico del amor, el alma deviene inmortal.