Suryanamaskar
El saludo al sol paso a paso.
Éste es uno de los ejercicios corporales más populares que propone la práctica de yoga. El «Saludo al Sol» es una secuencia dinámica de posturas enlazadas que ejercitan el cuerpo de una forma muy completa. Se supone que en sus inciertos orígenes su objetivo fuera ‘despertar’ el cuerpo tras el descanso y prepararlo para la actividad diaria. La completitud física que aporta el ejercicio lo ha llevado a incorporarse habitualmente al inicio de las sesiones prácticas de yoga como forma de calentamiento dinámico para preparar las series de asana (posturas estáticas del yoga).
Con el tiempo, esta tradicional práctica ha ido evolucionando hasta el punto en que cada escuela de yoga incorpora su forma particular de llevarla a cabo. Te invitamos a profundizar en los fundamentos de este saludable ejercicio, impregnarte de su esencia, y ¿por qué no ponerlo en práctica durante el próximo amanecer?
El nombre
En el clásico idioma sánscrito, surya significa «Sol», y namaskar significa «Saludo». Resulta lógico pensar que el «Saludo al Sol» trata de una práctica matutina preparadora del cuerpo para la actividad tras el descanso.
Ritual sagrado
A lo largo de la historia, muchas tradiciones de todo el mundo han rendido culto al Sol. Hoy en día, la antiquísima cultura india lo sigue mostrando, y muy evidentemente a través de las enseñanzas del yoga. Un ejemplo es este ejercicio de «Saludo al Sol». Su origen es remoto e incógnito, y aunque con el tiempo haya sufrido múltiples modificaciones, el espíritu inicial permanece; Desde la gravedad de pie, el cuerpo realiza un recorrido de inclinación al suelo y una posterior reincorporación a su inicio. Con este gesto podemos interpretar un motivo espiritual de adoración a nuestra estrella más cercana, el Sol, como centro potencial sagrado sobre el que gira nuestro planeta, bendiciéndola cada día con su luz y su calor para que exista vida en esta tierra.
Asimismo, el yogui y la yoguini también reconocen un sol resplandeciente en su interior. Podemos situarlo en la zona del estómago, coincidiendo con manipura chakra, el centro energético del plexo “solar”. Otra ubicación de nuestro sol interno es en anahata, el centro energético del corazón, que irradia la energía más poderosa; el amor puro sobre el que giran nuestras vidas. Por lo tanto, con este enfoque, no importa el momento del día o la noche para practicar el Saludo al Sol. Con esta saludable práctica corporal saludamos y honoramos también a nuestro Sol interior, que día tras día nos mantiene vivos con su energía vital.