Entrevista a Elisabet Silvestre.
Por si trabajas por tu cuenta, o teletrabajas: Elisabet Silvestre, directora de la revista CuerpoMente y experta en biohabitabilidad, ha escrito un nuevo libro con las claves para crear tu oficina en casa. En él propone poner el ambiente a tu favor para que represente tus valores, para promover la creatividad y, en definitiva, para que te haga sentir bien.
Entrevista: Bibiana Ripol.
Si vas a trabajar en casa, pero también si la quieres convertir en un espacio más habitable, obtendrás consejos sobre la elección del espacio, los elementos decorativos, la luz y el color que mejor sientan al cerebro. Aprenderás cómo relacionarte con la tecnología de forma más saludable y a disponer de un oasis de calma mental; cómo lograr armonía a través de la biofilia, y a planificar para no robar tiempo a la vida personal y vivir en coherencia con tu propósito.
Elisabet Silvestre es doctora en Biología, máster en Biología humana y máster en Bioconstrucción. Su labor profesional se ha centrado en el campo de la genética, ha trabajado en diferentes centros sanitarios de Barcelona, como jefa de Citogenética y de Biología molecular, y posteriormente en el campo de la salud ambiental con la salud de las personas. Actualmente es docente en biohabitabilidad, disciplina que investiga y analiza cómo diseñar espacios que sean saludables para las personas y el medio ambiente.
En diferentes cursos, másteres y posgrados; congresos y jornadas; aporta su conocimiento en biología humana y del hábitat, y colabora con profesionales de la salud y la arquitectura. Es autora de libros como Geobiología y biohabitabilidad: la salud a través del hábitat (2006), Casa saludable (2009), Espacio con valor ambiental (2013) y Tu casa sin tóxicos (2014).
—¿Qué diferencia este libro de tus otros libros?
—“La oficina en casa” es un libro completamente dedicado al espacio de trabajo, de estudio, a cómo crear el ambiente y llevar unos hábitos que ayudan a trabajar de forma más sana, más eficiente, con más foco, con más vitalidad y creatividad.
El entorno tiene un papel relevante en la salud y el bienestar, es capaz de cambiar el cerebro, por ello resulta interesante conocer qué ingredientes debe tener para no acabar la jornada cansados y agotados, y para sacar lo mejor de uno en las tareas laborales.
A la hora de crear y escoger tu zona de trabajo en casa, ¿A qué elementos sueles dar prioridad? Me gusta hablar de los nutrientes esenciales que hacen que un espacio sea más favorable para ubicar la zona de trabajo. Nutrientes intangibles, como la luz natural y la calma (que no haya ruidos excesivos), son los primeros a priorizar.
Es vital que cada día nos expongamos a la luz natural, así se sincronizan los ritmos circadianos, se ponen en hora los relojes biológicos de órganos y tejidos, nos sube el ánimo, la atención, la creatividad, y también nos ayuda a dormir mejor. Y tener un sueño reparador es clave para llevar bien la jornada laboral.
También es relevante que se consigan espacios tranquilos, serenos. El cerebro necesita espacios de silencio, de silencio acústico y también de silencio digital (como desactivar las notificaciones o poner el móvil en modo avión).
Con estos dos elementos, luz y silencio, ya tenemos una base favorable para seguir con la elección de la mesa, la silla, los colores, la distribución, las plantas, los elementos decorativos…
—¿El orden es tan importante?
—El orden ayuda a disponer de más foco en las tareas; a centrarse y evitar la dispersión. Cuando se amontonan los papeles, las cosas, el espacio está lleno, hay mayor sensación de confusión, como si de obstáculos para la mente se tratara. En cambio, si se mantiene el espacio más ordenado y limpio, es como si se despejara la mente, se respira una atmósfera más calmada, armónica y serena. No se trata de obsesionarse por el orden, se trata de crear y mantener un entorno rico, que estimula al cerebro.
—En tu libro cuando hablas de contaminación en el hogar ¿A qué te refieres?
—Los estudios indican que el aire interior de los hogares suelen estar de 5 a más veces contaminados en relación con el espacio exterior, con la calle. Y esa contaminación tiene que ver con disponer de una calidad ambiental no demasiado favorable, y ello puede repercutir en la salud. Por ello, en el libro, hablo de opciones y de hábitos para hacer en el día a día para respirar un aire más limpio en casa y favorecer un ambiente más saludable.
Como consumidores podemos elegir unos productos u otros, y esa elección hará que llevemos a casa productos que contribuirán a respirar un aire más sano, o no tanto. En mis libros doy las claves para llevar esos hábitos más sanos.
—¿De qué manera podemos mejorar la calidad de trabajo desde casa?
—Primero, conociéndonos. ¿En qué momento del día estamos más vitales, más despiertos, más efectivos? ¿Cómo nos gusta trabajar? Conociendo qué tipo de cronotipo nos define mejor. Hay personas, que se levantan muy temprano, y a medía tarde ya bajan la atención, como las alondras. Otras, por la mañana les cuesta arrancar, y son muy efectivas a partir de mediodía y se van a dormir más tarde, tipo búhos. O quienes tienen un poco de cada, un cronotipo intermedio. Adaptar los horarios a nuestra naturaleza personal, ayuda a mejorar la calidad del trabajo. Ahora que se trabaja en casa, es más fácil adaptar los horarios a lo que uno necesita.
