¿Cuánto vale tu tiempo?
«Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo»
Las monedas digitales permiten un control de la población como nunca antes ha existido. Y en momentos turbulentos como los actuales la tentación de implantar un «Nuevo Orden» de carácter autoritario es más preocupante que nunca: todos los indicios lo señalan como un destino inevitable.
¿Pueden ser los Bancos del Tiempo un recurso ante el euro digital que prepara la Unión Europea? Conversamos con Elvira Méndez Méndez*, médica especialista en medicina preventiva y salud pública, y directora de la asociación Salud y Familia.
Textos: Redacción de Integral
Entrevista a Elvira Méndez: Carme Garcia, Jaume Rosselló
—¿Qué hace Salud y Familia?
—Somos la asociación que creó los bancos del tiempo en España, «tenemos la franquicia» desde el año 1999, que es cuando se fundó el primer banco del tiempo en España (en Horta Guinardó), a través de un programa europeo de igualdad de oportunidades. Entonces era una innovación total. Se pudo llegar a un gran consenso en el consejo municipal de las mujeres del Ayuntamiento de Barcelona, en una época muy favorable. Otra acción en el proyecto fue la propuesta de una ley de conciliación de la vida laboral y familiar para las personas trabajadoras.
—¿Qué son los bancos del tiempo?
—Son una comunidad de socios, de personas, que aceptan el tiempo como valor de uso y de cambio. Es muy importante que sea una unidad, como una moneda, de uso y de cambio, porque si fuera sólo de cambio, yo podría poner más horas a cada actividad. Por ejemplo, lo mío vale tres horas, lo mío cinco… y no, lo importante es el tiempo de cada uno. Todo vale el tiempo que tardas en intercambiarlo.
No sustituyen el trabajo remunerado. ¿Por qué hemos sobrevivido en un mundo totalmente mercantilizado? Porque hacienda no puede denunciar a los bancos del tiempo. Y no puede porque los bancos del tiempo no sustituyen el trabajo remunerado, dado que todos estos aspectos son básicos, esenciales para entenderlo. Está pensado para intercambios puntuales.
Como es un toma y daca, se empieza por una entrevista personal en cada territorio que cubre un banco del tiempo, sea un barrio, un pueblo, una ciudad de tamaño medio, para poder ser admitidos como socios. Existen otros modelos en Europa, por ejemplo, los bancos digitales.
Los intercambios. La entrevista personalizada va destinada a recoger lo que la persona ofrece, pero también y esto es muy importante, qué es lo que la persona necesita.
Una primera ficha que dice ofrezco tal, tales horas, no estoy disponible para cualquier día para lo que sea. No substituye el trabajo remunerado.
Los intercambios pueden ser bilaterales, de una persona a otra y los grupales que también se contabilizan, de forma diferente, pero el tiempo es el tiempo que se ha tardado hacer el taller, por ejemplo.
Una cuenta corriente sin dinero: ¡la moneda es el tiempo! A continuación se abre una cuenta corriente del tiempo, del que incluso tenemos un talonario de cheques, ahora ya digital, pero también en papel… Es un banco, por tanto no tienes obligación de devolver el favor a la persona que te lo ha hecho. Eso es muy importante, es clave, ya que crea una libertad de intercambios.
En realidad te lo debe el banco. Será otra persona quien te hará el favor que necesites. Eso te da mucha libertad de elección. La obligación de devolver es al banco. Ya que las necesidades no suelen coincidir, es la plataforma digital la que se encarga de relacionar las demandas.
Existen varias plataformas, pero algunos bancos del tiempo pasan de las plataformas, algunos bancos no usan la plataforma, sino que lo gestionan personalmente.
Para poner en marcha un banco del tiempo. Los bancos del tiempo son una iniciativa pública, primero porque está financiada con dinero público y luego porque va dirigida a la comunidad y además no se intercambia dinero. Salud y Familia tiene un menú de prestaciones gratuito para aquellas personas que quieren montar un banco del tiempo.
