Cortisol y estrés

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El cortisol es «la hormona del estrés» favorita de internet. Tiene una mala reputación, pero su impacto en nuestro organismo es más complejo de lo que se suele creer.

Tal vez no puedes dormir. O duermes demasiado. Quizá te están saliendo granos, o te enfermas mucho. Tal vez sete hincha el abdomen, se te cuelga la piel, te sientes nervioso. O bien, no puedes concentrarte, comer o eliminar la tensión de tu espalda. Según la ciencia de TikTok, la culpa de todo esto es de tu nivel de cortisol. La recomendación a la audiencia es que comprueben sus propios niveles de cortisol.

La hormona del estrés

Segregado por las glándulas suprarrenales, el cortisol es capaz de alterar el metabolismo celular. A nivel bioquímico que ayuda a regular nuestra reacción fisiológica al estrés. «Es una hormona que conecta el cuerpo y la mente», dicen los expertos.

Casi todos los órganos tienen un receptor que responde al cortisol. Esta hormona es crucial para ayudarnos a funcionar a lo largo del día, ya sea regulando la tensión arterial o combatiendo la inflamación. Pero eso no significa necesariamente que los desequilibrios de cortisol ¡sean responsables de las diversas dolencias que la gente comparte en las redes sociales!.

Cuando nos estresamos, la glándula pituitaria, del tamaño de un guisante y situada en el cerebro, envía una señal a las glándulas suprarrenales, situadas por encima de los riñones, para que segreguen y liberen cortisol al torrente sanguíneo.

Más cortisol cuando hay problemas

Nuestro cuerpo libera esta sustancia química cuando nos enfrentamos a un reto, ya sea psicológico o físico, real o imaginario. Liberamos cortisol cuando enfrentamos con una amenaza tangible, como encontrarnos con un oso en una excursión, pero también cuando recibimos un ominoso correo electrónico del trabajo. Cuanto más amenazador percibimos un acontecimiento, es habitual que produzcamos más cortisol.

La mente y el cuerpo responderán como si estuviéramos en peligro de morir, cuando en realidad lo que está pasando es que nuestra percepción del ser está bajo amenaza. El cortisol nos ayuda a movilizar la energía que necesitamos para enfrentarnos al peligro o huir de él, en parte aumentando la cantidad de glucosa en la sangre. También regula nuestro metabolismo.

Los niveles de cortisol fluctúan a lo largo del día: aumentan cuando nos despertamos y disminuyen cuando nos vamos a dormir. Puede considerarse que es un buen amigo… hasta que tienes demasiado.

¿Qué pasa cuando tienes demasiado cortisol?

Funcionamos mejor cuando tenemos el equilibrio perfecto de cortisol. Nuestros cuerpos son una unidad armónica, pero el estrés crónico puede elevar nuestro nivel normal de cortisol con el paso del tiempo, provocando una cascada de consecuencias. Si siempre hay demasiado cortisol el sistema inmunitario puede debilitarse y también elevar los niveles de azúcar en sangre y la tensión arterial.

También está relacionado con el sueño: necesitamos que la cantidad de cortisol disminuya para poder descansar plenamente. Las personas con demasiado cortisol suelen tener dificultades para conciliar y mantener el sueño.

Incluso algunos trastornos mentales, como la depresión y el trastorno de estrés postraumático, se relacionan con desequilibrios de cortisol.

En casos muy especiales, las personas que producen cantidades excesivas de cortisol pueden presentar un conjunto de síntomas conocidos como síndrome de Cushing (desarrollan una joroba de grasa en la parte posterior del cuello), aumentar de peso, sentir fatiga y tener problemas para dormir. A algunos les salen moretones con facilidad, y su nivel de azúcar en la sangre y de presión arterial también pueden aumentar.

¿Puedes medir tu cortisol?

Es posible usar sangre o saliva para evaluar tu nivel de cortisol en un momento determinado, pero es probable que una sola muestra instantánea no sea demasiado útil, porque los niveles de cortisol cambian a lo largo del día. Las muestras de orina o cabello pueden revelar los niveles de cortisol durante un período de tiempo más largo.

También existen pruebas de cortisol caseras (pinchazos en los dedos o hisopos de saliva), pero en este caso es mejor el médico, de cara a obtener una imagen completa de cómo los niveles de cortisol bajan y fluyen naturalmente antes de determinar si puede haber algún problema.

Conocer los niveles de cortisol no es tan fácil, pero interpretarlos sí lo es, argumentan los expertos.

Bajar tu nivel de cortisol. El ejercicio de los cinco sentidos

El yoga y algunos ejercicios de conciencia plena (mindfulness), como la meditación, pueden ayudar a reducir el nivel de cortisol. Incluso reservar cinco minutos al día para relajarse y restablecer la mente será beneficioso. El «ejercicio de los cinco sentidos», suele ser útil para calmar un momento de estrés: haz una lista de cinco cosas que puedes ver, cuatro cosas que puedes tocar, tres cosas que puedes oír, dos cosas que puedes oler y una cosa que puedes saborear.

El ejercicio también es útil para regular el cortisol, sobre todo la actividad física moderada: correr o montar en bicicleta. Estos movimientos hacen que el cuerpo refleje la respuesta al estrés, aumentando la frecuencia cardiaca y reduciéndola una vez que se deja de hacer ejercicio. Cada persona debe encontrar los métodos de reducción del estrés que mejor le funcionen.

Una vez que se encuentra una estrategia para aliviar el estrés, el nivel de cortisol se estabiliza. Incluso para personas que hayan estado expuestas a un estrés prolongado.

Con informaciones de Dani Blum.

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