Algunas plantas son muy eficaces para regular los niveles de colesterol (ver «Colesterol en la práctica» en Integral 516) y ayudan así a mantener la salud cardiovascular… ¡sin estatinas!
Textos: Blanca Herp, con informaciones del Dr. Bernat Vanaclocha
El colesterol necesario
Recordaremos que el colesterol es una sustancia grasa que existe en la sangre y los tejidos de los animales. Todas las células humanas contienen colesterol, que además interviene en la formación de la vitamina D o de las hormonas sexuales. Sin el colesterol, por ejemplo, el organismo sería incapaz de absorber grasas.
Algunas personas tienen una tendencia genética a producir colesterol. Si a eso le sumamos un exceso de alimentos que lo contienen (como las grasas animales, sobre todo si son saturadas), y factores como el sobrepeso, sedentarismo, falta de ejercicio físico y estrés, el resultado es catastrófico para la salud.
Unos niveles altos de colesterol en la sangre aumentan considerablemente el riesgo de padecer dolencias cardiovasculares, pues el colesterol se acumula en las paredes arteriales, pudiendo causar arteriosclerosis*.
Fitoterapia
La ayuda de las plantas medicinales suele ser útil, si se superan estos niveles. Hay plantas que contribuyen a prevenir y tratar la hipercolesterolemia sin los efectos secundarios que comportan los fármacos de síntesis. Estas plantas actúan a distintos niveles:
- Inhiben la síntesis de colesterol
- Reducen su absorción intestinal
- Ayudan a la regulación del metabolismo de las grasas
- Estimulan el funcionamiento de la vesícula biliar
- Impiden que el colesterol pase a la circulación, al reconvertirlo en sales biliares.
GUGUL. Hipolipemiante natural
El gugul (Commiphora mukul) es una planta espinosa, originaria de la India, donde denominan «guggulu» a la resina amarillenta que produce. En medicina ayurvédica se emplea para tratar diversas dolencias como la arteriosclerosis. En estudios realizados con pacientes con hiperlipidemia, se obtuvo un notable descenso de los valores de colesterol LDL y triglicéridos, así como un aumento del HDL o «colesterol bueno».
Cómo tomarlo. De 600 a 1800 mg de polvo micronizado de gomo-oleorresina purificada, media hora antes de cada comida con 2 vasos de agua. O bien en extracto estandarizado (75 a 100 mg/día de gugulesteronas).
BULBOS DE AJO. Inhiben la síntesis de colesterol
El ajo (Allium sativum) reduce los niveles de colesterol total, triglicéridos y LDL, sin modificar los de HDL, al inhibir la síntesis hepática y los depósitos hepáticos de colesterol. Además tiene un efecto antihipertensivo y anticoagulante.
Además del efecto sobre el aliento y del sudor, el ajo puede producir molestias gastrointestinales si se toma fuera de las comidas. Tomar con precaución en caso de hemorragias activas y en tratamientos con anticoagulantes o con hemostáticos.
Cómo tomarlo. En estos casos, un diente de ajo (o 0,5-1 g de polvo de ajo desecado, equivalentes a 6-10 mg de aliína) al día.
ACEITE DE BORRAJA. Rico en ácido gamma-linolénico
El aceite de borraja (Borago officinalis L.) contiene glicéridos ricos en ácidos grasos insaturados, especialmente gamma-linolénico (18-25%), linoleico (30-40%) y oleico (18%). El ácido gamma-linolénico es precursor de las prostaglandinas de la serie 1, sustancias de acción vasodilatadora, antiagregante plaquetaria, antitrombótica e hipocolesterolemiante. Reduce los niveles elevados de colesterol y previene los trastornos cardiovasculares como hipertensión, infarto de miocardio, accidentes vasculares cerebrales…
Cómo tomarlo. La dosis diaria recomendada es de 75 mg en cápsulas blandas, 2-4 cápsulas al día, tras las comidas.
CUTÍCULA DE ISPÁGULA. Reciclado del colesterol
Tanto la semilla entera triturada como la cutícula de la semilla de ispágula (Plantago ovata Forsk) son conocidas como laxante formador de masa. La cutícula reduce significativamente los niveles de colesterol, al combinarse con los ácidos biliares en el tracto gastrointestinal. La práctica totalidad del colesterol hepático se convierte en ácidos biliares, que son vertidos al duodeno y reabsorbidos en el intestino, para ser utilizados de nuevo en forma de bilis.
De esta forma aumenta el porcentaje de colesterol que se utiliza para formar nuevos ácidos biliares, en vez de ser utilizado para la formación de lipoproteínas de baja densidad. La cutícula de ispágula está indicada en caso como coadyuvante en el tratamiento dietético.
Cómo tomarlo. 10 g/día, en tres tomas. Se administra con abundante líquido: al menos un gran vaso de agua con el preparado y otro a continuación. No conviene tomarlo al mismo tiempo con otros medicamentos.
OLIVO
Equilibrio de las grasas
La hoja de olivo (Olea europaea L.) produce una acción antihipertensiva y diurética, por lo que su uso es aconsejable en caso de hipertensión arterial leve o moderada. Junto a su gran valor nutritivo, el aceite de oliva ejerce una acción estimulante de la vesícula biliar e hipocolesterolerniante.
Cómo tomarlo. Se recomienda tomar, en ayunas, 1-2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, con el zumo de medio limón y a continuación una infusión de hojas frescas de olivo (6-8 hojas por taza), preferiblemente sin endulzar.
El tratamiento puede ser continuo durante 1 o 2 meses y luego tomarlo a días o semanas alternos. Este tratamiento debe ser supervisado por un buen médico o terapeuta especializado.
* La Sociedad Española de Arteriosclerosis considera aceptables unas cifras de colesterol menores de 220 mg/dl, de triglicéridos menores de 200 mg/dl, de LDL o colesterol malo menores de 150 mg/dl y de HDL o colesterol bueno mayores de 35 mg/dl.