Segundo, planificando. Definir las tareas laborales y las personales. Todas juntas. La calidad no tiene que ver con trabajar más horas. Justo el vivir una vida más plena, dando espacio a uno mismo, a socializarse, a moverse y cuidarse, resulta beneficiosa para ganar foco en el trabajo.
Después, actuando. Llevando a la práctica lo que hemos planificado. A menudo, solemos tener claro qué queremos vivir, y falta conseguir pasar a la acción.
—¿Qué diferencia hay entre trabajar desde casa a trabajar en otro espacio exterior?
—Trabajar en casa nos da la posibilidad de gestionar el espacio, los tiempos, los hábitos de trabajo, de comidas, de hacer pausas activas y levantarnos de la silla para movernos; se puede actuar en el entorno, decidir dónde ubicar la zona de trabajo, la iluminación, el color, los elementos decorativos… Abre muchas oportunidades para ir más acorde a cómo sentimos que queremos trabajar, y en definitiva, de cómo queremos vivir.
—En el libro das importancia al tema de la luz natural. ¿Qué relación tiene esto con el cerebro y el trabajo?
—La luz natural es esencial. Decíamos antes que para mí es un nutriente que no puede faltar, por toda su implicación en el equilibrio de los ciclos biológicos, del cerebro y de todo el cuerpo. Con luz natural trabajamos mejor, nos cansamos menos, somos más creativos.
Por ello le doy tanta relevancia. De hecho, si no podemos encontrar un lugar en casa para trabajar que disponga de luz natural, recomiendo disponer de una pequeña mesa en el salón, la galería, o cualquier otra zona de la casa con luz natural, para aprovechar una hora o dos de sol. Se trata de ser flexible con el uso del espacio; no quedarse trabajando en un lugar sin luz natural, con luz eléctrica, toda la jornada.
O salir a andar una media hora a alguna zona verde cercana al hogar, es la mejor forma de hacer una pausa activa, y poner el cerebro en modo creativo, y surgen las mejores ideas. También cuento en el libro la mejor iluminación eléctrica, la que más se asemeja a la luz de sol, las bombillas más adecuadas para trabajar, para poner el cerebro en modo día, actividad, incorporar información, memorizar…
—De hecho, en tu libro también nos hablas del efecto Biofilico, ¿Qué significa?
—Se trata de la conexión con la naturaleza, de recuperarla. El verde es poderoso, pura medicina para el cerebro: el contacto con la naturaleza reduce el estrés, mejora el ánimo, aporta foco, concentración, calma, revitaliza. Ver verde nos aporta bienestar, se ha evidenciado que favorece la productividad y alarga la vida.
Desde tener vistas a árboles, a zonas verdes, hasta tener plantas en casa, en la zona de oficina en casa, ya que aportan belleza, purifican el aire, regulan la humedad relativa, y calman la mente. Las plantas son grandes aliados de la salud física y mental, y además somos más productivos y creativos rodeados de verde. Se puede apoyar este efecto decorando con imágenes de paisajes, con elementos y materiales naturales.
—¿Consideras más importante el espacio o los elementos para crear la zona de trabajo?
—La idea es que los metros no sean una limitante; en poco espacio también se puede conseguir crear un espacio acogedor, bonito y práctico. De hecho, para aportar ideas en este sentido, tal como cuento en el elisabetsilvestre.com, también voy publicando en mi IG (@elisabet.silvestre), de imágenes con ejemplos de oficinas en casa en espacios reducidos, para mostrar que se puede crear espacios muy bonitos en poco espacio.
El punto común de todos ellos son los elementos, algunos que hemos ido citando, como la luz natural, las plantas, el color, la armonía… y después se trata de personalizar el espacio, de representar en él nuestros valores. El proceso es interesante, porque primero modelamos el espacio, y después es el espacio que nos modela a nosotros.
—¿Cómo de importante y viable es el multitasking hoy en día?
—Se le ha dado y se le da todavía mucho valor al multitasking, pero el cerebro no está preparado para realizar varias tareas a la vez. En realidad, cuando se hace varias tareas a la vez, se está cambiando la atención de forma rápida de una a la otra, y este cambio de concentración de una a otra nos hace menos eficientes. Trabajar pendiente del mail, de las alertas, de las notificaciones del whatsApp,… todo ello supone un alto coste de atención por parte del cerebro. Estar en multitarea supone un agotamiento para la mente, además de un aumento de cortisol.
Resulta más saludable y más efectivo el fijar unos espacios de tiempo para hacer una tarea, sin interrupciones, y después otra. Un tiempo para responder mensajes, un tiempo para revisar mails, un tiempo para hacer el informe… Como dice la neurociencia, nuestro cerebro no está cableado para realizar múltiples tareas correctamente.
– Elisabet Silvestre. La oficina en casa. Ed. RBA (Integral).