Fibromialgia la enfermedad que no se cura con medicamentos

En un cuadro de fibromialgia, una aparente normalidad (pues ninguna prueba diagnóstica permite identificar la enfermedad de forma inequívoca) oculta dolores reales. A pesar de que las investigaciones progresan, la fibromialgia continúa siendo extrañamente difícil de comprender y de curar. ¿Qué soluciones funcionan?.


Textos:
Redacción de Integral, con informaciones de Blanca Herp, Annie Casamayou y Dr. Miquel Pros (médico naturista),

¿Fibromialgia? En qué consiste

El término “fibromialgia” procede del latín fibro, (fibras o tendones), myo, músculo, y algia, dolor. Sin embargo, describir la fibromialgia no es fácil. Inicialmente fue catalogada por la OMS entre los reumatismos no articulares pero, desde 2006, es una patología independiente.

La fibromialgia se caracteriza a menudo por dolores permanentes y crónicos de los músculos o ligamentos, y que varían en intensidad y ubicación.

Casi la mitad de los fibromiálgicos presentan también otros síntomas, como fatiga crónica, trastornos del sueño, trastornos de ansiedad y depresivos, trastornos cognitivos y alteraciones emocionales.

Hoy en día la fibromialgia se considera una enfermedad neurológica, es decir, que afecta al sistema nervioso.

 

Cómo saber si hay fibromialgia

“Hace semanas que me duele todo. Estoy cansada a todas horas y mi médico no me encuentra nada”. Si se siente así, puede ser que padezca fibromialgia. Si así fuera, formaría parte del 2 al 6% de la población española que sufre la enfermedad. Aunque los hombres también la padecer, lo cierto es que más de un 80% de las personas afectadas son mujeres de entre 30 y 50 años. Es una enfermedad que puede manifestarse de forma temprana, incluso enla adolescencia.

Durante mucho tiempo, ser tomado en serio no era cosa fácil, y hacerse tratar aún menos. ¿Cuántos pacientes habrán sido derivados del médico de cabecera al reumatólogo y al neurólogo, pasando por el psiquiatra? Antes de que la comunidad científica llegase a un consenso en torno a la enfermedad, existía una enorme controversia, hasta el punto de que muchos médicos sencillamente no creían en su existencia. Esto es comprensible hasta cierto punto porque, a pesar de la realidad del dolor, no se aprecia nada en los análisis de sangre ni en las radiografías; no existen lesiones orgánicas, ni tampoco signos inflamatorios.

El diagnóstico consiguió simplificarse enormemente cuando, en 1990, el American College of Rheumatology(ACR) publicó una serie de criteriosbasados en el estudio preciso de los músculos mediante la búsqueda, por presión digital, de al menos once puntos de dolor de un total de 18 puntos característicos. Sin embargo, este método no resultaba fiable en un 25% de los enfermos de fibromialgia, y más tarde acabaría mejorándose.

La dificultad está en disponer ante todo del diagnóstico correctopara poder seguir el tratamiento adecuado, porque ningún test biológico permite identificar la fibromialgia de forma inequívoca.

Los criterios utilizados por la mayoría de los especialistas fueron reestructurados en 2010 por la ACR; y, si bien no son perfectos, ahora tienen en cuenta las múltiples facetas de la enfermedad, y se articulan en torno a un abanico de argumentos:

  • Se tienen en cuenta los trastornos distintos del dolor: la fatiga generalizada, el rigor bloqueante (inflexibilidad) matutino, los trastornos cognitivos y los síntomas somáticos (dolor de cabeza, colon irritable, insomnio, etc.).
  • Se evalúa en una escala de 0 a 3 la gravedad de estos trastornos durante la semana anterior a las pruebas.
  • Se busca en los pacientes un dolor generalizado sumando el número de zonas dolorosas y la gravedad de los trastornos asociados (entre 0 y 12), se obtiene una puntuación gradual de 0 a 31. Se reconoce la existencia de fibromialgia a partir de una puntuación de 13, siempre que se hayan eliminado las otras causas posibles de dolor osteoarticular.

 

 

Descartar otras enfermedades

Por eso es importante y necesario descartar cualquier otra patologíaque presente similitudes con los síntomas de la fibromialgia, ya sean reumatismos inflamatorios (poliartritis reumatoide, lupus eritematoso, espondilitis, miositis…), las infecciones (como enfermedad de Lyme), trastornos endocrinos (hipotiroidismo, hiperparatiroidismo) o trastornos neurológicos (neuropatía, párkinson…). Algunas de estas enfermedades pueden coexistir con la fibromialgia, lo que complica el diagnóstico.

