Una infusión con ginseng nos aporta energía, y también tiene propiedades antioxidantes que nos ayudan a combatir el efecto de los radicales libres y cuida nuestro sistema inmunitario. ¡Pero hay más…!
Todos pasamos por épocas de gran intensidad física o intelectual. Llegamos cansados a casa o nos levantamos sin apenas energía. ¿Qué podemos ha-cer? Existen muchas plantas medicinales para conseguir energía, pero es importante cierta predisposición. Para ello, ante todo haremos un poco de ejercicio o, al menos, de estiramientos (¡y saldremos a caminar!)
Además de las plantas
La coenzima Q-10 (ver los números 396 y 473) es también un valioso recurso a tener en cuenta por parte de las personas de más de 45 años, que suele ser la edad en que el organismo deja paulatinamente de producirla. Estamos hablando de entre 30 y 200 mg al día (o en días alternos).
Algunas plantas medicinales para vivir con más energía
Enfermedades, esfuerzos, estrés en el trabajo, problemas personales, épocas de estudio… Todos pasamos por épocas en las que parece que las fuerzas nos fallan y necesitamos una ayuda para mantener nuestros niveles de energía. ¿Qué podemos hacer en estas situaciones? Ante todo, no descuidar la alimentación y revisar los hábitos cotidianos: descansar, beber líquidos, relajarse, hacer ejercicio… También podemos complementar estas buenas prácticas con plantas medicinales que nos ayudarán a recuperar la energía.
Romero
Seguro que conoces el romero por el fabuloso sabor que aporta en la cocina (sobre todo a los arroces) pero también es una excelente planta medicinal: se trata de un gran antiinflamatorio, que ayuda a mejorar la respiración y la circu-lación, a favorecer las digestiones, que aporta energía y reduce el cansancio. Asmismo, resulta muy reconfortante y tonificante para recuperarse de una en-fermedad. En este caso lo habitual es tomarlo en infusión, dos veces al día. Añade 20 g de romero fresco (o 5 g de romero seco) por cada litro de agua. Prepáralo como cualquier otra infusión. Lleva a hervir el agua, añade la plan-ta, deja que repose y cuélalo.
Aloe vera
Entre las muchísimas propiedades del aloe vera destaca su papel cicatrizante y tónico para la piel. Habitualmente se utiliza de manera tópica, pero tomado en infusión podremos aprovechar todos sus nutrientes (aminoácidos, vitami-nas del grupo B y proteínas). Para prepararla en infusión se necesita usar el gel interior. Pon el agua a hervir, añade el gel y deja que repose. Añádele una rodajita de limón y tómala después del almuerzo.
También puede beberse junto con un buen zumo de frutas.
Infusión de ginseng y canela
Sabroso y muy energizante. Una de las propiedades más reconocidas del ginseng es su capacidad para combatir el cansancio y mejorar la concentra-ción. Además, también actúa como un gran antioxidante natural. ¿Sabías que si al combinarlo con canela se potencian sus propiedades? No dudes en combinar estos dos elementos naturales, tu salud lo notará.
Guaraná
Las semillas de guaraná (Paullinia cupana) son más intensas que las del café gracias a su alto contenido en teofilina, teobromina, xantinas, guaranina, colina y taninos. Entre excitante y estimulante, el guaraná suele proporcionar una sensación tónica y revitalizante, ayuda a mejorar la concentración y a elevar el ánimo. En las tiendas hay bebidas con guaraná y también se puede tomar en comprimidos o infusión. Tiene los mismos efectos que el café, pero suele ser menos problemáticos para el metabolismo. Si lo elegís, procurad no tomar más de una taza o comprimido al día.
Yerba mate
Mucho más estimulante que el café, la yerba mate es una buena fuente de vitaminas y minerales, como la vitamina C, calcio, fósforo, magnesio, hierro, potasio y manganeso. Su sabor es un tanto amargo y suele tomarse con al-gún endulzante.
Té verde: ¿sí o no?
Si tuvieramos que elegir entre estas tres últimas bebidas (guaraná, yerba mate y té verde), optaremos por el té verde: se trata de la segunda bebida más bebida del mundo, después del agua. Y se ofrecen también tisanas de combinaciones como «Chai verde», «Matcha con limón», etc., que rebajan el lado excitante del té verde (que ya es de por si menos excitante que los tés negros, ahumados o fermentados).
Para la salud, el té verde constituye un auténtico torrente de antioxidantes (un 3% de polifenoles) que ayudan a retrasar el envejecimiento y a fortalecer el equilibrio energético y las defensas del organismo. Se trata de una bebida rica en contenido (selenio, calcio, cromo, magnesio, manganeso, hierro, zinc… y vitaminas A, B2, B9, C y E). Favorece la eliminación del colesterol LDL (el malo) y en cambio puede aumentar el colesterol bueno. También ayuda a combatir los triglicéridos y las enfermedades cardiovasculares (efecto coágulos).
El té verde alivia las migrañas, ayuda a prevenir la hipertensión y es suavemente diurético y astringente. Es útil en caso de diabetes (regula el nivel de insulina), alivia casos de asma, previene la caries y ayuda a combatir la halitosis. Y esto es sólo un resumen de sus virtudes, ya que todavía hoy se le descubren nuevas propiedades beneficiosas.
El té verde se puede tomar prácticamente siempre, pero es mejor si se bebe antes del mediodía, porque contiene entre un 2-3% de teofilina (un alcaloide equivalente a la cafeína del café), aunque en mucha menor cantidad que la del té negro. Las hojas de té verde simplemente se cuecen al vapor y luego se secan.