Salud y bienestar con el método de Andreas Moritz de depuración del organismo
Existen abundantes dietas depurativas para mejorar la salud del organismo. Desde los ayunos hasta las curas de frutas, disponemos de pautas nutricionales específicas para casos concretos, se trate de diabetes, de la enfermedad celíaca o de centenares de trastornos de todo tipo.
Seguir algún tipo de dieta no es difícil: ¡todos lo hacemos!, pero elegir el tipo de alimentación natural que responda mejor a nuestras necesidades –y seguirlo de forma regular– es un poco más complicado.
Depurar el organismo con cierta periodicidad es una práctica aconsejable, a condición de que no se convierta en una obsesión. Lo ideal sería no tener que recurrir a ello, siguiendo todos los días una alimentación lo más pura y salutífera posible. Pero eso no es tan sencillo como podría parecer porque requiere determinación, cierto tiempo y fuerza de voluntad para introducir paulatinamente pequeños –y no tan pequeños– cambios en lo que comemos.
Textos: Blanca Herp.
¡Disfruta! Zumos para la salud
La comida se ha convertido en un refugio para esconder toda clase de frustraciones que nada tienen que ver con que el hecho de nutrirnos. Aparecen diversos factores del modo de vida actual que nos han conducido a esta situación. Por ejemplo, muchísimos platos que se preparaban de vez en cuando en casa, con paciencia, para celebrar un día de fiesta, ahora se comen en forma de sucedáneo preparado por la industria, rutinariamente y distraídos ante el televisor.
Tanto si se trata de un flan como de raviolis, la voracidad consumista de sabores y alimentos está traspasando todos los límites. Ante este hecho la madre Naturaleza apenas puede ofrecer otra cosa que sus dones, no por conocidos menos decisivos.
¿Podemos recuperar el deleite y el placer del gusto en los sabores naturales saludables? Sí que podemos. Recuperar el placer por los sabores sencillos está al alcance de todos, por ejemplo con la simple práctica algunos días de ayuno. Sobre el ayuno hemos publicado informaciones básicas para seguirlo, tanto en los primeros números de la revista como más recientemente (ver los 393, 474 y 488). Una o dos veces al año, los ayunos bien realizados son un recurso extraordinariamente rejuvenecedor.
Las frutas, el «fruto de la tierra» en un sentido amplio, podrían ser el alimento más adecuado para los seres humanos si al cultivarlas, y durante los procesos que siguen hasta llegar a la mesa, desaparecieran las malas prácticas agrícolas. Los cultivos con fertilizantes en terrenos muy agotados y la recolección sin madurar en el árbol malogran el sabor original. Recurrir a la adición de azúcar industrial y toda clase de aditivos no hace sino empeorar la situación.
De todas formas hay una buena noticia: podemos volver a educar el paladar. Reacostumbrarlo para que pueda apreciar de nuevo los sabores es bastante sencillo.
Un método muy especial
Muchos de estos cambios se refieren al tipo de alimentos (carnes, embutidos…), otros a la calidad biológica y otros a la cantidad: comemos demasiado.
Así lo ve también el iridólogo Andreas Moritz*, cuyos libros (El cáncer no es una enfermedad, Los eternos secretos de la salud) han causado sensación en EE.UU., y ahora también en Europa. De entre todos ellos destaca Limpieza hepática y de vesícula (Obelisco), un método sorprendente que devuelve la buena salud a quienes ya lo han probado. En efecto, los problemas biliares y hepáticos son comunes en millones de personas –en especial en las sociedades industrializadas– y pueden ser un camino para trastornos y enfermedades crónicas graves.
En su libro, Moritz ofrece una lúcida explicación de las causas de los cálculos biliares en el hígado y la vesícula, y por qué estas piedras pueden ser resonsables de muchas de las enfermedades más comunes que nos aquejan en el mundo actual. Ofrece los conocimientos necesarios para expulsar dichos residuos y los criterios para evitar la formación de nuevos cálculos.
El éxito que está cosechando en todas partes es la mejor muestra de los evidentes beneficios para la salud de este método, del que presentamos un pequeño resumen, recomendando la lectura completa de su método a todo el mundo.
