La seta que fortalece el sistema inmunitario
Ante todo, recordemos que el hongo es la parte que se encuentra debajo de la tierra o del medio de cultivo, mientras que la seta es la parte visible y comestible. También podemos considerar que las setas son «hongos comestibles». ¿Qué es, entonces, el hongo chaga? Se trata de una seta parásita, que se encuentra en las heridas de la corteza que tienen en estado natural los abedules, principalmente de las regiones más frías de Europa Oriental, Asia y Norteamérica.
Textos: Jaume Rosselló con informaciones de Juan Maria Serra Mandri (farmacéutico) y Laura Torres.
El chaga (Inonotus obliquus) es un hongo que ha sido durante mucho tiempo la joya preservada de los pueblos nómadas siberianos. Adhiriéndose valientemente a los abedules de la taiga, el chaga posee una afinidad muy particular con los climas fríos y hostiles rusos. Muy utilizado por los nenets, los evenks y los mansis, este hongo era muy apreciado en decocción en caso de cansancio, frío, hambre o heridas. Es un recurso más que valioso, sobre todo cuando la supervivencia se basaba únicamente en la caza, la pesca y la recolección.
Desde los años 1980, este recurso micológico excepcional no deja de fascinar a la comunidad científica, y ya se puede encontrar en el mercado, aunque solo sea en algunos valiosos complementos alimenticios de vanguardia, pues es caro y escasea. Normalmente puede obtenerse solo, a partir de los esporóforos silvestres siberianos recogidos a mano o bien acompañado de otros extractos ecológicos de hongos o setas como shiitake, reishi, maitake, cordyceps, políporo o agárico (polyporus umbellatus).
Cuando las esporas son dispersadas por el aire y llegan hasta árboles con el tronco dañado, debido a rotura de ramas, grietas etc., se desarrollan y se afincan en él de forma permanente y con crecimiento lento pero constante, formándo unas estructuras negras sobresalientes denominadas chaga.
Podemos encontrar chaga en países nórdicos como Noruega, Finlandia Polonia, pero dónde mas desarrollo adquiere es en la Rusia asiática, China, Corea y en Norteamérica.
La calidad del chaga depende de su selección, recolección y almacenamiento. Debe recogerse fresco y preferentemente para un mejor control sanitario, de árboles cultivados vivos.
Acción fisiológica
El hongo chaga pertenece a un grupo de sustancias vegetales conocidas como adaptógenos, que proporcionan al cuerpo nutrientes especiales que le ayudan a adaptarse a las condiciones de estrés. También tiene reputación como antitumoral desde hace algunos años.
Ha sido utilizado durante siglos como un remedio de medicina popular en los países del norte de Europa y Rusia. Posteriormente en estudios de laboratorio, in vitro ha ido mostrando su actividad anticáncer, así como otras propiedades antiinflamatorias, antivirales y estimulantes del sistema inmune. Estas conclusiones han sido publicadas por el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center. En 1955 fue reconocido por la Russian Medical Research Council para el tratamiento de tumores, especialmente gástricos y de pulmones.
El Premio Nobel Alexandr Solzhenitsyn escribió en 1968 y 1971 sobre el chaga y su uso medicinal, basándose en sus experiencias en Siberia, en un hospital de Tashkent.
Fuente de betaglucanos
El hongo chaga, al igual que muchos otros de la familia de los Basidiomicetos, es rico en unos polisacáridos llamados betaglucanos, que le otorgan potencial inmunomodulador y antitumoral (otros hongos medicinales ricos en betaglucanos son el shitake, el reishi, el maitake, la cola de pavo, etc.)
Investigadores de la Universidad de Louisville, descubrieron que un receptor en la superficie de las células inmunes llamado Receptor de Complemento 3 o CR3 se une a los betaglucanos, que lo complementan, permitiendo que las células inmunes identifiquen las tumorales. Esto permite que las células inmunes del cuerpo reconozcan a las células cancerosas como «no propias» y las combatan inmunológicamente.
Acción fisiológica anti-cáncer indirecta (inmuno estimulación)
Ya en 1998 hubo un estudio en Polonia que demostró que el hongo chaga inhibe el crecimiento de tumores. Extractos del chaga añadidos a cultivos de células humanas cancerígenas demuestran su actividad antimitótica y efecto inhibidor sobre el crecimiento celular. Multiples estudios han seguido publicándose en esta dirección y parecen confirmar el interés in vitro y en animales de laboratorio. Por ahora no conocemos se hayan realizado estudios en el hombre.
Endopolisacáridos obtenidos de la chaga han demostrado tener efecto antitumoral e inmunomodulador sobre linfocitos B y macrófagos de ratón. Igualmente, se ha demostrado que un extracto de chaga tiene actividad antitumoral contra las células HT-29 de cáncer colorectal al inducirles la apoptosis (Lee et al., 2009).
Un reciente experimento que demostró la eficacia del hongo chaga cómo anticancerígeno, se realizó suministrando polvo seco muy fino procedente de chaga deshidratado en la comida de ratones a los que se indujo melanomas. Al final del experimento se vio que la tasa de supervivencia era mucho mayor en los ratones alimentados con pienso con chaga que en los que se alimentaron con pienso estándar (KIM & al, 2009).
