El verano invita a conocerlas, cuidarlas… y recolectarlas
La llegada del buen tiempo invita a salir al campo y recolectar muchas plantas interesantes que están en plena madurez. Luego podemos secarlas*, si lo que queremos es disfrutar de todo su poder cuando llegue el invierno, o bien, si se trata de plantas silvestres comestibles, las disfrutaremos frescas: pueden convertirse en un auténtico festín. Como hemos anunciado, estamos preparando un regalo a todas las personas amigas de Integral: la reedición de Supervivencia en la naturaleza, con más de 130 plantas silvestres comestibles, del que os ofrecemos un pequeño adelanto, con las plantas resumidas.
Textos: Redacción de Integral
Época de recolección de hojas y flores
Las diferentes épocas del año para recolectar se relacionan directamente con los diferentes estadios evolutivos de la planta. Por ejemplo los brotes están en óptimas condiciones al principio de la primavera, cuando se inicia la nueva vegetación; las hojas, cuando están completamente abiertas, pero todavía algo jóvenes, periodo que corresponde a menudo a la floración de la planta; las flores (tanto los botones como las sumidades floridas de las ramas) cuando no están completamente abiertas, en especial las que son particularmente delicadas, como las del espino albar o las del naranjo.
Por otra parte encontraremos muchas flores comestibles, que comentaremos en el futuro.
Las «Flores astringentes»
Es fácil encontrar algunas de muy conocidas**, como el tomillo (Thymus vulgaris), la cola de caballo(Equisetum arvense, Equisetum telmateia) y la hoja de nogal (Juglans regia). Si a estas tres le añadimos corteza de encina (Quercus ilex) obtendremos las míticas «Flores astringentes».
La corteza de encina, como el resto de plantas medicinales más conocidas, la encontraremos en las buenas herboristerías. Por cierto, los mejores herboristas ya ofrecen, en estos momentos, muchas plantas medicinales procedentes de plantaciones ecológicas.
Con estas «flores astringentes», el médico naturista Dr. Honorio Gimeno (1907-1991) lograba grandes curaciones en aplicaciones externas, gracias a su gran poder desinfectante y cicatrizante. Y sin afectar a la vitalidad de las células (se obtiene una capa protectora añadida, de excelentes resultados en caso de heridas).
Un paseo por el campo
Pasear por el campo nos permite ver en sazón las grandes plantas medicinales clásicas, todas ellas muy populares: mentas y poleo (Mentha piperita, Mentha spicata, Mentha pulegium), manzanilla (Matricaria chamomilla), hierba luisa o verbena (Aloysia citrodora, Lippia triphylla).
La menta es una de las plantas más conocidas y usadas en todo el mundo. Su intenso aroma y sabor la han convertido en una especie altamente buscada para la gastronomía y la cosmética. Para identificarla nos fijaremos en el intenso aroma y sabor mentolado. Mide unos 30 cm de altura.
También podemos reconocer por sus hojitas agujereadas el hipérico o hierba de San Juan (Hypericum perforatum), el gran antidepresivo natural cuyo aceite es además un excelente antiséptico, antiinflamatorio y antiarrugas.
La caléndula (Calendula officinalis), que los seguidores de la agricultura biodinámica cosechan al amanecer, ayuda a regular la menstruación y alivia los dolores menstruales. Se utiliza preferentemente en forma de tintura.
De la capuchina (Tropaeolum majus): se aprovecha prácticamente todo. Las hojas y las flores pueden comerse frescas en ensalada, solas o acompañando a la lechuga, escarola, etc., que la hacen sabrosísima. Son aperitivas y, tomadas durante la cena, favorecen el sueño cuando el insomnio no es muy rebelde. Como aperitivo se toman también los capullos florales, y los frutos sin madurar que pueden ser encurtidos en vinagre y sal.
Un gran diurético es la cola de caballo (Equisetum telmateia, E. arvense), una planta anterior a los dinosauros en este planeta que también facilita la remineralización del organismo y actúa como hemostático, tanto en una hemorragia nasal como en caso de hemorroides sangrantes.
En todas partes encontraremos diente de león (Taraxacum officinale): la decocción de hojas y raíz de diente de león tiene propiedades diuréticas. Sin embargo, muchas personas prefieren tomar la planta fresca en ensalada, cuyas hojas son muy apetitosas y tienen propiedades depurativas, diuréticas y ligeramente laxantes. Las hojas del diente de león son comestibles desde que se está desarrollando hasta su madurez, pero no esperes a que se empiece a marchitar.
El espliego (Lavandula spica, L. angustifolia) es un excelente tónico digestivo y antiespasmódico, que se utiliza para combatir las indigestiones y para disminuir los dolores de tipo cólico. Aplicado externamente alivia los dolores reumáticos.
Y también la borraja (Borago officinalis), cuyas flores son sudoríficas. En invierno, en caso de resfriado, dará buen resultado una infusión de flores de borraja (0,15 g en medio litro de agua), bien abrigados.
En el bosque
Es el momento más maravilloso para encontrar frutos del bosque de forma natural —¡a condición de que mantengamos un comportamiento cívico con la naturaleza!: los groselleros (Ribes rubrum y Ribes nigrum), el arándano (Vaccinium corymbosum) y el mirto (Myrtus communis), o la madreselva (Lonicera caerulea), siempre deliciosa y que les encanta a los pájaros.