Cálculos biliares en la vesícula… y en el hígado
El hígado es el órgano de mayor volumen del cuerpo humano (el segundo después de la piel, para ser precisos), pesa alrededor de 1,5 kg y es también la glándula más importante que tenemos para el metabolismo.
Lleva a cabo centenares de funciones únicas y vitales, como la síntesis de proteínas y la desintoxicación, y es un almacén de vitaminas y de glucógeno, entre otras muchas funciones diferentes, y está conectado a todas las partes del cuerpo.
Durante todo el día el hígado se ocupa de crear, procesar y proveer grandes cantidades de nutrientes y de mantener las necesidades de «combustible» del cuerpo. Además, es el responsable de eliminar de la sangre sustancias nocivas para el organismo, transformándolas en otras innocuas.
La mayoría de las personas cree que los cálculos biliares se encuentran sólo en la vesícula, lo cual es erróneo. La mayoría de los cálculos biliares se forman en el hígado y comparativamente muy pocos se forman en la vesícula. Algo que se puede comprobar fácilmente si se lleva a cabo una limpieza hepática, pues las personas operadas de vesícula siguen eliminando piedras como cualquier otra persona.
Una gran herramienta para la salud
Cuando aparecen decenas (o centenares) de cálculos biliares de color verde, crema o café flotando en la taza del inodoro tras la primera limpieza de hígado todo el mundo se da cuenta que ha descubierto una herramienta importante para su salud. A partir de entonces cada uno ha comprobado la importancia de mantener un hígado limpio, ya que esos pequeños cálculos biliares son un obstáculo para mantener una buena salud, juventud y vitalidad.
Según el Ayurveda, dichos cálculos son una de las principales razones por las que enfermamos más o menos a menudo. Casi todos quienes padecen enfermedades crónicas aparece un exceso de cálculos biliares en el hígado. Dichos cálculos se componen de los mismos componentes «inofensivos» contenidos en la bilis líquida (el colesterol es el principal). Esto los hace prácticamente «invisibles» a las radiografías y ecografías.
En la vesícula
En la vesícula la situación es otra; allí los cálculos están formados principalmente por minerales, sobre todo sales de calcio y pigmentos biliares. Las pruebas y diagnósticos clínicos pueden detectarlos fácilmente, pero no las pueden ver en el hígado, blandas y suaves, no calcificadas. Muchas personas acumulan a lo largo de su vida cientos, y en algunos casos, miles de pequeños cálculos biliares en el hígado, que impiden que la bilis fluya libremente a través de los conductos biliares.
A partir de los quince años más o menos todos comenzamos a acumular cálculos biliares en el hígado. Esto significa un alto riesgo para la salud, tanto física como emocional. Un hígado limpio y sano es garantía de salud, juventud y belleza. Según la Medicina Tradicional China (MTCh), el hígado es un órgano que interviene de manera decisiva en la salud emocional, mental y espiritual ya que está conectado con la parte del alma más etérea (Huan). Nos conecta con nuestra parte más profunda y con la Totalidad. De ahí que podemos deducir la estrecha relación entre hígado y Conciencia.
Por otra parte, según la MTCh, la emoción asociada al hígado es la ira en todas sus manifestaciones y matices (desde la ira reprimida a la frustración). Un hígado bloqueado puede producir un carácter irritable y si la ira se contiene durante mucho tiempo, puede aparecer la depresión. Por eso después de una limpieza hepática se suele experimentar un sentimiento de libertad y euforia, entre muchos otros beneficios.
Bilis
La bilis que es un líquido verdoso y alcalino con múltiples funciones, cada una de las cuales afecta a la salud de los diferentes sistemas y órganos del cuerpo.
Aparte de ayudarnos a digerir las grasas, el calcio y las proteínas, la bilis es necesaria para mantener el nivel de grasa en la sangre, eliminar toxinas del hígado, ayudar a mantener el equilibrio ácido/alcalino del intestino y ayudar al colon a evitar el desarrollo de microbios nocivos.
Cada día el hígado produce entre 1,1 y 1,6 litros de bilis. Una cantidad menor implica problemas con la digestión y eliminación de desechos, junto a un esfuerzo constante del cuerpo para desintoxicar la sangre. Mucha gente produce sólo una cuarta parte, o menos, de la cantidad necesaria. Por eso, muchos problemas de salud son consecuencia directa o indirecta de una reducida producción de bilis y del transporte ineficiente de la misma.
