La otitis media es un contratiempo habitual para muchas personas, especialmente en verano a causa de los chapuzones bruscos en las piscinas. Aunque la mejor forma de combatir estas molestias es sencillamente no provocarlas, os ofrecemos algunos consejos que esperamos sean de utilidad.
Textos: Redacción de Integral
La otitis media o inflamación del oído medio, es un problema habitual para cualquier pediatra. A menudo sigue a una infección respiratoria superior, como puede ser un resfriado, o es el resultado de una complicación mayor: paperas, escarlatina u otra enfermedad infantil.
Afecta con más frecuencia a los niños que a las niñas. Parece más frecuente y grave entre las personas con un nivel socio económico menor. Se calcula que un 35% de los niños tiene uno o más ataques durante su primer año de vida.
OTITIS MEDIA EN LOS NIÑOS PEQUEÑOS
Los niños desarrollan la otitis media con más facilidad que los adultos, debido posiblemente a que las trompas de Eustaquio (los tubos que se dirigen desde la parte posterior de la nariz y la faringe hacia el oído medio) son demasiado anchos, cortos y rectos, estando además situados en un plano horizontal.
Todo ello facilita el paso de las secreciones nasofaríngeas hacia el oído medio, debido a que los niños están mucho más rato estirados. Si el niño traga desde esa posición, permite el paso de la materia nasofaríngea, que entra por la trompa de Eustaquio.
Los bebés alimentados con biberón tienen otitis media con más frecuencia que los amamantados, ya que en este segundo caso las madres mantienen a los bebés en una posición más vertical. Adicionalmente, ciertos estudios sugieren que es más fácil para el niño succionar de la mama que de un biberón. La mama, en sí misma, facilita la succión, mientras el biberón obliga al bebé a adoptar una técnica de succión que crea una presión negativa mayor en las trompas de Eustaquio.
Algunos investigadores también han afirmado que la alergia juega un papel muy importante en la otitis media. Un episodio alérgico puede provocar una hinchazón de secreciones. Por esta razón recomendamos que los niños que padezcan episodios frecuentes de dolor de oído supriman la leche de vaca, ya que es la causa más frecuente de estas alergias. Evidentemente, la alternativa es la leche materna.
SÍNTOMAS
Los síntomas de la otitis media son: dolor de oído, fiebre baja, irritabilidad, problemas en la alimentación, diarrea y cambios en los hábitos de dormir. Los niños demasiado pequeñitos se quejarán, llevando repetidamente su mano a la oreja o llorando cuando se les toca el oído.
PREVENCIÓN
- Los niños que hayan padecido dolores de oído, evitarán sonarse la nariz con fuerza cuando padezcan alguna infección respiratoria superior, ya que sonarse puede forzar a las secreciones infectadas a introducirse en el oído medio.
- Los bebés se alimentarán de leche materna más que de biberón. Si es imposible, alimentarlos naturalmente, recomendamos una fórmula a base de leche de soja.
- Se evitarán los alérgenos más comunes, como la leche de vaca, cola, chocolate y huevos. Los frutos cítricos son otro alérgeno común para los niños.
- Beber cantidades importantes de agua moviliza las secreciones de la faringe y de los oídos.
- Se evitarán los descongestionantes de cualquier tipo, ya que su efecto es vasoconstrictor y secante, y por ello perjudicial.
- Se le elevará ligeramente la cabeza durante la noche, ya que así se facilita un mejor drenaje de las secreciones.
- El paciente no fumará ni estará con personas que lo hagan.
- Evitaremos el azúcar y los dulces, ya que disminuyen la capacidad corporal para luchar contra las infecciones.
TRATAMIENTO
Algunos estudios demuestran que el consumo de antibióticos y antihistamínicos no mejora las posibilidades de recuperación rápida; por el contrario, estos medicamentos provocan las familiarmente llamadas orejas encoladas, llenando el oído medio de secreciones espesas, tenaces y difíciles de eliminar.
Incluso sin tratamiento, la evolución de la otitis media tiende generalmente a la curación. No obstante, podemos ayudar a que el paciente se sienta mucho más cómodo y aumente sus mecanismos de curación.
- Se puede aplicar calor local sobre el oído. Utilizaremos una compresa, una botella de agua envuelta en una toalla o una toalla mojada en agua caliente. A los niños pequeños los estiraremos sobre el costado dolorido, con la oreja apoyada en la fuente de calor. Una bombilla simple, de pupitre, localizada cerca del oído, puede calentar lo suficiente para aliviar el dolor.
- Una bolsa de hielo reduce la hinchazón y la presión, disminuyendo el dolor. Algunos pacientes prefieren el frío al calor; si el oído no drena líquido, se pueden instilar algunas gotas de agua fría en él, con la frecuencia necesaria para aliviar el dolor.
- También se pueden hacer instilaciones de glicerina o aceite de oliva en el oído, pues también son analgésicas.
- Los vapores o inhalaciones de vapor en forma de agua caliente o ducha resultan de mucha utilidad.
- Los baños de pies calientes distribuyen la sangre desde el oído al resto del cuerpo, descongestionando. Pondremos los pies en una bañera con agua tan caliente como resistamos. Mantener esta temperatura durante veinte o treinta minutos, añadiendo agua caliente conforme se enfríe, mientras conservamos la cabeza fresca envolviéndola en una tela humedecida con agua helada.
Al final del baño extraeremos los pies de la bañera, poniéndolos un momento en el agua helada que utilizábamos para mantener la cabeza fresca. El paciente se abrigará (particularmente los pies) para evitar cualquier escalofrío en la piel o en las extremidades.
- Durante la crisis aguda, se suprimirán de la dieta los alimentos alergénicos, el azúcar y las grasas, pues disminuyen la actividad de los glóbulos blancos de la sangre. Basaremos nuestra alimentación en frutas y vegeta les simples, con pan integral.
- Los oídos se tratan fácilmente con gárgaras faríngeas. Para ello se realizan gargarismos con agua caliente durante diez minutos.
- Se puede practicar a diario la terapia de fiebre (calor artificial), en forma de baños a temperatura tan caliente como se tolere; se prolongará durante tres minutos en los niños de menos de tres años, adicionando un minuto por cada año de más. Acabaremos el baño con una fricción y un lavado con agua fresca, secándonos con una toalla también fresca. Después del baño el niño se acostará lo más rápidamente posible. Con frecuencia se quedará dormido tras este tratamiento.
- Se puede aplicar una cataplasma de carbón activado sobre el oído, resultando especialmente útil si la oreja drena líquido.
- También se pueden aplicar compresas frías y calientes, alternas (tres minutos para la caliente, que se aplica primero, y treinta segundos para la fría) sobre la zona de la cara y senos craneales, ya que ayudan a descongestionar la cabeza.