Beneficios para la salud, cómo incorporarlo a tu dieta y su papel en el compost casero.
El kéfir es originario del este de Europa y suroeste de Asia, y también es conocido como leche kefirada o yogur búlgaro. Es un producto lácteo parecido al yogur líquido, fermentado a través de la acción de un conjunto de hongos y bacterias. También reciben este nombre los gránulos o nódulos utilizados para su producción, como recordaréis los lectores más veteranos desde 1979 (Integral núm. 4).
Los nódulos de kéfir tienen un aspecto similar al de la coliflor, pero son más blandos y gelatinosos. En el kéfir, la lactosa de la leche se transforma en ácido láctico y se produce además dióxido de carbono y alcohol en pequeña cantidad. Su contenido de lactosa es muy bajo, y bastantes personas con sensibilidad a la lactosa pueden consumirlo sin problemas. El kéfir se puede encontrar en cualquier dietética o tienda de comestibles, es bastante asequible y también se pueden intercambiar los nódulos para obtenerlo en casa a partir de la leche.
BENEFICIOS DEL KÉFIR
- Promueve huesos fuertes: el kéfir es un producto muy alto en calcio, y ayuda a garantizar un buen aporte diario.
- Es una buena fuente de lácteos para personas con intolerancia a la lactosa y que, por tanto, no pueden consumir productos lácteos. De todos modos, lo ideal es consultarlo antes con un médico.
- Tiene un alto poder desintoxicante, por eso es un recurso ideal para depurar el organismo.
- Ayuda a promover la buena salud intestinal: el kéfir tiene un mayor contenido de probióticos que el yogur. Las bacterias buenas del kéfir expulsan a las bacterias malas que pueden causar dolencias y afecciones intestinales.
- Puede reducir los niveles de colesterol: por su alto nivel de calcio, protege ante el colesterol nocivo y otros factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Puede ayudar a la regularización del azúcar en la sangre: el kéfir regula el nivel de azúcar en la sangre, por eso es recomendable para los diabéticos e, incluso, en caso de sobrepeso.
- Contribuye a la eliminación de toxinas del organismo y puede ser una gran ayuda para las personas que padecen problemas dermatológicos.
- Amigo del corazón: ayuda a prevenir la hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
¿CÓMO SE CONSUME EL KÉFIR?
Aquí tienes algunos consejos en caso de que quieras incorporarlo a tu dieta.
La clave está en que sepas que se trata de un yogur o leche que tiene un sabor más ácido que los otros lácteos. Y su textura es más líquida que la del yogur tradicional.
Conviene que cuentes con estrategias que te permitan suavizar su sabor y hacerlo más agradable al paladar; puedes agregar un poco de miel o azúcar integral de caña para endulzarlo y quitarle un poco de dicha acidez.
Además de tomarlo como bebida, mejor probarlo en batidos o con frutos secos o cereales. Y puedes probar su uso como sustituto de la leche en un sinfín de recetas.
CÓMO UTILIZAR BACTERIAS DE KÉFIR PARA EL COMPOSTAJE EN CASA
Las bacterias de kéfir acelerarán el proceso de descomposición, ya que se estarán sumando a los microorganismos ya presentes en el compostaje. El kéfir es una bebida fermentada, originada a partir de productos lácteos, como la leche. Su formación depende de pequeños gránulos con forma de coliflor, constituidos por comunidades de microorganismos unidos a través de un centro de azúcares llamado kefiran.
Debido a la composición del kefiran, que contiene monosacáridos de glucosa y galactosa en igual proporción, este posee una textura gelatinosa, soluble en agua. El kefiran funciona como hábitat ideal para una gran variedad de bacterias, así como para levaduras, quienes se encuentran ahí de manera simbiótica.
El compost con bacterias de kéfir
Si los gránulos de kéfir que vas a usar para el compostaje estaban congelados, debes tratar de no manipularlos demasiado, pues el cristal del hielo puede romperlos. Lo que tienes que hacer es sacarlos del refrigerador, agregar un poco más de leche, esperar hasta que estén completamente descongelados, y colarlos.
Una de las principales características de las bacterias de kéfir es que no son patógenas. Por eso puede usarse para regular la flora intestinal, debido a que consumirlas no causaría ningún daño en el cuerpo humano. Teniendo en cuenta lo antes mencionado, se puede decir que son una excelente alternativa para el compostaje. La enorme variedad de microorganismos que se encuentran en el kéfir no solo fermentan lactosa, sino que además son capaces de descomponer otros compuestos orgánicos.
Si tienes compost, lo único que debes hacer es agregar los gránulos de kéfir. Las bacterias del kefiran acelerarán el proceso de descomposición, ya que se estarán sumando a los microorganismos que entran al compostaje por otras vías.
Por otro lado, si el proceso para la obtención de compost que tienes no cuenta con otra entrada de bacterias, entonces añadirle kéfir a los residuos orgánicos será una excelente forma de empezar la descomposición de los mismos. Esto no cambia la calidad del abono resultante después del compostaje. Solo acelera el proceso, gracias al aumento de la actividad microbiana.
Para preparar kéfir en casa, y conocer los microorganismos que lo componen, ver Integral núm. 4.