 

¿Cómo explicar un dolor tan singular?

Aunque la investigación científica es muy activa desde hace una treintena de años, la causa exacta de la fibromialgia continúa siendo una incógnita. Entre la multitud de mecanismos que se han descrito, los especialistas se inclinan principalmente por una disfunción del sistema nervioso.

  • En algunos casos se ha puesto de manifiesto un componente genéticopor el cual una serie de genes deficientes alterarían la síntesis de los neurotransmisores asociados al dolor (serotonina, dopamina y catecolamina).
  • Recientemente se han demostrado también otras variaciones genéticas, en este caso asociadas a un aumento de determinadas proteínas de la inflamación (y que no pueden observarse en un análisis de sangre convencional). A pesar de todo ello, la influencia genética de la enfermedad se considera lo suficientemente escasa como para considerarse insignificante.
  • A menudo, antes de la aparición de la enfermedad suele constatarse un traumatismofísico violento o tensión emocional, por lo que podrían ser desencadenantes importantes: un accidente de tráfico (latigazo cervical), una intervención quirúrgica, un parto, una infección vírica, etc.
  • El tratamiento del doloren el sistema nervioso es anómalo y provoca una mayor sensibilidad al dolor, pero sin que se sepa exactamente si se trata de una causa o de una consecuencia de la enfermedad.
  • Parte de la mielinade los nervios (que es una lipoproteína que recubre las fibras nerviosas) está dañada o ausente, y los pequeños nervios de la piel son escasos, lo que hace que las sensaciones agradables no consigan llegar al cerebro pero que el dolor sí siga siendo detectable.

¿Dolor osteomuscular? Pruebas y análisis

En caso de dolor osteomuscular de tipo fibromiálgico, se recomienda realizar estos análisis:

  • Recuento sanguíneo: glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas.
  • Velocidad de sedimentación, proteína C reactiva y creatinfosfoquinasa (CPK). • Electroforesis de proteínas séricas.
  • Ionograma sanguíneo.
  • Metabolismo fosfocálcico.
  • Metabolismo tiroideo: TSH (hormona estimulante del tiroides).

Y, en algunos casos, análisis complementarios:

  • Enzimas musculares (creatin-fosfo-quinasa, troponina y tropomiosina).
  • Factor reumatoideo.
  • Serologías virales.
  • Electromiograma.

Si efectivamente sufres de fibromialgia, estos análisis no deberían revelar ningún tipo de anomalía.

Qué podemos hacer

Los medicamentos utilizados habitualmente (analgésicos, antidepresivoso anticonvulsivos)reducen el dolor de un modo muy variable, y a menudo son engañosos. Además, no están exentos de efectos secundarios: ganancia de peso, mareos, somnolencia, etc. Sólo un cuidado global permite mejorar la calidad de vida, y debe ir acompañado de técnicas de relajación y ejercicio físico, de una revisión de los hábitos alimentarios y de complementos alimenticios:

 

El magnesio. El déficit de magnesio es muy común, y en algunas personas puede estar asociado al desarrollo de la enfermedad. Tomar un complemento de magnesio es fundamental como parte del tratamiento nutricional. 300 mg de citrato de magnesio pueden reducir los síntomas de dolor, fatiga muscular o ansiedad.

Los omega-3. Por su efecto antiinflamatorio, la toma (en personas no vegetarianas) de un complemento de aceites de pescado rico en ácidos grasos omega-3 disminuye la intensidad del dolor, el número de zonas dolorosas, la fatiga y la ansiedad. Al mismo tiempo, se recomienda evitar las fuentes de ácidos grasos omega-6 (aceite de girasol, de cártamo, de soja o de maíz).

La coenzima Q10. Se trata de una sustancia importante en la producción energética celular. Se han constatadobajos niveles de Q10 en las personas fibromiálgicas. Un pequeño y prometedor estudio apunta a que la toma de un complemento de 300 mg al día permite obtener una mejora considerable de los síntomas.