Les informamos sobre lo que es un banco del tiempo, sea persona individual, ayuntamientos (que son clave) o grupos de voluntarios de toda España. Los ayuntamientos, aunque no pongan dinero directo, sí ponen ayudas en especias, como un local, un ordenador y ayudan a promover la iniciativa pública. Si hay algún regidor interesado en el tema, les va genial, porque es un proyecto blanco; no se puede hacer nada más con el banco del tiempo.
En el menú que ofrece Salud y Familia para asesorar a los bancos del tiempo está la plataforma donde informa, a un ayuntamiento, por ejemplo, cómo montar un banco del tiempo y cómo hacerlo funcionar y también la consulta individual. La plataforma también sirve para hacer funcionar el banco, y se les asesora sobre cómo hacerlo. Por ejemplo, un banco del tiempo debe tener una secretaría del tiempo que tiene que abrir como mínimo tres veces a la semana. Aunque sean 4 horas. Sin un mínimo de 12 horas semanales es muy difícil el funcionamiento. La institución o personas que lo monten pueden venir a todos los talleres gratuitos que realizamos que no es poca cosa.
Claridad. No ha habido problemas de escándalo político ni nada, porque no se maneja dinero. Sólo un local, con suministros, un ordenador y una conexión a internet. Algunos se comprometen más y ponen un funcionario para hacer de motor del banco del tiempo. De todas maneras, es necesario que el ayuntamiento se comprometa con este proyecto. De hecho, en Barcelona todos están en centros cívicos.
La plataforma regula informáticamente el número de horas que ofrece cada persona, por lo general 20 horas al mes, y si por ejemplo ha recibido 100 horas sin ofrecer nada, salta la alarma. Está basado en la reciprocidad. Se abre la cuenta corriente de tiempo, ahora con cheques digitales (antes eran de papel).
Beneficios personales. Entre ellos, salir del aislamiento; la gente que va al banco del tiempo se encuentra en un lugar que no es ni el mercado de trabajo, ni la familia. Eres una persona que se da a conocer y te das a conocer como persona, en un lugar donde lo que circula además del tiempo es un bien intangible muy importante: el reconocimiento. El reconocimiento es un bien que todos necesitamos. Un lugar donde se reconocen valor de lo que sabes y has ofrecido. No puedes separar la moneda de la persona, es el concepto del don. La filosofía de fondo es el donar. Refuerza que todas las personas que están en el banco del tiempo tienen un sentimiento de pertenencia al territorio. Esto implica que personas con una movilidad muy alta, no se van a apuntar al BT. Tiene que haber enraizamiento o voluntad de enraizamiento. Por ejemplo, incentiva y acelera la integración de los emigrantes al territorio.
La desaceleración es otro beneficio a nivel personal. Los BT son islas de desaceleración, puesto que lo que se intercambia necesita tiempo, no puedes haciendo corriendo. Además, es un banco de sueños, de cosas que me gustaría…. Por ejemplo, bailar: no me apuntaría de momento a una academia, pero quiero dar unos pasos. Son actividades que si las aceleras, arruinas el resultado. No hay ninguna actividad en el banco del tiempo que si tu la aceleras no arruines el resultado. La cocina, hacemos un taller… Es un centro de recursos y relaciones. Por eso debe haber siempre un local, con personas que se identifiquen.
El principal beneficio comunitario es la cohesión social. El hecho de que se relacionen vecinos y vecinas de un mismo barrio o pueblo, genera una cohesión social y el centro de recursos y relaciones.
No son una alternativa al dinero. Porque no aseguran una cobertura ni puntual ni continuada a las necesidades integrales que tiene una persona o una familia. Por ejemplo, durante la pandemia los BT tuvieron un papel muy importante, cerraron sus locales, pero siguieron funcionando por wasap o por teléfono, se comunicaban y llamaban a las personas mayores, les daban conversación, les hacían la compra y se la dejaban en la puerta; pero incluso con la mejor disposición del mundo, no se pueden cubrir las necesidades de la persona. Es una red solidaria y de economía social, pero con el techo que da el tiempo. Y todo relacionado con la no competencia con el trabajador remunerado.