Si lo que queremos es preparar una ensalada con verduras silvestres, encontraremos el cardellet o tagarnina (Scolymus hispanicus, ver Integral 533), que ahora incluso llega al mercado, o la verdolaga(Portulaca oleracea), astringente y diurética. Y todas ellas entre decenas de plantas, a cual más interesante y antes de que, al final del verano, las piñas piñoneras se abran para depararnos su magnífico fruto.
Podemos encontrarnos con el abedul (Betula verrucosa), cuyas hojas son diuréticas y reducen la presencia de albúmina en la orina en caso de hipertensión. Las hojas de abedul son una buena ayuda para eliminar el ácido úrico.
O el espino albar (Crataegus monogyna). La infusión de las flores de espino blanco ayuda a regularizar la tensión arterial y tonificar los latidos del corazón. A diferencia de la digital (que requiere control médico y farmacéutico, el espino albar se puede tomar dos veces al día, cada día, sin peligro alguno.
Y si os encontráis cerca del cantón de Appenzell, en Suiza, podéis visitar, además del museo del Dr. Alfred Vogel, la empresa creada por él, con las plantaciones de equinácea (Echinacea purpurea); en esa época están espléndidas y su característica gama de colores rosa nos avisa de que ya están a punto para la preparación de los excelentes extractos que se obtienen con esta extraordinaria planta adaptógena.
Más cerca de aquí encontraremos muy buenos ejemplares de eucalipto (Eucaliptus globulus, Eucaliptus radiata). Podemos recoger sus aromáticas hojas y frutos que, gracias a sus propiedades anticatarrales, tanto apreciaremos en decocción si hay que tomar un buen vaho en invierno. Si es en tisana, utilizaremos una o dos hojas por cada taza de agua. El sabor es fuerte y conviene endulzarla.
Aprender a conocer (¡cuidado con las plantas tóxicas!) y diferenciar las plantas silvestres comestibles puede ayudarnos en cualquier momento: la naturaleza nos ofrece sus mejores dones si somos capaces respetarla más y mejor.
Otras plantas comestibles
Rúcula silvestre (Eruca vesicaria). Esta planta silvestre comestible de la familia de las coles procede del Mediterráneo y se consideraba como un afrodisíaco en la época del imperio romano. Desde 1990 se ha ido incorporando a la gastronomía, aunque en la actualidad aun está poco aprovechada. La reconoceremos por su textura crujiente y sabor picante intenso y amargo. Florece en primavera y crece en racimos de 4 pétalos, con la clásica forma de cruz color blanco amarillento. Conviene comer solo las hojas.
Bledo (Amaranthus blitum). La parte más consumida del bledo como planta silvestre es su hoja, que podemos comer cruda o cocida. También se pueden utilizar sus frutos para hacer infusiones y hasta harina.
Los bledos suelen crecer a un tamaño entre los 20 y los 60 cm. Son de color verde oscuro y un tallo con ramificaciones rojizas. Fíjate en sus hojas romas y de borde dentado. También se considera como una planta silvestre medicinal, gracias a sus grandes cantidades de antioxidantes, vitaminas A, B, C, B1, B2, B3, y minerales como el calcio, hierro y fósforo. Es utilizada en muchos casos para controlar la fiebre, mejorar la flora intestinal e incluso para desintoxicar el estómago.
Cardencha (Dipsacus fullonum). Originaria del hemisferio norte del planeta, la cardencha es una planta silvestre medicinal excelente en infusiones, a partir del extracto de sus raíces. Tiene propiedades diuréticas, sudoríficas y depurativas, es efectiva contra la artritis y, al macerar las raíces, también ayuda a cicatrizar las heridas.
La planta llega a alcanzar el metro y medio de alto en forma recta, y su tallo está repleto de finas espinas. También se puede identificar por su poca frondosidad. Su floración es de color rosa y en forma de cabezales cónicos.
Verdolaga (Portulaca oleracea). Recordemos de nuevo sus propiedades nutritivas y curativas, gracias a su alto contenido de omega 3 y su acción digestiva. La verdolaga es una planta rastrera arbustiva silvestre y comestible que procede de la India y del sur de Europa, pero está extendida por todo el mundo. Se consumen desde sus hojas hasta las semillas, que se utilizan para hacer pan.
La lechuga salvaje (Lactuca virosa) es muy cercana a la lechuga que se usa para cultivos. Al igual que la planta de cultivo, esta es buscada para consumir sus hojas cuando se está en pleno desarrollo y antes de su primera floración. posee propiedades psicoactivas (lactucario) y analgésicas. Es una planta que no conviene comer en exceso, para evitar intoxicaciones.
Llantén (Plantago major). Su uso es medicinal, como antiinflamatorio en forma de pasta, elaborada con sus hojas hervidas, hasta como expectorante gracias a los mucílagos y al ácido silícico que contiene. Además, también es un excelente diurético y cicatrizante.
Apio caballar (Smyrnium Olusatrum). El apio caballar es una de las plantas silvestres medicinales ricas en vitamina C, y con propiedades diuréticas y depurativas. Como especia se consume cruda o cocida desde la antigüedad. además sus frutos son utilizados para aromatizar ungüentos y platos de arroz o de ensaladas.