Otros componentes antitumorales
Es importante señalar que otros estudios muestran que teóricamente la capacidad anticancerígena también está presente en otros componentes del hongo chaga, como los triterpenos y esteroles y ha sido probada in vitro en células de ratas y humanas (KAHLOS, 1994) e in vivo en ratones (NAKATA & al., 2007; TAJI & al., 2008).
Otro compuesto presente en el hongo, con efecto teórico antitumoral sería el inotodiol, con el que se ha visto que inhibe la proliferación de células de ratones con leucemia, induciendo a la apoptosis por activación de las enzimas caspasas.
La betulina y el ácido betulínico que deriva de la anterior, que están presentes en la corteza del abedul, tienen propiedades farmacológicas: antitumorales, antivirales, antibacterianas, antiinflamatorias y contra la malaria. El hongo contiene estos componentes, y al parecer mientras que la betulina encontrada en el abedul es indigerible por los humanos, el hongo chaga la convierte en una forma que puede ser digerida oralmente.
Dichos compuestos se están estudiando actualmente para uso como agente quimioterapéutico. La betulina parece trabajar de manera altamente selectiva sobre las células de tumor debido a que el pH interior de los tejidos de tumor es generalmente más bajo que el de tejido normal, y el ácido betulinico es activo solamente a esos bajos niveles. Al parecer, una vez dentro de las células, el ácido betulínico induce la apoptosis (muerte programada de las células) en los tumores.
Si bien estos productos no deben ser considerados como tratamiento del cáncer, dado que aun no han sido experimentados en humanos, ni han sido contrastados por los especialistas, son opciones de futuro, esperanzadoras para el tratamiento de esta enfermedad.
Efectos adversos del hongo chaga
El consumo de setas chaga pueden magnificar los efectos de medicamentos anticoagulantes, como la aspirina y Sintrom. Esto aumenta el riesgo de sangrado y hematomas, cuando se toma con medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios.
Las setas chaga también interactúan con los medicamentos para la diabetes como la insulina, aumentando el riesgo de hipoglucemia o los niveles de azúcar en la sangre demasiado bajos.
Puesto que el hongo chaga no está estudiado bajo un enfoque medicamentoso, pueden haber otros efectos secundarios que no están documentados.
El hongo chaga es un alimento rico en nutrientes, entre ellos las vitaminas del grupo B, la vitamina D y el potasio, rubidio, cesio, cobre, selenio, zinc, magnesio y calcio, además de fibra y aminoácidos. Pero aunque sus efectos sean prometedoramente excepcionales, es prematuro adjudicarle propiedades milagrosas que solo perjudican a un uso responsable y eficaz del mismo.
Una gran fuerza espiritual
La medicina tradicional rusa está fundada sobre arcaicas prácticas eslavas transmitidas de generación en generación por las comunidades ancestrales a través de diferentes medios, como los relatos o los cantos populares. Se cree, tradicionalmente, que la curación se basa en una buena comunión con las fuerzas naturales. En Siberia, tierra inmensa tan conocida por sus condiciones climáticas extremas, como por sus paisajes mitad lunares mitad montañosos, esta convicción era todavía más dominante. Esta medicina se basa así pues en un conocimiento profundo y global del reino vegetal, combinado con una dimensión chamánicamás espiritual. En particular, la fe en su propia capacidad para curarse reviste una importancia capital.
Todavía hoy en día, muchos rusos tienen una relativa desconfianza respecto a los tratamientos alopáticos actuales y prefieren recurrir a los remedios de sus antepasados.
Para saber más:
Park YK, Lee HB, Jeon EJ, Jung HS, Kang MH. Chaga mushroom extract inhibits oxidative DNA damage in human lymphocytes as assessed by comet assay. Biofactors. 2004;21(1-4):109-12. doi: 10.1002/biof.552210120. PMID: 15630179.
Lu Y, Jia Y, Xue Z, Li N, Liu J, Chen H. Recent Developments in Inonotus obliquus (Chaga mushroom) Polysaccharides: Isolation, Structural Characteristics, Biological Activities and Application. Polymers (Basel). 2021;13(9):1441. Published 2021 Apr 29. doi:10.3390/polym13091441.
Géry A, Dubreule C, André V, et al. Chaga (Inonotus obliquus), a Future Potential Medicinal Fungus in Oncology? A Chemical Study and a Comparison of the Cytotoxicity Against Human Lung Adenocarcinoma Cells (A549) and Human Bronchial Epithelial Cells (BEAS-2B). Integr Cancer Ther. 2018.
Rzymowska J. (January 1998). «The effect of aqueous extracts from Inonotus obliquus on the mitotic index and enzyme activities». Boll Chim Farm 137 (1): 13–5. PMID 9595828.
Interés medicinal del “chaga” (Inonotus obliquus), del profesor C. Illana-Esteban del Departamento de Biología Vegetal, Facultad de Ciencias, Universidad de Alcalá.