Qué es lo que hay que «limpiar» y por qué
Existen dos formas de limpiar el hígado. La primera, más simple, a base de dietas desintoxicantes, más diversas plantas medicinales depurativas que estimulan la secreción biliar. Así se consigue descongestionarlo, pero no liberarlo de cálculos en las vías biliares.
La segunda, que es mucho más efectiva y con resultados realmente espectaculares, es la limpieza hepática. Es un método muy sencillo, basado en la milenaria medicina ayurvédica tradicional de la India, que ayuda a eliminar los cálculos acumulados en las vías biliares, es decir, tanto la vesícula biliar como el hígado. Recordemos que a medida que los cálculos obstruyen las vías biliares, el hígado progresivamente pierde sus funciones.
¿Por qué hacerlo? Porque los beneficios que se obtienen son extraordinarios. Limpiar el hígado y mantener una dieta sana y un estilo de vida equilibrado logran que el cuerpo regrese de forma natural a un estado de equilibrio y buena salud. Mejoran las digestiones, aumenta la energía y vitalidad, los dolores de espalda desaparecen como por encanto (en general nos liberamos de cualquier tipo de dolor), el cuerpo se vuelve más flexible y ligero. Se nota una mayor claridad mental, mejoran la memoria retentiva, la concentración y la creatividad. Comienzan a desaparecer la rigidez en el cuello, en las articulaciones y en los músculos. Y algo importante: el proceso de envejecimiento se detiene o enlentece de manera extraordinaria. ¿A qué se debe? A que mejora de forma muy sustancial la eficacia del metabolismo celular. Como decimos, todo ello redunda en un estado de ánimo mucho más favorable: nos sentimos radiantes y se gana en belleza (interna y externa), lo que redunda en una mayor autoestima y compasividad.
Una limpieza eficiente y bastante rápida
Como decimos, las personas con enfermedades crónicas suelen tener varios miles de pequeños cálculos congestionando los conductos biliares del híga-do. Sólo algunas de estas piedras pueden haber afectado a la vesícula.
Al expulsar estos cálculos por medio de varias limpiezas hepáticas, y mante-niendo una dieta y estilo de vida equilibrados, el hígado y la vesícula restau-ran su eficiencia natural y muchos síntomas de incomodidad o enfermedad empezarán poco a poco a desaparecer.
Se reducen las alergias y muchos dolores de espalda. Y mejora una infinidad de disfunciones y trastornos, además de aumentar la energía y el bienestar, hasta el punto que hoy en día se considera uno de los recursos naturales pa-ra la salud más importantes.
La limpieza del hígado en sí dura más o menos entre 14 y 20 horas y puede hacerse tranquilamente durante un fin de semana en casa. Durante cada lim-pieza se expulsan centenares de pequeños cálculos de una sola vez y sin dolor alguno. El tamaño de las piedras oscila entre el de una cabeza de alfiler hasta el de una avellana. En cualquier caso lo normal es seguir una prepara-ción durante los seis días anteriores. Se necesita:
• 6 recipientes de un litro de zumo de manzana.
• 4 cucharadas soperas de sales de epsom (sulfato de magnesio) disueltas en tres vasos de agua. Si hay intolerancia puede sustituirse por citrato de mag-nesio (en las farmacias).
• ½ vaso de aceite de oliva virgen.
• zumo de pomelo rosa, suficiente para llenar 2/3 de un vaso. En caso de no tolerar dicho zumo o provocar náuseas, se pueden usar naranjas y limones frescos a partes iguales, hasta obtener la misma cantidad.
• 2 frascos de ½ l. de capacidad, uno de ellos con tapa.
Posteriormente se suele practicar una hidroterapia de colon (incluye limpieza del intestino grueso), así como un tratamiento preventivo posterior, a base de aminoácidos y oligoelementos, encaminado a retrasar la formación de nuevos cálculos biliares. Todo ello unido a los lógicos cambios en la alimentación y estilo de vida.
Preparación
• Durante la preparación se toma a diario un litro de manzana durante seis días. El ácido málico que contiene suaviza los cálculos y facilita su paso por los conductos biliares.
• Se evitará tomar alimentos o bebidas frías durante la semana de prepara-ción y la dieta.