La vitamina D. En más de un 60% de las personas fibromiálgicas se ha observado una tasa de vitamina D inferior a 30 ng/ml. Tras la toma de un complemento, se constataron una serie de mejoras cuando los niveles alcanzaban los 30 ng/ml, mejoras que eran aún más significativas cuando los niveles se situaban por encima de los 50 ng/ml. Para alcanzar estos niveles de vitamina D, es indispensable tomarla en forma de complemento entre los meses de octubre y abril, a razón de una dosis de 4.000 UI/día. Entre abril y octubre, es conveniente una exposición regular y moderada al sol, sin protección (las cremas solares y la ropa bloquean la síntesis de la vitamina D en la piel).

La melatonina. La melatonina es la hormona que regula los ciclos del sueño. Las fibromialgias suelen caracterizarse por un sueño fragmentado a causa de las bajas concentraciones de melatonina. La toma de un complemento de 10 mg de melatonina no sólo mejora la calidad del sueño, sino que también reduce significativamente el dolor.

La acetil L-carnitina. Es un aminoácido necesario para la producción de energía celular y para combatir los fenómenos de oxidación. La toma de un complemento de 1.000 a 1.500 mg al día mejora los dolores, los síntomas depresivos y la calidad de vida en general. Pero este complemento suele ser menos eficaz.

 

El ejercicio físico

Cuando se tiene dolor, el primer reflejo es siempre moverse lo menos posible para no provocar nuevos dolores. Sin embargo, todos los estudios demuestran lo contrario: el ejercicio físico es una clave importante del tratamiento. Conviene empezar por hacer sólo lo que podamos, incluso si es andar cinco minutos, teniendo en cuenta que el objetivo es entrenar con regularidad e ir aumentando gradualmente la duración e intensidad de los ejercicios.

Hay beneficios realizando 10 minutos de actividad física tres veces al día;. Es un objetivo que se debería poder alcanzar tras uno o dos meses. Se recomienda, por ejemplo:

  • Yoga y tai chi
  • Estiramientos y musculación
  • Marcha y marcha nórdica
  • Ciclismo y aquagym

 

Ejercicio psicocorporal

Se trata de métodos basados en la conexión entre cuerpo y mente, y pueden resultar útiles para evadirse del dolor, sin que se hayan constatado beneficios concretos. Entre el sinfín de técnicas, tenemos:

  • Masaje • Relajación • Hipnosis • Meditación • Sofrología • Biofeedback.

 

Hipersensibilidad a los productos químicos

Hoy se sabe que determinados casos de fibromialgia eran, en realidad, consecuencia de una hipersensibilidad a los productos químicos del ambiente. Nuestro sistema inmunitario se enfrenta a un número cada vez mayor de productos químicos que interactúan entre sí en el organismo, sobre todo en el sistema nervioso.

No se trata de un producto químico aislado, sino de un conjunto de sustancias. Para averiguar si estamos afectados, sólo existe una solución: probar a eliminar al máximo todo tipo de sustancias químicas. Eso implica:

  • Adoptar una alimentación basada en la agricultura ecológica (para limitar la exposición a pesticidas).
  • Sustituir los geles de ducha por un simple jabón vegetal (como el Alepo, a base de aceites de oliva y laurel completamente natural), champús, cremas hidratantes, cremas antiarrugas, etc.
  • Dejar de maquillarse.
  • No llevar joyas (las aleaciones de metales pueden provocar sensibilidades). Pondremos en práctica estas medidas rigurosamente, durante una o dos semanas. Si la mejora que se experimenta es considerable, hay que ir reincorporando progresivamente los productos hasta dar con aquellos que suponen un problema.

Como alternativa, se pueden buscar productos cosméticos más naturales. Precisamente este mes la editorial de Integral publica una nueva revista sobre el tema: “Cosmética natural”.

Los síntomas

Ansiedad, espasmofilia (hiperventilación, respiración incompleta), alergias, síndrome pre menstrual… Estos síntomas podrían tener relación con una carencia de magnesio, ácidos grasos poliinsaturados y vitamina B6. Esta última es un cofactor indispensable para la transformación del triptófano en serotonina, que normalmente suele ser deficiente en el líquido cefalorraquídeo de quienes padecen fibromialgia.

Colon irritable. Cuando se da este síntoma conjuntamente con fibromialgia, conviene buscar la presencia de una candidiasis intestinal y de parásitos.

