Qué podemos hacer en caso de dolor de espalda (II)

En la espalda y su dolor influyen muchas causas, pero también disponemos de muchos recursos. En la revista insistimos en la necesidad de revisar lo que comemos y nuestro estilo de vida como una de las respuestas menos populares en caso de dolor de espalda. Naturalmente, se trata de algo más complejo, como vemos en esta serie de artículos (ver el número 512). ¿Qué podemos hacer, en caso de lumbago o de ciática? Vamos a verlo.

¿Qué es un prolapso discal?

El prolapso (algo se ha salido de su sitio) discal (entre vértebra y vértebra) es una fase de la progresión de la hernia discal, en la que el disco intervertebral cambia su forma o posición y se forma una pequeña protuberancia que puede comenzar a rodear la médula espinal. Los síntomas son parecidos a los de la hernia (hormigueo, dolor, debilidad muscular).

Junto a los recursos de la medicina natural, hay que pensar en un tratamiento de fisioterapia. El tiempo de curación está entre 4 y 36 meses.

Lumbago

Si un prolapso discal ocurre de repente, por ejemplo al enderezarse rápidamente habiendo estado agachados o al levantar un peso con un giro simultáneo (como al cargar o descargar un coche), puede producirse un dolor súbito: el lumbago.

Es tan doloroso, entre otras razones, porque el cuerpo se defiende de un dolor de presión intenso en la raíz de un nervio, con una tensión muscular refleja máxima. Ésta inmoviliza por completo el segmento afectado de la columna vertebral, independientemente de la postura en que se encuentre. El dolor puede ser tan intenso que sea imposible enderezarse o cambiar la actitud en algún sentido, de manera que la persona se ve obligada a permanecer en una postura estrafalaria, que sólo con mucha paciencia, calor y reposo podrá relajar poco a poco.

Ciática

Entre las consecuencias de las alteraciones de los discos en la columna lumbar figura la ciática, dolor que baja desde las nalgas a lo largo del costado posterior del muslo para desplazarse en la corva hacia fuera y atravesar la pantorrilla, pudiendo llegar hasta el maleolo externo. A veces se manifiesta como una sensación de hormigueo en el pie o de entumecimiento en la pantorrilla.

Estas molestias también pueden ser síntomas de un prolapso de disco o de un disco abombado en la zona del nervio ciático. Sea lo que fuere, lo que siempre se da es una presión sobre la raíz del nervio que sale de la médula en ese lugar, sobre todo en la transición de la última vértebra lumbar al hueso sacro. Los dolores de ciática pueden ser muy variados, tanto en la calidad del dolor como en la extensión de la zona dolorida, que normalmente se limita a un lado, pero a veces abarca los dos.

Ahí tenemos siempre un problema postural, por eso se puede influir tan positivamente mediante la corrección de la postura y con posiciones de reposo. Se han obtenido buenos resultados con la tracción, (el disco abombado puede ser reabsorbido a su lugar). Así termina la carga de presión y la raíz del nervio queda desahogada. También se entiende por qué aparecen y desaparecen los dolores de la ciática: en reposo y en posturas descargadas, ceden; si aumenta la presión, o sea al estar sentado, al agacharse o al conducir el coche, reaparecen.

Medidas básicas en caso de lumbago y prolapso discal agudo

Figura E1 - Forma correcta de reposar en caso de dolores agudos en la espalda. También puede colocarse una almohadilla eléctrica bajo la zona lumbar.
  • Túmbese de espalda sobre una bolsa de agua caliente o una almohadilla eléctrica, con las piernas levantadas y apoyadas sobre un soporte. Caderas y muslos deben estar en un ángulo de 90 grados (ver la figura E1).
  • Reposo en cama.
  • Cataplasmas calientes, en combinación con reposo libre de tensiones musculares.
  • Si es posible, póngase boca abajo sobre el canto acolchado de una mesa o el respaldo de una butaca pesada, y deje que la pelvis cuelgue suelta (véase la figura E2).
Figura E2 - Reposo en caso de lumbago y prolapso de disco agudos: la pelvis debe «colgar» realmente de la mesa.

Reglas básicas para los problemas de la columna lumbar

  • Lo más importante es enderezar la pelvis y la columna lumbar, especialmente en la posición sentada, pero también de pie. Sin una corrección consciente de la postura (sobre todo en la posición sentada) no cambiará nada. Una espalda encorvada transmite todo el peso del tórax a las pequeñas superficies articulares de las vértebras y al lugar conflictivo en la transición de la columna lumbar, que es muy móvil, y al sacro, que es rígido. Hay que aprender a estar sentado ejerciendo tan poca compresión como sea posible (figura E1).
  • Caminar y moverse es en este caso mucho mejor que estar sentado.
  • La cama también debe permitir reposar sin carga.
  • Tendido de espaldas, separe siempre las piernas y ponga un pequeño cojín por debajo de las vértebras lumbares para descargarlas.
  • En caso de dolores de ciática, duerma abrigado, por ejemplo con una faja de angorina.
  • Controle la situación y postura en el lugar de trabajo (la altura de las superficies de trabajo y de las sillas). Sentados, los ángulos de flexión de caderas y rodillas deberían ser mayores de 90 grados.

