El chucrut es receta típica de Alemania y otros países del este de Europa que encierra en su simplicidad un verdadero tesoro de salud. El poder de este alimento fermentado reside en la enorme concentración de enzimas que mejora la digestión de las proteínas –suele acompañar infinidad de platos con carne– y ayuda a combatir empachos y dispepsias. Sin contar con que estas valiosas enzimas ejercen de depuradoras del hígado y el páncreas.
También hay que reseñar sus propiedades regeneradoras de la flora y reguladoras del tránsito intestinal. Sólo deben tener cuidado con su consumo quienes padezcan
Preparar chucrut en casa
Para elaborar un buen chucrut sólo necesitamos una col blanca (las de invierno son las mejores) y sal marina no refinada. También necesitaremos un gran tarro de boca ancha donde introduciremos la col cortada en juliana y mezclada con unas cucharadas de sal. Hemos de apretarla bien con las manos o cualquier instrumento de cocina pesado para que suelte algo de su líquido.
Incluso podemos ponerle un poco de agua que la cubra para asegurarnos de que no se formen indeseables mohos en la superficie. En este punto, el proceso es sencillísimo:
Tapamos con unas hojas de col limpia, ponemos encima un plato de las dimensiones del tarro y algo de mucho peso, como una botella de agua, que empuje hacia abajo.
Cubrir la boca del tarro con un paño limpio, atamos con una cuerda para que no se caiga y, a partir de ahí, hay que dejar a la fermentación láctica hacer su trabajo.
En una semana, en función del calor ambiental y la cantidad escogida, lo tendremos listo para tomar. Hay que dejarlo en una zona limpia y fresca de la casa, y vigilar el proceso de fermentación cada dos días, quitando las espumas de la superficie si hiciera falta. Tampoco conviene dejarlo mucho tiempo porque queda demasiado fuerte y blando. La señal de que está listo la veremos cuando todas las burbujitas que suben en las fermentación vuelvan a bajar.
Para mejorar todavía más nuestro chucrut, podríamos mezclarlo con col lombarda, que aporta color y antioxidantes extra en forma de antocianas. Otra posibilidad es intercalar capas con zanahoria rallada y/o manzana. Un truco para proteger el chucrut de las bacterias nocivas es incluir rábano rallado.
El efecto antibacteriano también lo logramos a través de ciertas especias que casan muy bien al chucrut como los granos de comino, eneldo, pimienta negra o enebro.
Podemos conservarlo al menos tres meses siempre y cuando lo tengamos en la nevera, en recipientes esterilizados y cubierto por su propio líquido.
Mejor que sea crudo
La mejor forma de disfrutar de las propiedades probióticas y de la riqueza en vitamina C del chucrut esen crudo. Eso no quita que de vez en cuando podamos incluirlo en alguna preparación caliente, como relleno de unos crêpes tibios o mezclado con un puré de patatas o boniatos.
Un consejo para no sobrecalentarlo mucho es ponerlo apenas un par de minutos en una vaporera para entibiarlo. Pero incluso si es invierno, deberíamos tomar una vez a la semana una ensalada con chucrut crudo.
Una opción deliciosa de primer plato es mezclar trocitos de nuestros frutos secos favoritos y unas tiritas de setas y cebolla que habremos salteado previamente.
En casa también podemos obtenerlo envasado fresco y bio, en zumo (col recién recolectada y sometida a una fermentación láctica). licuado y embotellado. Podemos también incluir el chucrut en la dieta (las hamburguesas ecológicas de la casa Vegetalia también copos de avena, tofu y jengibre).
10 GRAMOS DE CHUCRUT CONTIENEN…
ELEMENTO CONTENIDO %CDR
Calorías 22 –
Carbohidratos 4,3 g –
Fibra 2,5 g 8
Vitamina C 15 mg 20
Sodio 308 mg 13
Hierro 1,5 mg 8
Manganeso 0,2 mg 8
Potasio 170 mg 5
LAS RECETA
Tostadas de chucrut y pasas
La acidez del chucrut y el dulce de la manzana y las pasas dan un resultado delicioso.
Ingredientes para 4 tostadas:
- 4 rebanadas grandes de pan de centeno.
- 100 g de chucrut.
- 4 cucharadas de compota de manzana.
- 100 g de mozzarella.
- 2 cucharadas de pasas pequeñas.
- Un chorro de aceite de nuez.
- Cortamos unas rebanadas gorditas de pan de centeno. Si es una barra, la abrimos por el medio y cortamos en 3 (salen entonces 6 tostadas).
- Untamos cada tostada con compota de manzana.
- Distribuimos una generosa cantidad de chucrut por encima y tapamos con una loncha de mozzarella.
- Decoramos por encima con pasas y metemos en el horno precalentado a temperatura media hasta que se derrita el queso y se tueste un poco la base del pan.
- Al servir, rociamos con un chorrito de aceite de nuez por encima.