El azufre (S) es un nutriente indispensable para el organismo, y el tercer mineral más abundante después del calcio y el fósforo, Este oligoelemento metaloide está muy presente en las articulaciones y representa alrededor del 0,3% del peso corporal. El azufre tiene un papel capital en los procesos biológicos del organismo.
400 reacciones enzimáticas distintas
El azufre está presente en muchos tejidos orgánicos; forma parte de la composición de la queratina en uñas, piel y pelo) así como del sulfato de condroitina de las articulaciones. También forma parte de la estructura de los aminoácidos azufrados (como la metionina y la cisteína), ladrillos básicos de las proteínas, así como en la de las vitaminas B1 y B7 o B8.
A pesar de sus numerosas cualidades, el azufre da origen a los famosos sulfitos de la industria agroalimentaria, que son un alérgeno.
El azufre aparece de forma natural en nuestros platos y sigue siendo indispensable para nuestras necesidades nutricionales (unos 13 mg de aminoácidos azufrados por kg y día en personas adultas). Hay trazas de azufre en todos los alimentos, pero se concentra más en estos:
El arroz. El arroz de grano largo contiene aproximadamente 35 mg de azufre por cada 100 g. Como todos los demás cereales, contiene aminoácidos azufrados (metionina y cisteína), ausentes en la mayoría de las leguminosas. Por otra parte, ¡los vegetarianos los comemos juntos (arroz con legumbres) precisamente para volver a formar proteínas completas!
La cebolla roja. La cebolla contiene azufre en forma de compuestos azufrados particulares, los sulfuros de alilo… que se vuelven verdaderamente activos al cortarla (y de paso nos hacen llorar). De entre todas las variedades de cebolla, la roja estaría en cabeza en cuanto al azufre (casi 50 mg de azufre por 100 g).
El ajo. A unos pasos de la cebolla, encontramos el aromático diente de ajo con casi 64 mg de azufre por cada 100 g. Este condimento apasiona a la comunidad científica por su contenido en aliina que se convierte en alicina, un valioso compuesto azufrado, cuando es aplastado.
El huevo (ecológico). Al contener todos los aminoácidos esenciales, el huevo bio de gallinas en libertad y bien alimentadas representa un aporte de azufre importante: casi 125 mg/100 g. Son una interesante alternativa a la carne. A igual peso, la yema contiene más cantidad de la combinación metionina + cisteína que la clara.
El brócoli. El olor tan característico del brócoli cuando está cociendo… también se debe al azufre, con una concentración de 140 mg/100 g. Como todas las brassicas, contiene glucosinatos (glucosinolatos), unos valiosos compuestos azufrados. Para evitar alterarlos, es mejor comer sus cogollos solo un poco ablandados al vapor.
La semilla de calabaza. Rica en vitaminas (A, C, B1, B2, B9 y E), minerales y fibras, las semillas de calabaza contienen 146 mg/100 g, como la mayoría de las oleaginosas (nuez, sésamo, cacahuete…). Un puñado de semillas en el pan, o magdalenas le darán un toque crujiente ¡y saludable!
Finalmente, decir ) para quienes siguen una alimentación convencional) que es cierto que contienen azufre el hígado de ternera, los mariscos, la carne de vaca y el bacalao. Pero todos ellos presentan bastantes otros problemas. Por eso no aparecen aquí.
Tereré, el refrescante mate del Paraguay
El té verde en extremo Oriente, el mate en Argentina… y el tereré en Paraguay, Brasil y Bolivia. Es una infusión tradicional que beben los guaraníes por lo menos desde siglo XVII.
Gracias a sus ingredientes y a que se sirve helado, el tereré se utiliza para apaciguar las altas temperaturas en Paraguay, ya que se trata de una bebida muy refrescante. Allí es una bebida para después de comer, durante la charla entre familia o amigos. Se prepara en una cuerna llamada guampa, que también se usa como recipiente para beber, pero podemos hacerlo en cualquier recipiente habitual en nuestras tisanas.
Como la yerba mate con la que se prepara, el tereré destaca por su contenido en ácido fólico, teofilina, cafeína, taninos, vitaminas (especialmente en A, B, C y E) y en minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio y el potasio. El tereré tiene propiedades…
estimulantes: contiene cafeína.
cardiovasculares: su riqueza en antioxidantes ayuda a reducir el nivel de colesterol malo y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.
antioxidantes: ayuda a retrasar la oxidación celular de la piel y su envejecimiento, ya que la protege de los radicales libres.
termogénicas: el tereré aumenta la temperatura del cuerpo, lo cual ayuda a acelerar nuestro metabolismo y, por tanto, favorece la quema de grasas en el organismo.
diuréticas: ayuda a eliminar la acumulación de líquidos y toxinas en el cuerpo, aumentando la cantidad de orina.
digestivas: favorece el proceso de digestión y previene problemas relacionados como el dolor estomacal, los gases y/o la hinchazón abdominal.
Para preparar tereré en casa se necesita:
Jarra de cristal de 1 litro, «bombilla» (ver foto), yerba mate, el jugo de 2 limones (si no los tienes, puedes usar pomelos) y cubitos de hielo.
Preparación
- Añade el jugo de 2 limones (o el pomelo, o el cítrico preferido) a la jarra de cristal junto con los cubitos de hielo.
- Llena la mitad de una taza con yerba mate. Luego inserta la «bombilla» y unos cubitos de hielo.
- Llena la taza con el jugo de frutas de la jarra de cristal.
Variantes. Las hierbas aromáticas también son un buen aliado para preparar tereré. La hierbabuena, el boldo, la canela, los clavos de olor y otras esencias combinan muy bien con el agua y los sabores del mate.