• El mejor momento para practicarla es durante un fin de semana, sin ningún tipo de presión y con tiempo para descansar.
• Durante la limpieza hepática se evitará tomar cualquier medicamento.
• Al sexto día de tomar zumo de manzana elegiremos un desayuno ligero, a base de cereales (avena). Conviene evitar el azúcar y endulzantes, especias, leche, mantequillas, aceites, yogur, queso, jamón (los no vegetarianos), hue-vos, frutos secos, pasteles, cereales crudos. Se pueden consumir frutas y zu-mos, verduras al vapor al mediodía con un poco de arroz basmati y un poco de sal marina no refinada. No tomar comidas de tipo proteínico, mantequillas o aceite. Y no comer ni beber nada, excepto agua, a partir de las 14:00 horas.
La limpieza
• A las 18:00 horas se añaden cuatro cucharadas soperas de sales de Epsom a tres vasos de agua pura (preferiblemente filtrada) en una jarra. Con eso se disponen de cuatro porciones de ¾ de vaso cada una. Se toma una primera porción.
Para eliminar el sabor amargo pueden beberse dos sorbos de agua. También se puede añadir un poco de limón para mejorar el sabor.
Se recomienda cepillar los dientes y enjuagar la boca con bicarbonato de so-dio. Las sales de epsom dilatan los conductos biliares facilitando el paso de las piedras.
• 20:00 horas. Se bebe la segunda porción de ¾ de vaso de agua con las sa-les.
• 21:30 horas. Si no se ha evacuado y no hicimos una limpieza de colon du-rante las anteriores 24 horas, aplicaremos un enema de agua tibia.
• 21:45 horas. Lavar bien los pomelos (o limones y naranjas), retirar la pulpa. Se necesita ¾ de vaso, que mezclaremos en el frasco con ½ vaso de aceite de oliva.
Cerrar y agitar fuertemente, unas veinte veces, hasta que la solución se vea aguada. Se debe tomar esta mezcla a las 22:00 horas, pero si hay que ir al baño un par de veces más puede retrasarse hasta diez minutos.
• 22:00 horas. De pie, al lado de la cama, se tomará la mezcla pura, bebiéndo-la directamente o bien con una pajita. Puede ayudarse con un poco de miel entre sorbo y sorbo. Que hacerlo no ocupe más de cinco minutos. Acostarse inmediatamente (es esencial para que los cálculos se suelten). Apagar la luz.
Nos acostaremos boca arriba con una o dos almohadas (la cabeza debe estar a una altura mayor que la del abdomen).
También podemos recostarnos lige-ramente sobre el lado derecho, con las rodillas un poco dobladas hacia la cabeza. Permaneceremos en esta posición, preferiblemente en silencio, du-rante veinte minutos.
Si se fija la atención en el hígado podremos sentir las piedras moviéndose a través de los conductos biliares como si fueran canicas. Y todo ello sin dolor alguno.
Si durante la noche se siente la necesidad de evacuar, lo haremos, compro-bando que ya aparecen las primeras pequeñas piedras flotando en el inodo-ro. Pueden aparecer algunas náuseas (que desaparecerán a la mañana si-guiente), porque la fuerte eliminación de piedras y toxinas pueden empujar la mezcla de aceite hacia el estómago.
A la mañana siguiente
• 6:00 – 6:30 horas. Se bebe el tercer vaso de sales de epsom (si hay mucha sed, beber primero un vaso de agua tibia o a temperatura ambiente). Descan-sar, leer, meditar. Si hay sueño podemos volver a la cama, pero es mejor que el cuerpo se mantenga en posición vertical. También puede practicarse un poco de yoga o suaves estiramientos.
• A las 8:00 – 9:30 horas. Se bebe el cuarto y último vaso de sales de epsom.
• A partir de las 10:00 – 10:30 horas se puede tomar un zumo fresco y media hora más tarde se pueden tomar una o dos piezas de fruta fresca. Una hora después ya se pueden ingerir alimentos sólidos en pequeña cantidad y len-tamente se irán notando las mejoras y recuperando la normalidad, que cerra-remos al día siguiente, siempre a base de comidas ligeras.