—En el banco del tiempo, habéis reflexionado mucho sobre los tipos de tiempo, si es que se puede usar esta expresión, y para ejemplificarlo usáis los dioses griegos Cronos, Oros y Kairos.
—Oros es la duración del tiempo. El tiempo como duración es fundamental en los bancos del tiempo, es la moneda. Kairos es el tiempo como oportunidad, un banco de sueños donde encuentras oportunidades que no habías realizado en tu vida, la posibilidad de probar si algo interesa. El Cronos tiene mucho más que ver con los horarios y con la vida diaria, a qué dedicas el tiempo. También lo cumple. El banco del tiempo induce a la moderación, no estás haciendo algo a las 12 de la noche o a las 6 de la mañana. Induce a la moderación en horarios razonables, al tenerse que poner de acuerdo entre dos. La mayoría de intercambios se hacen al mediodía, durante la tarde…
Recuerdo histórico
Cómo empezó todo. La Tienda del Tiempo. Hay antecedentes de intercambios basados en unidades de tiempo desde el siglo XIX, a partir de un proyecto impulsado por el anarquista estadounidense Josiah Warren, la Cincinnati Time Store. Sus teorías estaban basadas en una interpretación estricta de la teoría del valor-trabajo. Aquella Tienda del Tiempo funcionó desde 1827 hasta 1830. Es considerada la primera en usar billetes de trabajo, como moneda, y el primer experimento sobre el coste como límite del precio o economía mutualista.
Otro ejemplo de precedente más actual, podría ser el trueque moderno (el intercambio de productos que se realiza desde prácticamente la prehistoria), que nació en Canadá en la década de 1970, gracias a un movimiento social que provocó el regreso a la tierra con experiencias cooperativas y comunitarias. Hoy los bancos de tiempo modernos forman parte de un destacado movimiento mutualista y cooperativista, tanto en los Estados Unidos como posteriormente en Europa y Sudamérica.
En momentos de crisis. En la década de 1980, Edgar Cahn puso en marcha el mecanismo del Time Dollaro bancos de tiempo en un momento de crisis económica y de recortes en los servicios del Estado del Bienestar estadounidense. Su objetivo era solucionar problemas de la economía de mercado, que no valora suficientemente algunos servicios, a través de un mercado complementario de intercambio (de tiempo, en este caso) que se adapta a una economía no monetaria, informal y «de base».
La idea se extendió por todo el país y llegó a Europa a través del Reino Unido, pero el país pionero fue Italia, cuando en 1992 el sindicato de pensionistas de Parma lo puso en práctica para resolver problemas de la vida cotidiana.
Y entre nosotros, el primer banco del tiempo nació a finales de 1998 en el barrio del Guinardó (Barcelona), dentro de un proyecto europeo de conciliación de la vida laboral y familiar. Estaba liderado por la Asociación Salud y Vida, compartido con Italia y Portugal, y con el apoyo del Ayuntamiento barcelonés.
Elvira Méndez era promotora del Consejo Municipal de Mujeres de Barcelona y lo importó de Italia, donde se llama La banca di Tempo. Unos años después de funcionamiento consolidado conectaron con Gran Bretaña, en donde tenían un sistema de Intercambio de servicios, al igual que Francia.
¿Qué son los Bancos del Tiempo?
Un Banco de Tiempo es una herramienta con la cual un grupo de personas puede crear una alternativa económica de tipo social. En un Banco de Tiempo se intercambian habilidades entre los miembros sin utilizar dinero, únicamente se contabilizan las horas de servicio prestado y recibido.
Tiempo, en lugar de dinero. Este mecanismo de intercambio multilateral tiene por objetivo establecer una red de ayuda mutua y reforzar los lazos comunitarios de un barrio, pueblo o ciudad. Dicho de otro modo, hay intercambio de tiempo, en lugar de dinero. Así se crea una alternativa económica social, poniendo las habilidades de la ciudadanía al servicio del bien común y potenciando la inclusión social de las personas participantes.
