Actualmente en el mercado hay gran cantidad de complementos alimenticios, cremas y pomadas para poder superar los efectos del calor de la temporada estival. Durante esta época nos sentimos más densos en general y las piernas tienden a aumentar su pesadez y volumen, a la vez que se acentúan la mala circulación, las varices y la hinchazón.
Hemos dejado un tanto olvidadas las prácticas que, realizadas durante todo el año nos permiten transitar por el verano de una forma más ligera, trasmitidas por los grandes maestros del cuidado y vida natural (Sebastian Kneipp, Manuel Lezaeta, Pedro Ródenas). Todos ellos nos hablaban del cepillado en seco, de los chorros de agua fría, de una alimentación natural sin fritos ni precocinados, sin abuso de sustancias que irritan a nuestro sistema nervioso, sin tóxicos en general.
Necesitamos reconectar con nuestro cuerpo y sus necesidades: una alimentación saludable libre de tóxicos, un buen descanso, contacto con la naturaleza, pasear por un parque, relacionarnos, hacer un poco de ejercicio, meditar haciendo aquello que nos guste, cantar, bailar, pintar, leer… y estar presentes en aquello que estemos haciendo en cada momento que es el único momento que existe.
En cambio, pretendemos que poniéndonos una crema, sin tener presentes otros aspectos de nuestro cuidado, desaparezcan todas las molestias ¿Dónde está la conexión con nuestro cuerpo, esa escucha diaria de nuestras necesidades más inmediatas? Por poner un ejemplo: ¡se nos olvida que tenemos que ir al lavabo mientras nos quedamos pegados a la silla durante horas delante del ordenador!
Caso clínico 1
Enrique, trabajador de banca, de 55 años, pide consulta por pesadez de piernas. En la primera valoración tenemos en cuenta su estado general: exceso de peso, no hace nada de ejercicio, come lo que tiene a mano, es decir su dieta es caótica, no va bien al lavabo y descansa mal. Tiene pareja, pero por trabajo ella esta fuera, cosa que ha ayudado a que su alimentación haya cambiado en los últimos meses. Le invito a ser partícipe de todo el proceso si quiere ver resultados reales y él se compromete -pues tal como está no se siente bien-.
Le aconsejo una serie de pautas para hacer en casa: dejar de comprar comidas tóxicas, tener siempre ensaladas y frutas para poder prepararse algo rápido y saludable y friegas con guante de crin de las piernas por la mañana, para después darse unos chorros de agua fría. Le doy indicaciones de cómo hacerlo.
En la sesión de consulta comenzamos con drenaje linfático de cuello completo, abdomen y piernas. Así trabajamos una vez por semana durante varias semanas. Conforme va notando la mejora vamos adaptando el masaje a las necesidades del día, desde trabajar espald y pies, así como un masaje neurosedante para el sistema nervioso.
Desde la segunda sesión me comenta que por las mañanas se siente con más energía, cosa que le ha permitido reducir los cafés (algo casi imposible de dejar) y que va mejor al baño. Lo que le sigue costando es dormir de un tirón, y aquí es cuando incorporamos el neurosedante de pies.
En el trabajo hay mucha tensión y cree que esto le está afectando. Comentamos la posibilidad de llevar a cabo algún tipo de ejercicio que le permita además de tonificar el cuerpo, relajar la mente y disfrutar en la práctica. Me comenta que cerca de su casa hay un parque donde un grupo de gente se reúne para hacer qigong. Dice que se lo va a pensar.
Hemos estado cuidando diferentes aspectos al mismo tiempo, ha incorporado cambios y el resultado es muy positivo. Se siente mucho mejor, ha comenzado a ir al parque, y se apunta al ejercicio.
A partir de estos cambios de hábitos, y dando el tiempo necesario al cuerpo para reorganizarse, la calidad de vida de Enrique va a sumar para mejor. Es lo que se llama cuidados preventivos y una vida saludable.
Caso clínico 2
Diana, trabajadora del hogar de 30 años, viene para hacerse un masaje. Se siente muy cansada, pesada y dolorida. Me explica que trabaja en varias casas, que va como loca de una casa a la otra para aprovechar bien el tiempo. Tiene un hijo de 6 años y actualmente está separada. Los dos participan del cuidado del niño, se lo pueden combinar y han llegado a un acuerdo que les permite conciliar el trabajo y el cuidado de su hijo sin que esto genere tensiones. Al mismo tiempo se siente muy apoyada por una buena amiga.
Comenzamos con sesión de masaje cada quince días, y vamos trabajando en función de cómo se encuentra el día que viene. Le propongo que ella comience en casa las friegas de guante de crin en seco y los chorros de agua fría. Le indico la forma y direcciones del cepillado (si el cepillado en seco le resulta muy intenso también se puede hacer con el guante mojado) y la aplicación del agua. La aplicación será diaria y según como llegue de cansada por la tarde puede repetir los chorros de agua fría, sin cepillado, durante dos minutos, y después secarse muy bien los pies y dejarse las piernas mojadas, lo que produce un agradable descanso. Le explico que una vez coja el ritmo al proceso solo tardará unos minutos, es cuestión de actitud y decisión. Hablamos de su alimentación y me explica que come muchas ensaladas y mucha fruta. En su caso, su problema se debe más bien al estrés por cumplir con un buen servicio, por el tipo de trabajo (que causa cansancio físico), por el ritmo que lleva y porla exigencia que se impone a sí misma.
Después de vernos unas cuatro sesiones, señala que el guante y los chorros los tiene integrados. Nota una gran diferencia positiva en su estado físico y me explica que le ha mejorado el carácter al sentirse menos cansada. Sigue corriendo de un lado al otro, pero el cuerpo le acompaña mejor y se da cuenta que al cuidarlo, todo tiene menos peso.
Conclusiones
Observamos en los dos casos que incorporar el cepillado en seco y los chorros de agua fría a continuación, han mejorado la calidad de vida. Es un impulso movilizador de la energía y al realizarlo por la mañana permite despertar de una manera natural, facilitando que la sangre llegue mejor al cerebro y a todas partes, sintiéndonos más despiertos, pudiendo así reducir los cafés que intoxican nuestro cuerpo y nuestramente(embotando nuestra creatividad, estresando nuestro sistema nervioso y alterando nuestro sueño).
La toma de conciencia de uno mismo, de nuestro cuerpo, de nuestra respiración, de darnos cuenta de cómo gastamos la energía que no tenemos hasta llegar al agotamiento nos permite hacer un alto en el camino para recapitular y dar valor a lo que verdaderamente nos llena de energía y alegría.
Aurea Gómez es terapeuta manual, esteticien, sofróloga y profesional de Integral, Cooperativa de Salut.