Importante
Hemos presentado aquí la versión completa más resumida posible de esta cura con la intención de animar a que todo el mundo la practique. Recomendamos leer el libro original del autor para la práctica, que por lo demás es muy sencilla y no presenta complicaciones. Esta cura no presenta ningún riesgo y es un método valioso y eficaz para recuperar la salud (siempre que luego sigamos unos hábitos de vida saludables, claro está). Precisamente por ello, conviene seguir cuidadosamente todos los consejos paso a paso.
Entusiasmo
En cada limpieza se limpia únicamente una zona del hígado, por ello la primera vez hay que repetir la limpieza varias veces (cada 3 semanas) hasta que se dejen de expulsar piedras. Posteriormente sólo será necesario realizar un par de limpiezas al año como mantenimiento.
Las piedras flotan en el líquido de las deposiciones y la mayoría son de color verde por la bilis. Los tamaños varían según las personas, normalmente el tamaño medio es el de un guisante.
Es fácil encontrar testimonios absolutamente entusiasmados con la limpieza de hígado, una experiencia que al principio se suele repetir tres o cuatro veces y que, con el cuerpo depurado, puede practicarse una o dos veces al año, a modo de mantenimiento. Como dice una de sus practicantes, «Mi experiencia ha sido increíble. En total he realizado cinco limpiezas y todavía me quedan algunas, las cuales estoy esperando con ilusión. En cada una de ellas he expulsado un montón de cálculos, ni yo me lo podía creer, porque no es lo mismo verlo con tus propios ojos que verlo fotografiado en un libro. No padezco ninguna enfermedad ni tampoco sufría de dolores crónicos o de fatiga o de cualquier otra cosa parecida, sin embargo los resultados han sido fabulosos. Ya desde el primer día me he notado con mucha más energía, con más claridad mental y sobre todo con una tranquilidad interior muy importante. Más capacidad de atención y estado de serenidad.
También he notado una gran mejoría en mis ojos, ya que tengo tendencia a que se me irriten. Desde la primera limpieza he observado que mis ojos no se irritan, ni se secan y brillan mucho más. Además tengo que añadir que los demás me ven mucho mejor, con mejor aspecto».
Señales de un hígado «sucio»
El hígado tiene el control directo sobre el crecimiento y el funcionamiento de cada célula en el cuerpo y por lo tanto, cualquier tipo de fallo en el funcionamiento, deficiencia o patrón de crecimiento anormal en las células se debe en gran parte a un pobre rendimiento hepático.
Todas las enfermedades o síntomas de mala salud son causados por algún tipo de obstrucción, sea en los vasos sanguíneos, en un colon constantemente estreñido, una obstrucción de orina en los riñones o bien la vejiga, que debido a una piedra calcificada puede provocar la retención de líquidos y aumento de peso. O la mucosa que obstruye los conductos de aire de los pulmones. ¡Puede aparecer de muchas maneras!
Estas obstrucciones, u otras similares, están directa e indirectamente ligadas a las limitaciones en el funcionamiento hepático, y en particular, al punto muerto causado por los cálculos biliares en el hígado y la vesícula. Entre otras señales o síntomas del organismo cabe citar:
- Cansancio y fatiga, debilidad
- Impotencia y trastornos sexuales
- Desequilibrios hormonales
- Problemas urinarios
- Enfermedades renales
- Problemas de visión
- Color oscuro bajo los ojos
- Ojos hinchados
- Ojos y piel amarilla
- Manchas del hígado, sobre todo en la parte anterior de las manos y la cara
- Cabello graso o pérdida del cabello
- Obesidad
- Escoliosis
- Cuello rígido
- Fuertes dolores en la espalda y los hombros
- Dureza en las articulaciones y los músculos
- Manos y pies fríos
- Osteoporosis
- Problemas dentales o de encías
- Adormecimiento o parálisis de las piernas
- Propensión a la enfermedad de Alzheimer
- Trastornos cerebrales
- Personalidad irritable
- Pesadillas
- Trastornos digestivos
- Cirrosis hepática
- Colesterol alto
- Heces de color arcilla
- Hemorroides
- Mareos y episodios de lipotimia (desmayos)
- Gota
- Asma
* Andreas Moritz fue un terapeuta intuitivo e iridólogo especializado en ayur-veda, shiatsu y medicina vibracional. Autor de diversos libros y sistemas de terapia, Limpieza hepática y de la vesícula fue su gran éxito internacional.