Constelar la vida

Una mirada singular a las Constelaciones familiares

Del amor ciego al amor lúcido

El psicólogo y gestaltista Joan Garriga*, introdujo la terapia de Constelaciones familiares en España hace 25 años de la mano del fundador Bert Hellinger (ver Integral 477). Y lo celebra con un libro cuyo título es el de este artículo.

Edición y presentación: Jaume Rosselló-Manetas

Los vínculos, las raíces, las relaciones y el amor son las unidades básicas de la vida y nos convierten en lo que realmente somos. ¿Por qué son tan importantes? ¿Cómo nos sostienen, y cómo su ausencia, o su negación, nos causan sufrimiento e infelicidad? Cuando aparece, el dolor nos pide un enfoque inédito que nos permita superarlo.

Esta es la función de las constelaciones familiares: una herramienta de autoconocimiento que nos insta a comprender el pasado, crear salud para el presente y auspiciar un buen futuro. Una llave maestra que logra abrir puertas cerradas durante generaciones y nos sirve para orientarnos en el laberinto de la existencia.

Joan Garriga traslada las constelaciones familiares al campo de la filosofía, la ética y la espiritualidad. A través de anécdotas, cuentos de sabiduría, relatos mitológicos y casos reales, observaremos las tramas sutiles que las personas experimentan en su vida, llevándonos a una nueva comprensión de la condición humana.

Constelaciones familiares

Las constelaciones familiares son una herramienta terapéutica que aborda los conflictos vinculares y los enredos familiares de una manera rápida y eficaz, transformando narrativas poco saludables y deshaciendo traumas enquistados a veces por generaciones. De esta forma, las constelaciones familiares trabajan todo tipo de problemáticas psicológicas y existenciales, haciendo frente a los retos inevitables del camino de la vida, como la sexualidad, la muerte, el éxito, el fracaso, la salud, la enfermedad, los vínculos con los padres, pareja, hijos, hermanos… Todo aquello que constituye lo esencial de la trama de una vida.

Este libro aporta una mirada singular que trata de sentar las bases filosóficas, éticas, teóricas y actitudinales propias del abordaje de las constelaciones familiares, tratando de acercar al lector a un abordaje psicológico objetivo y sereno, en el que no hay espacio para las creencias personales, sino fundamentos para una práctica fenomenológica que nos aproxime a una realidad más esencial y equilibrada.

Las constelaciones adquieren su mayor sentido dentro de un contexto terapéutico y de trabajo de superación de problemas.

Filosofía y buena vida

El libro hace acopio del pensamiento de distintos filósofos, desde los estoicos hasta Nietzsche, cuya divisa central consiste en alcanzar una buena vida, y cuyo amor fati podría considerarse el punto de partida filosófico de las constelaciones familiares.

Constelar la vida contempla las ideas esenciales de las constelaciones familiares: la teoría, la actitud del terapeuta, la relación terapéutica, la práctica del método, la filosofía de fondo y las ideas de referencia, lo fenomenológico y lo sistémico, la espiritualidad, el amor ciego y el amor lúcido, el nexo entre vivos y muertos y un largo etcétera.

Como herramienta, la terapia es útil ahí donde se perfila toda tensión, problema o sufrimiento que necesite ser abordado y superado, para que prevalezca el natural estado de dignidad y amor que yace en todo ser humano, por muy sepultado o escondido que se encuentre. Las constelaciones atesoran la potencialidad de hacer visibles las tramas ocultas que rigen el devenir de las personas y de los grupos, y de generar cambios en ellas y en ellos.

Qué son las constelaciones familiares

Las constelaciones familiares son una poderosa herramienta de concienciación y reconciliación familiar, que invitan a una sana vinculación con todos los miembros de la familia. Y también pueden considerarse como una filosofía de vida, un modo de ocupar nuestro lugar en nuestro sistema familiar.

La tarea de los pioneros y sus continuadores las han convertido en un método muy válido… a condición de que el terapeuta tenga una buena formación y experiencia.

  • Los órdenes del amor. Son las leyes o principios que configuran los clanes familiares. Suelen indicar dónde se encuentran los embrollos y las dinámicas ocultas. Tenerlos en cuenta ayuda a integrar, ordenar y equilibrar tu vida.
  • El campo de conocimiento. Es aquello que une al representante con la persona que representa y que se pone de manifiesto.
  • El enfoque fenomenológico. Sitúa los hechos de nuestra existencia tal y como ocurren en el momento presente. La fuerza para el cambio procede del movimiento en el presente. Nos pone en contacto con lo que ES.
  • Enfocadas en la solución. Se utilizan las soluciones que emergen del consultante y sus proyecciones.

El sistema familiar. ¿Qué es constelar?

Constelar consiste en proyectar en un escenario (ya sea con figuras o con personas) la imagen o percepción que tenemos de nuestra familia o de un problema en específico. Es una imagen introyectada (la introyección es un proceso psicológico por el que se hacen propios, de manera inconsciente, los pensamientos o rasgos de la personalidad de otras personas) de nuestra percepción del sistema. No necesariamente es la realidad de la familia, sino lo que percibe el consultante.

