La Candida albicans forma parte de los hongos que se encuentran presentes de forma natural en el intestino. Cuando la flora intestinal se debilita, por ejemplo, debido a una mala alimentación o a la ingesta de antibióticos, la Candida albicans puede proliferar excesivamente, sobre todo si el sistema inmunitario se encuentra también debilitado (a causa de un tratamiento inmunosupresor, por ejemplo).
La consecuencia de esa proliferación desencadena trastornos tan numerosos como variados. La candidiasis digestiva se caracteriza por problemas gastrointestinales recurrentes, acompañados de cansancio generalizado. En ocasiones, pueden observarse localizaciones focales de la Candida albicans a nivel orofaríngeo o incluso genitourinario.
Unos investigadores acaban de demostrar que, al incluir aceite de coco en la alimentación, la presencia de candidas en los intestinos podría reducirse a la décima parte en sólo cuatro días, restableciéndose de este modo los valores normales.
El único inconveniente es que, para ser eficaz, el aceite de coco debe constituir la mayoría de los aportes diarios en grasas.