Plantas medicinales en caso de fibromialgia
Texto: Eric Mazataud, investigador y divulgador de fitoterapia y terapias naturales
www.serpenslabs.com, www.dietaroma.es
Difícil de reconocer, poco comprendida, de lenta y progresiva evolución, la fibromialgia es de difícil diagnóstico. «Siempre me duele todo. Estoy agotada/o, no puedo más…»
Un trastorno silencioso y frecuente
La fibromialgia afecta a 2,4% de la población española. 700.000 personas, principalmente mujeres (80%), que ven su calidad de vida y carreras profesionales alteradas.
El riesgo es tanto ignorarlo como verlo por todas partes, sobre todo porque no hay un tipo, sino varias formas de fibromialgia. El diagnóstico es clínico: dolor difuso, fatiga intensa, trastornos del sueño y psicológicos (concentración, atención, estado de ánimo, etc.), pero hay asociados muchos otros síntomas.
Fitoterapia
Este síndrome multifactorial requiere una actuación multidisciplinaria. La fitoterapia aporta muchas soluciones, hasta el punto de volverse imprescindibles (a condición de acompañar al paciente en el tiempo y pensar de forma global). El riesgo es una espiral negativa: el dolor conduce a la desadaptación, al esfuerzo, al miedo, al movimiento y a un gran sufrimiento mental.
Melatonina
En primer lugar, se trata antes todo de resincronizar el reloj biológico interno y actuar sobre la melatonina, la conductora de todas las hormonas, la maestra del sueño y la recuperación.
Plantas medicinales
También hay que mejorar el estado de ánimo y la cognición, de ahí la grifonia (Griffonia simplicifolia), la pasionaria (Passiflora incarnata), la valeriana (Valeriana officinalis), la amapola de California (Eschscholtzia californica), a veces el espino albar (Crataegus monogyna) y la melisa o bálsamo de limón (Melisa officinalis), a menudo la hierba de San Juan o hipérico (Hypericum perforatum), la mucuna (Mucuna pruriens) y el azafrán (Crocus sativus), a veces asociados con la suplementación con melatonina.
Plantas medicinales adaptógenas
Es fundamental actuar sobre la fatiga y la capacidad de adaptación al estrés, de ahí el uso de plantas adaptógenas: ginkgo (Ginkgo biloba), ginseng (Panax ginseng), rodiola (Rhodiola rosea), guaraná, (Paullinia cupana), eleuterococo (Eleutherococcus senticosus).
A nivel hormonal, es necesario apoyar el cortisol suprarrenal con regaliz y grosellero negro (Ribes nigrum), tratar una tiroides débil con avena y yodo marino, equilibrar el ciclo femenino con manto de dama (Alchemilla vulgaris), árbol casto o sauzgatillo (Vitex agnus-castus), salvia (Salvia officinalis).
Muchos recursos para un mal complejo
También es necesario prevenir cualquier condición inflamatoria subyacente. Para ello, las plantas de la inflamación y el dolor son ideales porque pueden ser moduladas en su acción y son bien toleradas: cúrcuma, regaliz, escrófula, reina de los prados, sauce, etc. También es necesario cuidar el hígado y sobre todo tratar el intestino, el segundo cerebro.
Es fundamental detectar hiperpermeabilidad intestinal (tránsito alterado, diarrea, colitis espasmódica), así como sus causas (lácteos, gluten, estrés, candidiasis digestiva crónica, antibióticos, virus, etc.); es necesario tratar con probióticos con propiedades antiinflamatorios, antimicóticos, prebióticos, glutamina y plantas como cúrcuma, nuez, regaliz, toronjil y, a veces, equinácea.
No todas a la vez!
Todo esto representa una gran cantidad de plantas y como es fácil ahogarse en ellas, de ahí la importancia de consultar con un terapeuta especializado, que las prescribirá al mismo tiempo. Un buen profesional las integra en su estrategia terapéutica según las prioridades y la expresión clínica de la enfermedad, muy importante en los pacientes con fibromialgia. Sabe por experiencia que la personalización del tratamiento es fundamental y es capaz de combinar plantas con otros tratamientos.
…Pero sí lo antes posible
La micronutrición proporciona ayuda adicional (magnesio marino, taurina, vitaminas del grupo B y omega-3), sin mencionar la carnitina y la coenzima Q10, que actúan sobre la energía muscular. El apoyo psico-comportamental y la puesta en movimiento (balnearioterapia, tai chi-chuan, caminar) acompañan esta atención integral, fundamental para que los pacientes puedan ver el final del túnel y recuperar el equilibrio en la vida.
Es fundamental implementar las soluciones lo antes posible, tan pronto como se sospeche el diagnóstico, o incluso en la etapa de pre fibromialgia.
Una planta: mucuna
La mucuna (Mucuna pruriens) es una planta de cuyas semillas se obtiene un extracto con las propiedades activas que nos interesan. Es muy potente, incluso, para reducir los efectos del mal de Parkinson.
Sus semillas poseen una fuerte cantidad de L-Dopa, que es un aminoácido precursor del neurotransmisor de dopamina, con una gran variedad de funciones fisiológicas (control del sueño, humor, cognición, sistema de recompensa y adicción, catecolaminérgesis, producción de leche…). Posee asimismo un efecto vigorizante en hombres.
En pocas palabras, el extracto de Mucuna Pruriens es un potente dopaminérgico, es decir, una sustancia que se utiliza para aumentar las concentraciones de dopamina en el cuerpo.
El mal de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que se caracteriza por la destrucción de las neuronas presinápticas, y que reduce la síntesis de dopamina. Y la mucuna es una sustancia muy efectiva que aumenta las concentraciones de dopamina en el organismo.