  • Esperar a que surja el movimiento, tanto interno como externo, de dicha imagen.
  • Tomar conciencia de los movimientos, vinculaciones y su efecto en el constelado y en todos los participantes (sensaciones, sentimientos etc.)
  • Reposar la imagen (dar tiempo) para que surja un movimiento profundo y sentido de reconciliación dentro de la persona que constela.
  • Recuperar la energía vital a través de una vinculación saludable y consciente con nuestro sistema familiar.

Joan Garriga, una mirada singular:

«Escribo para acompañar, y, en cada frase, trato de no olvidar que siempre es el mejor de los tiempos y el peor: la estación de la Luz y de las Tinieblas. Así es la vida: placer y dolor, felicidad y tristeza, amor y miedo, todo a la vez y en todas partes, a veces unidos de manera inseparable, como hermanos siameses. Si conseguimos aceptar esta dualidad de la existencia, tal vez encontremos la puerta para integrarla y traspasar la dualidad: cuando aceptamos las reglas del juego, nos abrimos a la posibilidad de trascenderlo.

Aceptación, asentimiento, entrega son algunos de los mensajes principales de este libro.

El amor fati se puede afinar con el diapasón de la humildad, llevándolo más allá del yo personal, convirtiéndolo en una llave maestra de nuestro asentamiento en la vida espiritual.

Encuentra tu lugar en el mundo, en tu familia, en tus grupos de pertenencia y referencia. Reconoce ese lugar, asúmelo y responsabilízate de tus acciones.

Responde a cada momento con lo que la vida requiere de ti, a tu manera única, singular y peculiar, en un pleno gesto de autenticidad: sé un padre o madre disponible, un hijo agradecido, un hermano generoso y solidario, una pareja respetuosa, abierta y flexible, un amigo servicial y leal.

Si no lo logras siempre, no importa: sigue tu camino y coloca todo esto, igualmente, en tu horizonte de deseos. Dentro de ti, no les otorgues el poder a tus culpas o errores; únicamente, sostenlos con dignidad y, si aparece la ocasión, repáralos.  Evita ponerte por encima o por debajo de nadie que sea igualmente adulto como tú, sin dejar de respetar los roles y funciones de cada quien, en cada contexto.

Cultiva el pleno respeto hacia ti y hacia todos. Evita juzgar, condenar, salvar, perseguir, temer y asustar. Toma y suelta, entrega y recibe, inspira y espira, despliega y repliega, en la simple alternancia de todo lo que vive.

Acompaña con amor a los demás y, sobre todo, a ti mismo. No dejes de ser y de construir en tu interior una buena madre para ti, que te toma de la mano con dulzura tanto cuando tocas el cielo como cuando te precipitas al infierno.

Mantente dulce, vulnerable, conectado, fuerte. Asume tus dones y no temas entregarlos a la vida. Sé agradecido con lo que la vida te ha dado, con lo recibido de tus padres y de tu familia: es justo y adecuado, aunque no siempre lo parezca, porque tal vez venga envuelto en vestiduras rasgadas y dolorosas.

Entrega lo que tienes, nutre y fertiliza; esto te salvará de una vida árida. No quieras ser distinto de como eres. Abrázate y ámate tal cual eres, sientes y vives, en todo momento, no importa si es la primavera de la esperanza o el invierno de la desesperación. Esto es autoestima: no consiste en ser perfecto, sino en ser real, y responsable.

No te engañes con cuentos e historias; vacía a menudo tu mente de palabras que te atrapan y te seducen mientras te comprimen y encarcelan.  Ninguna verdad se halla en un relato, una creencia o una ideología. Todo ello te separa de los demás y de tu ser, son toxinas para el corazón.

Sin embargo, cuando te alejes en exceso del silencio de tu ser, procura que tus ideas y creencias contengan al menos amor y apertura a lo ajeno, que busquen paz y reconciliación.

Aléjate de querer tener razón y huye de los falsos derechos que te concede el sentirte indignado y mejor, o más justo que los demás.

Cultiva tu presencia y trata de hacer el bien y de ser mejor persona cada día, pero no dejes de acometer los pequeños pecados necesarios para saberte un humano más, un miembro cualquiera de la inmensa fraternidad humana.

Ábrete a tu verdad, y también a tus torpezas. Conócete a ti mismo y conocerás a los dioses, como prescribió el oráculo. Ahonda en el sentido de cada amanecer y cada atardecer que te es concedido como regalos espaciales para cada uno de tus días bajo el sol. No desesperes ante la negrura y la tempestad. Pasarán.

Alégrate de vivir ahora y de morir cuando llegue la hora. Así, estarás cumpliendo con la vida y forjarás una vida cumplida.

* Joan Garriga lleva 25 años constelando la vida y más de 200.000 libros vendidos, con un fondo que sigue más vivo que nunca. Poco ortodoxo, muy personal y completo, su último libro ha sido escrito en colaboración con David Barba.

– Sobre Constelaciones familiares y constelaciones sistémicas, ver Integral 457.

Salir de la versión móvil