Un estudio publicado por el British Medical Journal (BMJ) en septiembre de 2015 cuestionaba que se recetara con tanta frecuencia paroxetina y antidepresivos en general para tratar la depresión entre los niños y adolescentes. El equipo de investigadores, expertos en salud pública y libres de cualquier conflicto de interés, realizó un nuevo análisis sobre los resultados del Estudio 329, el ensayo clínico llevado a cabo en 2001 por el laboratorio británico GlaxoSmithKline (GSK), que comercializa la molécula. Habían aparecido datos que hasta entonces se habían mantenido en secreto.
A pesar de la opacidad que envolvió a aquel estudio, gracias a él el laboratorio consiguió que las autoridades sanitarias aprobasen la comercialización de la paroxetina.
El estudio se realizó en 275 adolescentes que padecían una depresión grave y que fueron divididos en varios grupos. Durante 8 semanas un grupo recibió de 20 a 40 mg de paroxetina, otro de 200 a 300 mg de imipramina y el último un placebo. Mientras que el laboratorio hablaba de innegables beneficios y de una buena tolerancia al principio activo, el análisis publicado en 2015 reveló la ineficacia absoluta de los tratamientos antidepresivos basados en paroxetina, además de los compuestos por imipramina.
Y lo más preocupante: algunos jóvenes que habían recibido paroxetina manifestaron ideas o comportamientos suicidas, mientras que en el grupo de la imipramina se registraron complicaciones cardiovasculares.
Recursos naturales. Azafrán y psicoterapia Junto con recursos como el azafrán, un clásico de la medicina persa, en el tratamiento de la depresión entre los jóvenes también se debe hacer hincapié en técnicas no medicamentosas, como la psicoterapia. Recordemos que en medicina natural los fármacos son solo un último recurso.