Un anciano Cherokee contaba a su nieto acerca de la lucha que se desarrollaba dentro de sí mismo, y dentro de todo ser humano. Era entre dos lobos.
Uno de ellos, decía, es de color negro: representa la envidia, aflicción, codicia, arrogancia, resentimiento hacia mí mismo, siente lástima por mí, actúa desde la culpa, tiene un fuerte complejo de inferioridad, miente, es orgulloso, falso y su ego no posee límite.
El otro es de color blanco: representa la alegría, me ayuda a alcanzar la paz conmigo mismo, su amor es incondicional hacia los demás, actúa desde la esperanza con serenidad, humildad, bondad y benevolencia, demuestra constante empatía, generosidad, compasión y fe.
Estos dos lobos existen dentro de todos nosotros, y están en constante lucha.
El nieto reflexionó sobre esto durante un largo minuto, y luego le preguntó: «¿Y qué lobo ganará?» Y el anciano le contestó: «Aquel al que tú alimentes».
Hasta aquí es la historia tradicional. Sin embargo en el mundo Cherokee, el anciano continúa hablando. Y le dice:
«Si los alimentas bien, ambos ganan. Verás, si sólo eliges alimentar al lobo blanco, el negro se estará escondiendo en cada rincón esperando el momento en que estés distraído o débil, y se lanzará para captar la atención que necesita. Siempre estará enfadado y peleando con el lobo blanco. Pero, si lo reconocemos, él estará contento. Él tiene muchas cualidades que a veces necesitamos: tenacidad, determinación, miedo a nada, y gran pensamiento estratégico, que el lobo blanco no tiene. Pero el blanco tiene compasión, fuerza y la capacidad de ver lo que es mejor para todos.
El lobo blanco necesita al lobo negro a su lado. Alimentar sólo a uno mataría de hambre al otro, y se volvería incontrolable. Alimentar y cuidar a ambos implica que ambos cumplirán bien su rol, pues ya no habrá lucha interna por tu atención. Y cuando no hay lucha interna, puedes escuchar las voces de la sabiduría interior que te guiarán para elegir lo correcto en cada circunstancia.
La paz es nuestra misión de vida. Una persona que tiene paz interior lo tiene todo».