La lactosa está presente en más alimentos de los que imaginamos
La lactosa es un azúcar natural presente en la leche de los mamíferos –es su carbohidrato más importante–, a la que aporta su sabor dulzón, pero no todas las personas la digieren correctamente.
Textos: redacción, con informaciones de Lucía Martínez Argüelles (nutricionista).
La intolerancia a la lactosa no es una enfermedad propiamente dicha. Se trata de un trastorno causado por la disminución de la actividad de una enzima digestiva denominada lactasa, producida en el intestino delgado. Para poder digerir la lactosa y luego absorberla se necesita lactasa, que se encarga de romper la molécula de lactosa.
Cuando esa molécula de lactosa llega íntegra al intestino grueso, se produce su fermentación y pueden aparecer los clásicos síntomas digestivos que definen la intolerancia. No existe un solo tipo de intolerancia a la lactosa, depende de la tolerancia a la dosis ingerida.
Se puede producir a cualquier edad: al nacer, durante la infancia al introducir la leche de vaca o ya de adulto.
Recordemos que, a diferencia del resto de mamíferos, la especie humana es la única que consume leche después de la lactancia.
La intolerancia
Cuando por algún motivo nuestro intestino no produce lactasa, o la produce en baja cantidad, la lactosa llega intacta al intestino grueso, donde al fermentar produce molestias digestivas más o menos marcadas en función de la tolerancia individual y de la cantidad consumida.
Esta situación de déficit de lactasa con síntomas intestinales es la denominada intolerancia a la lactosa. Las molestias provocadas varían en gran medida de una persona a otra. Son comunes la hinchazón abdominal, los gases, las diarreas o heces blandas, y no son raras las náuseas, los vómitos y el dolor o los espasmos abdominales. En algunos casos puede producir también estreñimiento, dolor al defecar e irritación de la zona perianal por la acidez de las heces.
A largo plazo la alteración de la mucosa intestinal puede traducirse en una mala absorción de otros nutrientes, cansancio y falta de concentración, síntomas cutáneos, etc. La motivación para evitar la lactosa puede ser por salud y también por ética animal en el caso de los veganos.
Lactosa oculta en algunos alimentos
El problema al que se enfrentan los intolerantes a la lactosa y los veganos es que puede hallarse donde menos te lo esperas, no solo en los productos lácteos y sus derivados. Por eso conviene vigilar bien la composición de otros alimentos, asegurándonos de que son realmente sin lactosa.
- Productos instántaneos. La lactosa proporciona una textura cremosa y ayuda a que un producto se disuelva bien. Por ello se utiliza en muchos preparados en sobre para tomar al instante. Cafés, cacao en polvo, sopas y purés de patatas pueden contener lactosa, que también actúa como un potenciador del sabor.
- Aliños. Algunos wasabis y aliños comerciales también pueden recurrir a las cualidades de la lactosa.
- Margarinas y helados. Las margarinas vegetales que se consumen como alternativa a la mantequilla no siempre están exentas de lactosa. Conviene asegurarnos de que no está en la lista de ingredientes o de que en la etiqueta se pueda leer un «sin lactosa».
Los helados bajos en grasa pueden contener más lactosa que las versiones elaboradas con leche entera.
- Productos cárnicos. Los no vegetarianos tendrán en cuenta que es un conservante en los embutidos secos como el salami, el chorizo y el salchichón. Enmascara sabores desagradables de compuestos amargos (sales emulsionantes, fosfatos…) utilizados en la carne picada, hamburguesas y salchichas.
- Caramelos y dulces. Modifica la cristalización, la masticabilidad y el aroma de otros azúcares por lo que se emplea en la fabricación de caramelos y productos de confitería, chocolates y pastas de azúcar. Acompaña a otros edulcorantes para mejorar su sabor y sus prestaciones como ingredientes.
- Medicamentos. Es un componente de una gran cantidad de medicamentos como el ibuprofeno, antiácidos, píldoras anticonceptivas y ansiolíticos. Alrededor deun 20% de los medicamentos contienen lactosacomo excipiente.
- Homeopatía. Los medicamentos homeopáticos suelen usar como vehículo la lactosa. Existen marcas que los elaboran con sacarosa.
- Derivados de cereales. En las barritas energéticas, por ejemplo, se utiliza como edulcorante por su bajo índice glucémico. También como un agente que conserva el color.
Cómo reconocer la intolerancia la lactosa
- Los síntomas. Las señales pueden pasar casi desapercibidos, pero los más frecuentes son distensión, dolor abdominal, flatulencias, espasmos, diarreas ácidas y acuosas… Puede causar retrasos de crecimiento, trastornos de peso, cuadros de desnutrición, vómitos o náuseas.
- Los efectos. Pueden notarse inmediatamente después de su ingesta, o bien pueden oscilar desde los 30 minutos hasta las dos horas.
- El diagnóstico. El método más utilizado es el test del hidrógeno espirado. Se basa en detectar el nivel de este gas en el aliento, ya que si se digiere mal la lactosa, esta fermentará por las bacterias del colon y produce mucho hidrógeno, que pasa a la sangre y a los pulmones y se elimina a través del aliento.