Entrevista a Marc Coloma (Heura Foods)
¿Cuál es tu ikigai (razón de vivir)?
Mi compromiso es que haya más placer y menos sufrimiento. Parece complicado, pero quiero dejar un mundo mejor. La utopía es lo que te ayuda a caminar y mi energía está dedicada al valor de la justicia que para mí es muy importante.
Activista social y medioambiental.
Era adolescente y viví injusticias de cerca que me generaron mucha energía para formar parte de la solución e involucrarme mucho en el activismo. (…) Formaba parte de distintas ONG y aprendí mucho sobre psicología social y marketing. Entendí qué era la receta que creaba cambios en la historia. Desde el activismo se piensa a menudo que cualquier motivación generará un cambio de comportamiento, pero al final las condiciones materiales también ayudan a que esto pase y sea más sencillo avanzar.
Por ejemplo, me impactó mucho la historia de los Henry. Había un tal Henry Bergh, que fue el primer activista en Nueva York que defendió los derechos animales y luchó con mucha fuerza por la abolición del uso de los caballos como método de transporte. No era solo un problema laboral, la industrialización hizo mover mucha gente en la ciudad y era también un problema sanitario.
Y había un tal Henry Ford que desde Chicago se inventó una nueva fórmula para transformar las ciudades y solucionar el problema de los caballos como transporte. Ahora hay tantos coches utilizando combustión fósil que ya hay gente pensando en coches eléctricos o energías renovables.
Al final, la tecnología puede ayudar mucho a generar un cambio de modelo y esto tiene bastante que ver con Heura Foods. Creemos que el cambio de paradigma pasa por la concienciación pero también por la tecnología y las condiciones materiales. Así es cómo acabé en una empresa social.
¿Cómo empieza la historia de Heura Foods?
Entendí el problema de la ganadería como uno de los más graves del siglo XXI. Había muy poca gente queriendo cambiar el sistema para permitir una nueva oferta con gente motivada, tecnología y fuerza de consumo de mercado con una alta escalabilidad. Era 2013 y me dedicaba a grabar todo lo que pasaba en granjas o mataderos. Era un activista full time y me di cuenta de la miseria del sistema alimentario para con los animales, el medio ambiente y la gente que trabaja.
Recuerdo un estudio en EE.UU. que demostraba que un 75% de las personas que se comprometían a cambiar de hábitos lo dejaban por presión social. Justo entonces entendí que tenía que dedicar mi energía a hacerlo distinto. Si todo lo que estaban haciendo los miles de activistas de todo el mundo no ayudaba la gente a hacer su camino quería decir que necesitábamos cambiar la oferta.
Recuerdo también otro artículo sobre cómo la industria foodtech en EE.UU. quería actuar con tecnología en la cadena de suministro alimentario. Aprendí sobre tecnología, ciencia alimentaria y cadenas de distribución y entonces nació Heura Foods.
Era la semilla de la carne vegetal.
La mayoría de productos existentes de proteína vegetal no estaban pensados para gente quien le gustara la carne. Eran productos con nombres extraños, sin experiencia culinaria o gastronómica ni estimulación de los sentidos. Se vendían como medicina y estaban totalmente apartados del consumo de proteína. (…) Había una gran oportunidad de impulsar un concepto que era el futuro de la proteína. Solucionar el problema de los animales e ir a los productos que nos gustan.
Proteger el medio ambiente, salvar los animales y mejorar la salud de las personas.
Se trata de involucrar a toda la gente que no se siente incluida. Antes todo eran productos veganos y vegetarianos poco adaptados a nuestros hábitos culinarios y que no se comunicaban bien. El activismo y la disrupción han ayudado a la construcción de un vehículo que puede generar un cambio sistémico que abrace a todo el mundo para formar parte de una cosa todavía mejor.
Heura ha conseguido el efecto kleenex: poner nombre a la carne vegetal.
El año 2015 leí una estadística que decía que el 36% de las personas no consumían productos vegetales porque no les gustaban, pero el 64% restante no los consumían porque no les resultaban atractivos. Me di cuenta que se tiene que redefinir la comunicación de la carne vegetal y crear un nuevo universo con otro nombre y otra manera de representar todo lo que esto significa.
¿Es un viaje de éxito asegurado?
El éxito es relativo porque competimos en un espacio que define el consumo de carne. Ahora representamos una parte muy pequeña. Heura Foods facturó 18 millones de euros en 2021. La industria cárnica animal española está valorada en 27.000 millones de euros mientras que la carne vegetal en los supermercados supone 80 millones de euros. Somos el animal más pequeño de la cadena alimentaria, a pesar de que mucha gente nos ha visto, porque somos amarillos.
El efecto kleenex se ha creado desde una y para una visión auténtica que aporta valor y conecta con mucha gente que ya seguía a creadores de contenido, asociaciones y otras empresas.
Buscamos impulsar la aceleración de un movimiento que ya existía y llevar la excelencia al producto. Mucha gente tenía la sensación que comer carne vegetal era renunciar a las raíces y la experiencia, pero Heura va poner una solución sobre la mesa más allá de lo que ya gustaba.
¿La carne vegetal es un buen negocio?
La carne vegetal es el futuro y desde Heura intentamos que sea el mejor negocio posible. Ahora mismo, la empresa no es rentable y estamos apostando por el futuro. Por eso captamos financiación para acelerar la transformación y ser un jugador relevante. Sin ningún tipo de duda, la mayoría de proteína que consumiremos en dos décadas no vendrá de animales y esto generará una gran oportunidad de transformación e impacto, a la vez que aportará valor económico y social. La comunidad es clave.
Sostenibilidad.
El problema de la ganadería es bestial y con la carne vegetal rebajamos el impacto y lo hacemos más sostenible, replicable y escalable al mundo. Todo el mundo tiene que poder acceder. Las métricas de la industria apuntan a una reducción de entre el 70% y el 100% de emisiones de CO2, uso de tierra y agua… Es un impacto mucho menos negativo. Heura nace de la idea de tener más poder para cambiar las cosas siempre que los humanos actuemos por lo que creemos y generemos cambios. El nuevo mundo se puede crear desde dentro del statu quo y con la misión de hacerlo a través de la transición proteica.
Impacto positivo.
Muchas compañías miran solo la compensación de sus emisiones: contamino tanto, compro tanta compensación en bonos de carbono en el mercado. Así puedo comunicar que soy una compañía carbón neutral. Ahora bien, esto no tiene sentido porque cualquier empresa con mucho impacto negativo puede subvencionarlo a través de esta compensación. Muchos científicos defienden ya que sólo tenemos una década para asegurarnos de no superar cambios irreversibles.