El canto de las ballenas

A mediados del siglo pasado, las cifras de población de ballenas hablaban de su extinción, debido a su caza extensiva e intensiva (más de 50.000 ballenas al año desaparecían de los océanos). Esta situación comenzó a cambiar a principios de la década de 1960 gracias al biólogo Roger Payne (Vermont, EEUU), que con un equipo rudimentario logró grabar y dar a conocer por primera vez «El Canto de las Ballenas».

Se trata de una colección de sonidos que emiten las ballenas para comunicarse. Existe un patrón de sonidos predecibles y repetitivos que emiten ciertas especies de ballenas (especialmente la ballena yubarta) de tal forma que puede asemejarse al canto de los humanos.

Los procesos para producir el sonido varían de una familia de cetáceos a otra. Sin embargo, todas las ballenas, delfines y marsopas son mucho más dependientes del sonido para comunicarse y sentir que sus primos terrestres. La comunicación auditiva es muy efectiva dentro del agua por razones físicas. En un líquido, más denso que el aire, el sonido se propaga a una velocidad mucho mayor, 1.500 m/s en el agua frente a 340 m/s en el aire. Los cetáceos pueden así comunicarse a distancias enormes.

 

Comunicación y ruido

El elaborado sentido del oído de los cetáceos incluye la habilidad de detectar con mucha precisión la dirección de procedencia de los sonidos. Lo aprovechan, sobre todo los delfines, para practicar la ecolocalización, emitiendo sonidos de cuyo reflejo se averigua la distancia y forma de los objetos circundantes.

Existe una preocupación por el aumento del ruido en los océanos debido a la pesca, porque se piensa que los humanos podemos estar acabando con el silencio característico del hábitat marino. Por esta razón se ha reclamado la interrupción del uso de sonares destinados a la investigación científica y la vigilancia militar. En 2004 se ha decidió suspender el empleo militar del sonar activo en Canarias, tras comprobarse su relación con el varamiento de cetáceos consecutivo a maniobras navales realizadas en 2002.

Desciende la tonalidad de los cantos de las ballenas azules

Las ballenas se han salvado por el momento, pero en todo el mundo las ballenas azules no cantan como antes. Y los científicos no tienen idea del motivo. Los animales más grandes en la Tierra están cantando cada año en tonos cada vez más graves. Entre las explicaciones propuestas están la contaminación del ruido en los océanos, el cambio de la dinámica de la población y las estrategias de apareamiento. Pero ninguna es del todo convincente.

«Nosotros no tenemos la respuesta, sólo tenemos una gran cantidad de grabaciones», dijo Mark McDonald, presidente de Whale Acoustics, una compañía que se especializa en el control sonoro de los cetáceos. McDonald y sus colaboradores notaron por primera vez el cambio hace ocho años, cuando se mantuvo necesidad de ajustar los detectores de canción automatizados que se usan para seguir a las ballenas azules en la costa de California. Los detectores se activan con las canciones que coinciden con una forma de onda en particular.

Cada año, McDonald tenía que bajar la tonalidad. Desde entonces, él y otros investigadores del Instituto Scripps de Oceanografía han reunido miles de grabaciones de ballenas azules hechos desde la década de 1960 hasta hace poco y que abarcan las poblaciones desde el Atlántico Norte al Pacífico Sur pasando por el océano Índico. Su análisis muestra que la frecuencia tonal de las canciones está disminuyendo unas cuantas fracciones de herzio cada año.

Buscando respuestas

«Es un hallazgo fascinante», dicen los expertos. «Es aún más notable, dado que los cantos de ballenas en sí mismas son diferentes según el océano. Y este cambio es común a los diversos tipos de especies y poblaciones». Según McDonald, la primera explicación es la de la contaminación acústica. El ruido en los océanos ha aumentado en más de 12 decibelios desde mediados del siglo pasado. Pero si las ballenas quisieran hacerse oír por encima del estruendo, tendrían que cantar más alto, no más bajo.

Otra explicación consiste en el agua, que es algo más cálida y absorbe más ácidos que antes. Pero se trata de factores demasiado pequeños en relación al cambio de la tonalidad que se observa.

«Una respuesta puede estar en la población, ya que las ballenas azules de la costa oeste de EE.UU. han perdido el interés en reproducirse». El caso es que éstas ballenas son las mejor estudiadas de todas las poblaciones de ballena azul, y su tono canción ha disminuido en un 31% desde finales de 1960.

Dado que en estas poblaciones sólo el macho canta, la respuesta puede estar relacionada con la elección de pareja y la selección sexual. Los investigadores consideran que las grandes ballenas en apariencia más viriles tienden a producir canciones en tonos más graves y otros machos pueden estar tratando de emularles para impresionar a las hembras.

La idea de que los animales más grandes en el mundo puedan sentir la necesidad de inflar su tamaño es atractiva, pero de momento se investigan sus canciones y hábitos reproductivos.

¿Más bajito se escucha mejor?

Hal Whitehead, un biólogo de la Universidad de Dalhousie que se especializa en la comunicación entre cetáceos, subrayó que canto de las ballenas es un asunto cultural.

Las ballenas jorobadas son conocidas por aprender unas de otras, y todas las ballenas tienen cerebros extraordinariamente grandes y complejos. Considera que en realidad comparten muchos de los rasgos sociales y cognitivas con la gente.

«La posibilidad excitante es que todas están escuchando entre sí», dijo Whitehead. «Es un fenómeno cultural en todo el mundo».

Encontraréis abundante información sobre el canto de las ballenas en el artículo de Susana Morales publicado en Integral 47 (1983).

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