Por fin podemos satisfacer la necesidad de consumir dulce y que a la vez sea con algo saludable. Existen ya muchísimos estudios científicos que muestran cómo, a medida que se toma más este edulcorante (el azúcar de abedul se conoce como xilitol), se elimina el antojo por el dulce.
Como se sabe, el consumo de azúcar común elimina del cuerpo minerales esenciales y vitaminas, acelera el envejecimiento prematuro y debilita el organismo en general; ¡lo hemos visto en la revista sobradamente!* Además favorece todo tipo de trastornos, desde obesidad hasta la diabetes, pasando por un riesgo elevado de sufrir enfermedades del corazón. Y se estudia su relación con el «síndrome metabólico».
Sin embargo nuestro paladar está acostumbrado al sabor dulce, lo busca y lo agradece. Vivimos tiempos de una gran debilidad social hacia el azúcar. No sólo se toma en alimentos de sabor dulce, sino que además aparece encubierto en muchos alimentos procesados industrialmente y que ni tan siquiera somos conscientes de que lo llevan. Por ejemplo, el pan envasado que se ofrece en los supermercados: parece que los panaderos hayan olvidado cómo se hace el pan… o han sucumbido a la presión de la economía.
Hoy en día, un snack salado, una salchicha, el embutido o bastantes zumos de fruta de las tiendas llevan azúcares añadidos.
¿Qué es el azúcar de abedul?
El azúcar de abedul es un hidrato de carbono natural que se encuentra en fibras vegetales, frutas y vegetales, aunque comúnmente extraído de la corteza de abedul, se sintetiza por primera vez en 1930 para ser utilizado como edulcorante alimentario y, desde entonces, cayó en el olvido, a pesar de las increíbles ventajas de este azúcar en comparación con el azúcar de mesa. La razón se encuentra en el coste de producción, que encarece 50 veces el producto con respecto al azúcar de mesa. El principio activo del azúcar de abedul es el xilitol (E967), que incluso nuestro propio cuerpo puede producir.
El xilitol es metabolizado por el cuerpo sin necesidad de emplear insulina, por lo que resulta perfecto para diabéticos. Su uso, dosificación y sabor es el mismo que el azúcar de mesa y además tiene un ligero tono refrescante que lo hace idóneo para la industria de alimentación.
El azúcar de abedul aporta un 40% menos de calorías y un 75% menos de hidratos de carbono que el azúcar común. Esto se debe a que su Índice Glucémico es muy bajo (IG 7), aunque al mismo tiempo satisface las necesidades de energía del cuerpo (2,4 calorías/g) evitando tener antojo de dulce. Además, el xilitol contiene cinco carbonos que producen un efecto antimicrobiano que evita el crecimiento de bacterias.
El azúcar de abedul y la salud bucal
El consumo de azúcar común produce un entorno altamente ácido en la boca, eliminando los minerales del esmalte y causando la desmineralización de todo el organismo.
- En cambio, gracias a su carácter alcalino, con el azúcar de abedul ocurre todo lo contrario. Aunque las caries no desaparezcan, su consumo acelera la mineralización del esmalte dental y no sólo no provoca caries, sino que además ayuda a recuperar la salud de nuestras encías y dientes.
- La glucosa normal tiene la propiedad de fermentar, creando un medio ideal para las bacterias que producen la caries dental. El azúcar de abedul, sin embargo, cambia el pH de la saliva y reduce la acidez volviéndola alcalina.
Es decir, engaña a las bacterias que, atraídas por el sabor dulce, acuden rápido y mueren ahogadas en el ambiente alcalino que no es su medio.
- Aproximadamente, a los 10 minutos después de comer es cuando baja el pH de la boca, un momento crítico para la formación de placa dental. Por eso no ha de extrañarnos ver anuncios de chicles con xilitol en su composición.
En dietas de adelgazamiento
- El xilitol posee, como decimos, un 40% menos de calorías y el cuerpo lo absorbe y metaboliza lentamente, sin incrementar el nivel de insulina y evitando la acumulación de grasa.
- Cuando una persona toma un trozo de pastel con azúcar de abedul no solamente estará tomando menos calorías, sino que además comerá menos cantidad gracias a su efecto ligeramente saciante.
- Tiene un efecto prebiótico, al promover el crecimiento de bacterias benéficas en el tracto digestivo.
El azúcar de abedul también es excelente en caso de…
- Diabetes.
- Infecciones en oído. Durante los dos primeros años de vida es frecuente que los niños padezcan repetidos cuadros de otitis, dificultando el proceso de aprendizaje del habla. Por eso los padres se ven obligados a administrar antibióticos, con las consecuencias que esto tiene para la salud de sus hijos. El azúcar de abedul es una buena solución natural, por su capacidad para inhibir el crecimiento de bacterias. Evita infecciones en el oído medio de los más pequeños (tomando 8 g. al día se reducen en un 40% las otitis).
- Infecciones en la nariz. Lavarse la nariz regularmente con azúcar de abedul disuelto en agua reduce el número de bacterias nocivas y estimula capacidad defensiva de la nariz. También disminuye los síntomas de alergia y asma, tanto por contaminación como por trastornos nasales.
- Osteoporosis. Hoy se sabe que el azúcar de abedul puede fortalecer la densidad ósea, ya que promueve la absorción de calcio en el intestino.
Una última información: el xilitol también se extrae de las mazorcas de maíz…
Con informaciones de Josefa Cobos, Blanca Herp y Alba San Hipólito.
*Sobre el azúcar común, ver Integral 391 y también, entre otros: 384, 426, 438 y 483.