El cuerpo nos dice lo que el alma necesita

¿Hemos perdido la conexión y la facultad de entender los mensajes del alma? ¿Por qué cuando las personas nos sentimos desasosegadas, intranquilas, inquietas… lo ponemos todo en el terreno mental, emocional y físico? ¿Dónde queda la espiritualidad del individuo? No hablo de religión, si no de la atención y cuidado hacia nosotras mismas, como personas totalmente capaces de comunicarnos con lo profundo y amoroso de nuestro propio ser.

Consulta

Os relato el caso de Pilar de 58 años. Viene a consulta por problemas circulatorios. Como podéis ver no es nada fuera de lo común, y lo que me hace presentarlo aquí es la belleza, la sencillez del proceso; como cambiando la mirada se pueden producir cambios notables. No siempre es así de fácil diréis, y sí, es cierto, a veces los procesos son más duros y requieren de un trabajo profundo de indagación, de reconocimiento, de aceptación y perdón, y por eso, cuando pasa, simplemente se convierte en algo hermoso que tenemos que aprender a reconocer, ver y valorar, pues por su sencillez pueden pasar inadvertidos.

Historia

Me cuenta que desde pequeña ya le molestaban las piernas. Recuerda a su madre masajeándolas por las noches antes de dormir con aceite de romero. La habían llevado al médico y éste no le había dado más importancia que el hecho de que estaba en crecimiento y que se le pasaría. En la época escolar aumentó la actividad física y sus molestias se suavizaron. Los estudios le iban bien y tenía un grupito de amigas con las que disfrutaba de la vida tranquila del pueblo. A nivel familiar, era muy adaptativa.

En el momento del desarrollo y bajada del periodo comenzó a notar nuevamente un aumento en la intensidad de las molestias y comenzaron a salirle telangiectasias o arañas vasculares. Hasta aquí, todo muy conectado a la parte física.

Para estudiar la carrera se desplazó a la ciudad y su vida empezó a llenarse de aceleración. Inició una relación que acabó en matrimonio y tuvo dos hijos que crio al tiempo que desarrolló su vida profesional, dejando de lado sin ser consciente, la vía del disfrute fuera del ámbito laboral y familiar. En las diferentes etapas de su vida las piernas le recordaban que había dolor en su vida. En ningún caso valoraba la relación del dolor con una falta de espacio personal e insatisfacción.

Proceso

Comenzamos el trabajo recordando formas sencillas para cuidar sus piernas, incorporando las friegas con guante de crin, siempre respetando la sensibilidad de su piel, los chorros de agua fría, masajear en forma ascendente con aceite de romero. Esto eran tareas para incorporar en su vida de forma pausada, que no le generaran estrés. Hablamos sobre alimentación, retirar tóxicos y estimulantes, reducir harinas, azúcares, fritos…procurar una dieta limpia y llevar un orden en las comidas.

En las sesiones comenzamos con masaje circulatorio y linfático. Fui dándome cuenta de que no se relajaba y que mantenía la tensión tanto corporal como mental. El gesto de su cara era de dureza y el entrecejo estaba tenso y contraído. Me mantuve callada durante las sesiones respetando su silencio. Según me decía, salía más tranquila y relajada.

Después de varias sesiones me comentó que hacía mucho tiempo que no sentía paz interior, que siempre había en ella un constante motor que no cesaba, ni en los momentos de tranquilidad.

Voy apreciando como según pasan las sesiones su cara y la totalidad de su cuerpo se van relajando más fácilmente. Ahora llega con la sonrisa amplia y una disposición a relajarse casi inmediata. Hablamos poco en las sesiones. Me hace breves comentarios al principio de la sesión y noto que se están produciendo cambios que encuentro favorables.

Inesperadamente, sobre la sexta sesión, me contó cosas que había ido descubriendo en los silencios de las sesiones y en los tiempos que se había tomado para sí desde que se dio cuenta que, aunque le gustaba su vida, amaba a su marido, quería a sus hijos (ahora ya en otra etapa de su vida) y le gustaba su trabajo, se había olvidado de ella. Había estado al servicio desde un lugar de sacrificio y no de disfrute. Ya de pequeña, me explica, hacía lo mismo con respecto a su familia: atendía las prioridades y deseos de los demás sin mirar los suyos. Me decía que había descubierto que estaba enfadada, no con nadie, sino con ella misma por no atenderse en sus necesidades. Sentía que le faltaba conexión con la alegría de vivir y se había propuesto cambiar la situación.

Habló con su marido y le propuso cambios, entre ellos disponer de más tiempo para poder desarrollar actividades que ella recordaba como relajantes. Dibujar siempre le había gustado y se planteó tomar clases. En su pensamiento también estaba conocer alguna técnica tipo yoga o chigong donde trabajar una parte más energética y espiritual. Me confiesa que, con su educación religiosa rígida y muy restrictiva, se había apartado de la espiritualidad, y durante las sesiones había conectado con una parte muy íntima de paz que le había hecho plantearse nuevas preguntas.

Seguimos las sesiones unos meses durante las cuales hablamos de alimentación, diferentes tipos de terapias, complementos y muchos silencios…momentos de reencuentro con el ser interior.

Conclusión

El aspecto de sus piernas cambió dentro de lo posible. Se veían menos tensas y lucían un mejor tono, el dolor disminuyó, y pasó un buen verano a pesar de la intensidad de los calores. Lo más destacable, y que se aprecia a simple vista, es su cambio de actitud en el día a día; pareciera que ha rejuvenecido, está más alegre y vital.

Ha puesto en sintonía su vida, permitiendo que esta fluya según sus impulsos vitales y cuidando todos los aspectos. Todo esto ha pasado de una forma armónica, natural, sin forzar nada. Era el momento oportuno. Ahora ve cosas que irá solucionando y no se plantea metas. Comprende que ha llegado hasta aquí siendo quien es y en estos momentos tiene en su conocimiento las diferentes herramientas que hemos ido implementando. Dispone del tiempo, la oportunidad y, ante todo, se mira y se aprecia con profundo amor, comprendiendo que fue y será como tiene que ser, sencillo y natural.

Áurea Gómez, Terapeuta manual y Sofróloga, profesional del equipo de “Integral, Cooperativa de salut”.

Palabras clave:

Circulación, paz interior, silencio, agua fría, cuidado personal, cuidado del alma, masajes.

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