Tiempo, en lugar de dinero. ¿Qué se puede intercambiar?
El abanico de actividades que puedes intercambiar es amplísimo:
- Atención a las personas. Acompañar a niños a la escuela, leer cuentos o jugar; acompañar a gente mayor al médico, leer los libros…
- Tareas domésticas. Cocinar, coser, cuidar animales y plantas, hacer pequeños trabajos y reparaciones de casa, colgar cuadros…
- Formación. Soporte para hacer deberes, clases de idiomas, pintura, música…
- Informática. Pasar trabajos en el ordenador, asesoramiento informático.
- Asesoramiento/Orientación. Finanzas, seguros, técnicas diversas…
- Cuidado de los animales. Pasear perros, cuidar gatos, cuidar mascotas durante las vacaciones…
- Actividad física. Quiromasaje y deportes, defensa personal, salir a correr, excursiones organizadas, salidas en bicicleta…
En realidad una inmensidad de posibilidades, solo limitadas por la imaginación.
—¿Por qué no se expanden más los bancos del tiempo?
—Porque se pone en juego la reciprocidad y porque hace falta una dosis de emprendimiento. Para formar parte de un banco del tiempo hace falta un impulso de emprendimiento, tengo que salir de casa, tengo que ponerme en circulación, para relacionarte con gente. Desde Salud y Familia lo facilitamos a través de ferias de cada banco del tiempo. Encuentros periódicos, reuniones de socios donde cada uno da a conocer qué ofrece.
El tema de la reciprocidad es muy importante. El temor es que se abuse de la gente, pero esto no sucede, porque a la gente lo que le va a costar es pedir, no dar, y esto resulta difícil de creer, pero es así. De la tradición que venimos es del voluntariado tradicional en que uno da, ayuda al que necesita porque no tiene capacidades, cosa que sería discutible. En cambio, en el banco del tiempo la base es la reciprocidad, usted qué necesita, qué quiere, qué le interesa.
La reciprocidad es una barrera, porque para operar con reciprocidad tu necesitas reconocer que tienes una necesidad de algo, y existe una dificultad clara en dejarnos dar, en recibir. Es un concepto que sorprende siempre que lo cuento, pero es así. Esa es la otra barrera invisible que impide el abuso.
Cada año realizamos un censo de la actividad de los bancos del tiempo. Ahora mismo tenemos censados 37 bancos en Catalunya y 21 en España.
—¿Cómo ha sido su experiencia como usuaria de los bancos del tiempo?
—Ofrecía arreglos florales, maquillaje, arreglar armarios y consulta o consejo gratuito para dejar de fumar. Lo que la gente me pedía era todo, menos el consejo para dejar de fumar. Eso da una clave más para entender que no va a buscar servicios profesionales, que ya existen en centros públicos o privados, sino que va a buscar este mix que está entre la relación más un servicio nuevo.
Realicé talleres de maquillaje y arreglar armarios. Aprendí, recibí de forma concreta, arreglos florales por ejemplo las bases del ikebana, entradas gratis para los teatros de barrios porque iba a maquillar a los actores aficionados, y luego aprendí tres platos de cocina maravillosos. Lo hacíamos en un centro cívico con cocina, llevábamos los ingredientes, le vi tanto potencial que dije de abrirlo a tres personas más. Se apuntaron sobre todo chicos jóvenes que o vivían solos o pensaban empezar a vivir solos. No se iban a apuntar a un curso de cocina, pero esto les fue genial.
* La médica Elvira Méndez, especializada en medicina preventiva y salud pública, es presidenta de la Asociación Salud y Vida, que lleva a cabo una importante actividad de tipo social. Es, además, una entidad que desde hace veinte años promueve la creación de redes de intercambio de servicios gratuitos entre personas que residen o trabajan en un mismo pueblo o barrio de una ciudad. Ella lleva a cabo muchas otras actividades, pero esta vez comentaremos su papel como alma mater de los Bancos del Tiempo en nuestro país y su actividad relacionada con la reforma horaria, que veremos más adelante.