Síndrome de piernas inquietas. Este síndrome se observa en alrededor del 16% de los casos de fibromialgia. La toma de suplementos con ácido fólico, sumado a la supresión del café y el chocolate también da resultados significativos.

Bruxismo. Se trata del rechinar de dientes durante el sueño y conduce en principio a buscar una parasitación por lombrices intestinales.

Vejiga irritable. La sensación de tener la vejiga siempre llena, con ganas constantes de orinar, es un síntoma muy frecuente en la fibromialgia. Si bien puede ser un síntoma algo molesto, no reviste ninguna gravedad; nunca se detecta una infección urinaria.

Dolor en el pecho. Cuando aparece dolor en el lado izquierdo del pecho puede aparecer la sospecha de una enfermedad cardíaca. En la fibromialgia, estos dolores (que pueden ser importantes) se deben a una sensibilidad de las inserciones entre las costillas y el esternón.

Afecciones reumáticas. A veces la fibromialgia puede coexistir con una afección reumática, en general con la presencia de alteraciones de la inmunidad. Sin embargo, en la fibromialgia no se encuentran trastornos específicos de la inmunidad.

Además, todas estas manifestaciones clínicas presentan variaciones de una persona a otra.

 

Lo más característico. De todos los síntomas el más característico es el dolor, presente en el cien por cien de los casos y que está repartido por casi todo el cuerpo.

 

Preguntas básicas para saber si se padece fibromialgia

Si más de la mitad de las respuestas son afirmativas, debería visitar a un especialista (que le pueda hacer la prueba de los 18 puntos sensibles) para detectar si padeces fibromialgia.

  1. ¿Te duelen a menudo la espalda, los brazos y las piernas?
  2. ¿Sueles tener frías las manos, los pies, las orejas y la punta de la nariz?
  3. ¿Padeces a menudo de frecuentes dolores de cabeza o migrañas?
  4. ¿Te cuesta respirar o te duele frecuentemente la garganta?
  5. ¿Tienes la piel muy sensible?
  6. ¿Padeces problemas de sudoración?
  7. ¿Sientes hormigueo en brazos y piernas?
  8. ¿Sueles levantarte con la boca seca?
  9. ¿Te tiemblan las manos?
  10. ¿Sueles padecer insomnio?
  11. ¿Te cuesta hacer la digestión? ¿Sufres estreñimiento o gases?
  12. ¿Notas fuertes agujetas o calambres después de un esfuerzo físico?
  13. ¿Padeces alergias?
  14. ¿Te sientes a menudo triste o irritable?
  15. ¿Sueltes tener más frío que las personas a tu alrededor?

Los 18 puntos sensibles

Los de la parte delantera son:

  • El cuello, justo por debajo de los límites de la clavícula
  • Unos cuatro dedos por debajo del punto anterior
  • La parte anterior del antebrazo, unos tres dedos por debajo del pliegue interior del codo
  • La parte inferior de las rodillas

 

Los de la parte trasera son:

  • El punto donde la cabeza se une al cuello, bajo el occipucio
  • Cervical bajo, en los laterales del final del cuello
  • La parte superior de los hombros, casi a mitad de camino entre el cuello y los hombros
  • En la diagonal y hacia abajo, a unos tres dedos de distancia de los últimos puntos
  • En la parte baja de la espalda, cerca de los hoyuelos que hay sobre los glúteos
  • En los costados de los glúteos, muy cerca de la zona exterior

 

Los puntos sensibles duelen al presionarlos ligeramente. El examinador debe ejercer una presión aproximada de cuatro kilos, suficiente como para llegar a blanquear la piel del dedo pulgar que presiona.

 

Hay algunas variaciones que se observan con respecto a la sensibilidad de los puntos específicos dependiendo de la edad, el sexo y la raza:

  • El número de puntos dolorosos específicos aumenta con la edad (el máximo se da alrededor ele los setenta años).
  • Las mujeres suelen tener más puntos dolorosos específicos que los hombres.
  • Las mujeres blancas europeas tienen más puntos dolorosos que las mujeres negras o hispanoamericanas.

 

“Cuando se presionaba una zona blanda del cerebro de un individuo supuestamente sano, la respuesta era mínima. Pero en el caso de un paciente con síndrome de fibromialgia, la respuesta era salvaje. Todo el cerebro parecía enloquecer.”

Dr. Jon Russell, en el seminario “La perspectiva Travel sobre el dolor” (2000).

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