En Francia, en el manantial del Santuario de la Virgen de Lourdes, podemos encontrar un agua singular que contiene más hidrógeno de lo habitual. Eso, junto a determinados minerales y oligoelementos, propició su gran popularidad, gracias a sus propiedades.
El agua, tan esencial para la salud y la larga vida, se nos presenta, desde hace unos años, en forma de agua hidrogenada y ofrece una nueva forma de incorporarla a nuestro bienestar.
¿Qué es?
Se trata de agua normal y corriente enriquecida con hidrógeno, lo que le aporta ciertas propiedades, antioxidantes y alcalinas que contribuyen a neutralizar los nocivos efectos de los radicales libres. Los efectos benéficos del agua hidrogenada duran solo de 6 a 8 horas, y el pH regresará a la normalidad en una semana.
Según la Molecular Hydrogen Foundation, existen varios centenares de informes sobre los beneficios del agua hidrogenada y sobre el potencial terapéutico del hidrógeno. En 1965 el Ministerio de Salud de Japón reconoció su valor terapéutico.
Hidrógeno en el agua
No es nada fácil encontrar hidrógeno libre en nuestro planeta, pero se pueden hallar fuentes de aguas naturales que contienen abundantes cantidades de hidrógeno disuelto. Estas fuentes son reconocidas en todo el mundo por su capacidad curativa, aunque en realidad, el agua hidrogenada no cura en sentido directo, sino que más bien evita desarrollos perjudiciales que causan malestar o pueden desarrollar una enfermedad.
Hidrógeno molecular
Nos referimos al gas de hidrógeno (hidrógeno diatómico o gas H2), es decir, a dos átomos del hidrógeno que trabajan juntos para ayudar a neutralizar los radicales libres. En esta forma molecular, el hidrógeno se conserva en el agua durante un breve espacio de tiempo (solo se puede almacenar entre dos minutos y hasta unas 4 horas) en una concentración significativamente alta, dependiendo del agua de partida.
El hidrógeno molecular lleva dos electrones, lo que significa que puede dar uno a los radicales libres, neutralizándolos y protegiendo nuestras células de la oxidación. Además, al minimizar el estrés oxidante también lucha contra la aparición de arrugas, flacidez, dermatitis y las señales de envejecimiento en general. A diferencia de otros antioxidantes, gracias a su pequeñísimo tamaño, el hidrógeno es capaz de introducirse en las células y proteger nuestro ADN.
En el deporte
Por otra parte, las beneficiosas propiedades del agua hidrogenada no se limitan a las personas con problemas de salud o que quieran prevenir enfermedades, sino que se hace un especial hincapié en los deportistas. Si se tiene que afrontar una carrera, el agua hidrogenada puede proporcionar más energía y vitalidad si se toma unos días antes. Además, previene lesiones y agujetas y garantiza una mejor recuperación.
Médicos y entrenadores nos recuerdan que durante la práctica del ejercicio, las mitocondrias de nuestras células requieren abundantes cantidades de H2 para producir energía para el funcionamiento, reparación, crecimiento y regeneración de los tejidos. Cuando, después del ejercicio, acumulamos el conocido ácido láctico de las agujetas, el agua rica en hidrógeno contribuye a eliminarlo y acelera la recuperación tras el esfuerzo.
Entonces, ¿qué es lo que genera controversia sobre el agua hidrogenada? Algunos científicos sostienen que «no se produce tal enlace iónico, y puesto que el hidrógeno es poco soluble en agua, se evapora casi todo».
Principales beneficios del agua hidrogenada
(según la Molecular Hydrogen Foundation).
- Ralentiza la oxidación
- Restaura el equilibrio del pH
- Hidrata más que el agua normal
- Aporta energía y vitalidad
- Piel más sana y radiante
- Ayuda al sistema inmunitario
- Sueño más reparador
- Mejora la salud digestiva
- Ayuda a la desintoxicación
- Ayuda contra el estreñimiento
La lista de beneficios es realmente larguísima. Por ejemplo, también ayuda a evitar inflamaciones y a evitar el envejecimiento general del organismo, incluidos posibles problemas mentales degenerativos. Según numerosos estudios, el poder antioxidante de 1,5 l de agua hidrogenada equivaldría a consumir 40 zanahorias, 500 manzanas o 700 plátanos.
Y no presenta contraindicaciones para la salud. Cualquier persona sana puede beberla (entre 1 y 3 litros al día). Se recomienda tomarla en ayunas y entre horas. El agua que se debe utilizar ha de ser limpia, de mineralización muy débil o de ósmosis inversa.
Dispositivos
Sea como sea, en estos momentos basta con echar una mirada en Internet para comprobar la increíble variedad de modelos de hidrogenadores que, mediante un proceso de hidrólisis, generan hidrógeno en el agua. Jarras y dispositivos de todo tipo, portátiles o para guardar en la cocina cerca de otros pequeños electrodomésticos, ofrecen una manera fácil de obtener agua hidrogenada.
Dejando de lado los descalcificadores, alcalinizadores y purificadores para el agua, recordemos que tanto el hidrogenador como los ionizadores aportan al agua moléculas de hidrógeno. Sin embargo el ionizador de agua modifica el pH, desecha agua, separa también los minerales y parte de los gases (y produce poco hidrógeno).
El hidrógeno es aditivo alimentario en la Unión Europea y está aprobado por la FDA. Lo produce nuestro intestino a partir de la fibra y se ha utilizado son problemas desde 1945 (en altas concentraciones) en el buceo profesional.