El alga wakame

El alga wakame (Undaria pinnatifida), crece de forma silvestre en las aguas marinas profundas. Es de color pardo oscuro que se vuelve verde espinaca cuando se hidrata o se cuece; tiene una textura suave, carnosa y un sabor que recuerda al de las ostras. Desde hace muchos siglos se consume en Asia, de hecho, está muy presente en la tradición culinaria de China, Japón y Corea.

En occidente la introducción de las algas en la alimentación es un fenómeno reciente que apenas cuenta con un siglo, pues aunque también existen en nuestros mares, hasta hace poco se desconocían sus valiosas propiedades nutricionales y sus usos gastronómicos. Su entrada en Europa y América se debió principalmente a dos factores: por un lado a la corriente dietética macrobiótica de influencia nipona y por otro al gran auge que en los últimos años está teniendo la cocina japonesa en todo el mundo.

En la actualidad, debido a que muchos dietistas las incluyen en sus recomendaciones y muchos chefs de renombre las emplean en sus platos, su uso se ha popularizado y su demanda ha aumentado. De hecho se están produciendo y comercializando algas de gran calidad en algunas zonas marinas europeas como la costa del Cantábrico, Galicia y Portugal.


Una gran fuente de calcio

El calcio es el mineral más abundante en el organismo. Su principal papel se centra en la construcción y mantenimiento de los huesos y dientes, aunque desempeña un rol importante en otras funciones del organismo, como la regulación del pH de la sangre, ya que contribuye a que esta se mantenga alcalina en todo momento (7,4). También interviene en la actividad neuromuscular, concretamente en la coordinación nervio-músculo, tanto del corazón como de todos los músculos en general, calma los nervios y favorece el sueño.

El alga wakame es uno de los alimentos que mayor cantidad de calcio contiene. Tan solo una cucharada sopera de estas algas cocidas, aporta mayor cantidad que un vaso de leche, además de absorberse mejor a nivel intestinal, ya que contrariamente a los lácteos, tiene un escaso contenido en fósforo, mineral que dificulta la absorción del calcio. Otras de las ventajas importantes que nos ofrece la wakame respecto a la leche, son la riqueza de esta alga en magnesio, favorecedor de la utilización del calcio y el carecer de los inconvenientes e intolerancias que los lácteos pueden producir en algunas personas.

Por estas razones el consumo de esta alga está muy recomendado en la prevención y tratamiento de la osteoporosis, recuperación de fracturas y otras patologías óseas. También puede ser de gran utilidad en caso de calambres musculares, arritmias, hipertensión, nerviosismo e insomnio, debidos a bajos niveles de calcio.

Otros nutrientes que encontramos en las algas wakame  son proteínas, carbohidratos y en menor cantidad grasas, en su mayoría las saludables omega 3. Entre los micronutrientes destacan el potasio, yodo, hierro, vitamina A y las del grupo B, equilibradoras del sistema nervioso. Respecto a estas últimas, cabe resaltar que las wakame son las algas más ricas.

Según lo expresa la Medicina Tradicional China, las algas en general actúan favorablemente sobre el elemento Agua, en el que se incluyen los riñones y vías urinarias, la mayor parte de las funciones del sistema endocrino, el sistema reproductor, los huesos, los dientes, la médula ósea y la espinal.

Como consumirlas

Para quienes deseen introducir las algas en su alimentación, ya sea por cuestiones de salud o para experimentar nuevos sabores, la wakame es una de las más indicadas para iniciarse, debido a su delicado sabor y gran versatilidad.

Se pueden comer crudas e hidratadas en ensaladas, dejándolas previamente en remojo durante 10 minutos.

Otra forma de consumirlas es cocidas en potajes de legumbres y arroces, o como guarnición en platos de carne o pescado, hamburguesas, empanadillas vegetales y sopas, en este caso se debe hervir durante 5 minutos.

El ácido glutámico que contiene esta alga acorta la cocción de las legumbres y las hace más digeribles debido a que reblandece la fibra que estas contienen. Se recomienda dejar varias horas en remojo junto con las legumbres un trozo de wakame y después cocinarlo con ellas.

El color blanquecino que pueden tener estas algas, se debe a la presencia de su propia sal marina que actúa como conservante natural y le proporciona un toque salado a la comida.

También se pueden tostar y triturar para ser usadas como condimento.

Por su contenido en yodo, las personas con hipertiroidismo deberán moderar su consumo.

Daniel Albors Pericás

Valores nutricionales por 100 g de alga wakame

Calorías 52 Kcal
Hidratos de carbono 8,65 g
Proteínas 3 g
Lípidos 0,64 g
Fibra 13 g
Calcio 1.300 mg
Hierro 13 mg
Fósforo 160 mg
Sodio 2.500 mg
Potasio 6.800 mg
Yodo 250 mcg
Vitamina A 140 mg
Vitamina B1 0,11 mg
Vitamina B2 0,14 mg
Vitamina C 15 mg

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