¿Es posible celebrar las fiestas sin los excesos en las comidas? ¿Se pueden evitar tantas combinaciones indigestas? Lo ideal seria evitar según qué platos navideños, pero si las circunstancias no lo permiten, y se termina con excesos, la fitoterapia puede ayudarnos a digerir bien. Vamos a recordar algunas plantas muy eficaces, entre otros consejos.
Los problemas de digestión son siempre desagradables y, a menudo, van acompañados de reflujos ácidos, de hinchazón abdominal, de náuseas, de dolor abdominal o de mal aliento… Hay soluciones naturales para digerir mejor, y entre éstas hay plantas con beneficios a veces insospechados: ofrecemos un panorama general de estas auténticas benefactoras.
La cúrcuma. Esta planta de mil beneficios es conocida por sus propiedades beneficiosas contra la dispepsia, es decir, el conjunto de síntomas relacionados con una digestión difícil. Por otra parte, la cúrcuma estimula la vesícula biliar: es ella la que es responsable de la liberación de la bilis (secretada por el hígado). La función de la bilis es emulsionar los lípidos para hacerlos más digestivos. Además de espolvorear cúrcuma en sus platos, se pueden también hacer infusiones con ella (se tomarán una o dos veces al día).
La menta piperita. Una infusión de esta variedad tan común de menta es siempre beneficiosa para los síntomas de indigestión. Es especialmente conocida por aliviar los espasmos gastrointestinales (dolor abdominal) y la hinchazón, especialmente cuando está combinada con la alcaravea (Carum carvi). También se puede utilizar su aceite esencial, todavía más concentrado y eficaz, diluyéndolo mucho (no más de una gota) en agua caliente y miel. Recordemos que el uso y consumo de los aceites esenciales ha de ser abordado con precaución y está contraindicado en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
La alcachofa. El extracto de hojas de alcachofa contiene cinarina, que alivia la indigestión. Estimula el hígado y la producción de bilis, y permite una digestión más serena. La alcachofa alivia las manifestaciones del síndrome del intestino irritable, una afección que no es grave la mayoría de veces: calambres intestinales, hinchazón intestinal dolorosa, estreñimiento o diarrea… Lo ideal es comer alcachofas más a menudo, pero también puede tomarse en infusión de flores secas, o incluso en complemento alimenticio.
El cardo mariano. El interés terapéutico de esta planta reside en la silimarina (un complejo antioxidante que agrupa a varios componentes de la planta, y que representa su principal principio activo). La silimarina tiene efectos protectores y depurativos en el hígado, además de activar la regeneración de sus células. También se conocen sus efectos calmantes de los trastornos gástricos. Sus semillas se consumen directamente o en infusión.
Iberis. El iberis (Iberis sempervirens) es una planta casi secreta, sin embargo se conoce por sus potentes efectos sobre la acidez del estómago y el dolor abdominal. Estimula las contracciones intestinales, indispensables para un circuito digestivo funcional, y limita los efectos secundarios a nivel digestivo de algunos tratamientos.
Ayuno. Después de una comilona lo mejor de todo es dejar descansar el aparato digestivo. Ayunar todas las horas seguidas posibles, tanto si es con la ayuda de tisanas o zumos, como si es con agua, siempre es un buen recurso.
Probióticos. Existen cada vez más probióticos, esas bacterias beneficiosas capaces de modificar muchos parámetros fisiológicos y metabólicos, como el refuerzo de la barrera intestinal y la optimización de la digestión. Muchos probióticos aparecen en los alimentos fermentados, y hay que procurar no fiarlo todo a los complementos dietéticos como recurso.
Alimentos fermentados. Además de ser una fuente valiosa de nutrientes esenciales, los alimentos fermentados ayudan a mantener un intestino fuerte y eficiente. Constituyen una valiosa fuente de nutrientes esenciales para el intestino que ante la escasez de flora intestinal, puede inflamarse y causar aumento de peso. Ricos en probióticos, te ayudarán a mantener un sistema inmunológico saludable, un metabolismo eficiente y a cuidar tu sistema intestinal con una flora equilibrada Los alimentos fermentados ayudan a aliviar síntomas de intestino irritable entre otras muchas ventajas. Se trata, claro está, del yogur, el kéfir, el kimchi, la col fermentada o chucrut, la kombucha, el tempeh y el natto (variantes de la soja fermentada), el kvas, una bebida tradicional rusa…
Bromelaína. El excelente complejo enzimático que contiene la piña es ideal contra el reflujo gastroesofágico (incluso en caso de malestar articular). La bromelaína es una enzima proteolítica (en otras palabras, capaz de escindir las proteínas). Las sustancias que segmentan naturalmente las proteínas pueden resultar ser muy beneficiosas para el organismo. La bromelaína ayuda a mantener el páncreas y a limitar los reflujos.
Carbón activado. Sus propiedades absorbentes de toxinas tienen una amplia variedad de usos medicinales y cosméticos. El carbón activado se produce sobrecalentando las fuentes naturales del carbón, como la madera. El polvo negro impide que las toxinas se absorban por el estómago al adherirse a ellas. El cuerpo no puede absorber el carbón y, por lo tanto, las toxinas que se unen al carbón salen del cuerpo a través de las heces. Es capaz de atrapar sustancias químicas y otros elementos nocivos que se hayan ingerido y se utiliza incluso en casos de sobredosis. ¿Por qué no conviene emplearlo de forma habitual? Porque su eficacia es tal que logra evitar que el organismo asimile buena parte de la comida.