Qué puede hacer uno mismo

  • Movilizar la columna lumbar por la mañana, incluso antes de levantarse, para evitar la rigidez de «arranque» y el dolor correspondiente.
  • Los dolores de la ciática pueden aliviarse con fricciones de hielo, pero tanto si se aplican como si no, siempre conviene abrigarse bien.
  • Se dirigirá una ducha caliente con el chorro concentrado sobre el punto dolorido, movilizando la columna lumbar con pequeños ejercicios de relajación para paliar el dolor.
  • Un baño completo caliente con plantas medicinales también es muy útil para relajarse, así como movilizar la columna vertebral relajadamente durante el baño, o por la mañana en la cama.
  • La sauna relajante también es favorable.
  • Es conveniente practicar la natación, aunque sólo estilo espalda, para no hiperextender la columna vertebral. El agua no debe estar fría, pues de lo contrario se contraerían los músculos.
  • Las fricciones con aceites, pomadas y emplastes circulatorios que producen una intensa sensación de calor son también excelentes para aliviar el dolor.
  • Es necesario el reposo de descarga, con las piernas levantadas y apoyadas sobre un soporte, en combinación con calor (bolsa de agua caliente, almohadilla eléctrica o arcilla), o bien tendido de espaldas con las piernas muy abiertas y un cojín por debajo de las vértebras lumbares, optando por aquello que resulte más agradable.

La postura correcta

Conviene encontrar el punto justo para cada postura, sin provocar desequilibrios ni forzar el cuerpo en exceso. No solemos dar a la postura corporal la gran importancia que tiene. Si se aprende cómo estar correctamente sentado o de pie, se tendrá más éxito que con quince minutos de gimnasia diaria, ya que tras la gimnasia tal vez volvería a sentarse de forma encorvada delante de su escritorio, en la butaca, en el banco de la escuela o ante la máquina de coser. De ahí lo decisivo que resulta recuperar la sensibilidad para la postura corporal adecuada.

Estos son algunos de los aspectos más importantes en el tratamiento básico:

  • Los discos intervertebrales deben descargarse del exceso de presión.
  • La columna vertebral debe movilizarse.
  • La columna vertebral se ha de estabilizar, es decir, debe recuperar la capacidad de sostener el cuerpo
  • Hay que entrenar la musculatura dorsal para que pueda dar el sustento necesario a la espalda.

La forma correcta de estar echado

Estar echado de forma correcta, independientemente de si es de espaldas, de costado o boca abajo, siempre implica descargar la columna vertebral.

  • De espaldas: si se tienen las piernas estiradas habrá que separarlas siempre, pues eso es mejor para la zona lumbar; aunque todavía será más agradable si se coloca un pequeño cojín duro bajo la curva lumbar. Si se prefiere dormir con las piernas un poco levantadas, debe colocarse un almohadón plano debajo.
  • De costado: esta posición no descarga la columna tanto como el reposo de espaldas, pero se puede mejorar la posición estirando la pierna inferior y llevándola hacia atrás hasta que la ingle quede casi extendida. La pierna superior se dobla y, en su mayor parte, queda delante de la pierna recta. Así queda estirada la columna lumbar.
  • Boca abajo: debido a la hiperextensión de la columna cervical, solo se aconseja a edad muy temprana.

Cómo debe ser la cama

Mucha gente intenta reposar sobre una cama dura que le ha sido recomendada «para sus vértebras», pero con ello se sienten molestas o incluso doloridas. No hay una recomendación universal sobre cómo debe ser la cama, porque las necesidades varían según las personas. De todos modos:

  • Las personas que pesan mucho necesitan un colchón más duro.
  • Las personas delgadas, flexibles, nervudas (y las personas mayores no muy obesas) pueden dormir sobre un colchón más blando.
  • Si el somier es de madera, duro, el colchón puede ser más grueso, pero rígido. Si es de muelles metálicos, debería ser lo suficientemente rígido como para que el cuerpo no se hunda.
  • Los niños siempre deben dormir sobre una base plana y dura.

Almohadas. La altura de la almohada depende de la circulación. Las personas con trastornos cardíacos o asma deberían dormir con almohada alta, mientras que las personas con presión sanguínea baja habrían de utilizarla plana. La almohada no debe ser excesivamente blanda ni comprimirse demasiado.

La almohada debe poder sostener la cabeza lo suficiente, incluso en el reposo de lado, para que la cabeza no penda. Y debe llenar por completo el ángulo entre hombro y cuello.

¿Es hereditaria la ciática o la hernia discal?

No lo es. Lo que sí es hereditario es la calidad del tejido: por ejemplo, un tejido conjuntivo delicado, cierta debilidad de los ligamentos, una musculatura fuerte o débil y la calidad de la estructura ósea. Las personas con un tejido conjuntivo débil han de prestar atención a su postura y entrenar la musculatura de soporte de la columna vertebral.

Plantas medicinales aconsejables en caso de dolor de espalda

– La cola de caballo es buena fuente de sílice, que es necesaria para los huesos y el tejido conectivo.

– Otras plantas medicinales que ayudan a aliviar el dolor de espalda son: la alfalfa (Medicago sativa), bardana (Arctium lappa), avena fresca (Avena sativa), corteza de olmo americano (Ulmus rubra) y de sauce blanco (Salix alba). Se pueden tomar en cápsula o en extracto, y también en infusión.

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